LOS SECRETOS DE LOLA ©

capítulo 13

Los secretos de Lola 

Capítulo 13.

Narra Juanse. 

 Ese día me tenía que quedar en la universidad, pero al final salí más temprano de lo planeado. Quise darle una sorpresa a Lola y salí a recogerla, pero cuando me acerqué pude ver el coche de Manuel. Me pareció muy extraño, aunque ya tenía mis sospechas de que entre ellos había algo más que una relación de primos. Lo noté en la playa, la forma en que él  miraba a Lola, los celos que salían de sus ojos,  la pequeña discusión que tenían en la playa, la forma en la que él la miraba cuando ella estaba conmigo, los ojitos de Lola tratando de ignorarlo. 

Me quedé esperando a que saliera Lola a ver que pasaría, noté la expresión de su rostro, estaba sorprendida, subió a su coche. A una distancia prudente los seguí hasta el centro comercial. Pude ver el dolor que irradiaban los dos, ahí confirmé todo. Aquel amor imposible era Manuel, aunque amamos a la misma mujer, pude ver el dolor en sus ojos al decirle adiós. Tenía que saber lo que pasó, por eso viajé a casa de Manuel, lo busqué. La cara de sorpresa al verme lo decía todo,  lo primero que dijo fue.

—¿Qué haces aquí? ¿Le pasó algo a Lola? 

—Ella está bien. Necesito hablar contigo, es importante. Debo aclarar que Lola no sabe que estoy  aquí.

Primero estaba algo confundido, luego aceptó hablar conmigo. Fuimos a una cafetería.

—Bien aquí estoy —habló Manuel. 

—Seré claro y directo. Para mí no es fácil venir a buscarte, más porque tenemos algo en común, amamos a la misma mujer. Quiero saber ¿Qué hay entre Lola y tú?

—¿De qué hablas? Ella es solo mi prima. 

—Mira, no somos niños, hablemos con la verdad. Lola me contó de un amor que tenía marcado en su corazón, pero no me dijo quien era. Luego observando comportamientos supe que eras tú.

— Todo empezó como un juego. Pero luego me enamoré de ella, solo que fui tan estúpido que sentí miedo de reconocerlo. Lastimé su hermoso corazón, me porté como un patán. Cuando supe que estaba con alguien, supe que lo que sentía por ella era real.

—¿Por qué si la amabas no terminaste con tu novia y luchaste por Lola? Sé que ella te amó —respiré profundo —, mejor dicho te ama demasiado.

—En eso se equivoca, Lola no me ama. Ahora es feliz a tu lado. No luché por ella por estúpido, porque me dejé llevar por el miedo.

—Ella es feliz conmigo sí, me quiere, pero no me ama. Son cosas muy diferentes.

—Yo solo quiero que ella sea feliz. Si su felicidad está a su lado,  me siento tranquilo por eso, aunque su felicidad sea con otro —espetó él. 
 
—Pues aunque en este momento somos rivales de amores, estoy de acuerdo contigo. Ella merece lo mejor, ser feliz,  por eso estoy aquí.

—¿Cómo así? no entiendo. —inquirió confundido.  

—Aunque me duela reconocerlo, sé que ella no me ama, me quiere eso es muy diferente. Aunque seamos rivales por su amor, las cosas se reconocen. Sé que para estar dispuesto a renunciar a ella pensando en su felicidad es porque la amas de verdad.

—Lola es una gran mujer, sí, la amo daría la vida por verla feliz. Por eso decidí hacerme a un lado. 

—Tomaste la salida más fácil. ¿Vas a dejar de luchar por su amor, así como así? No es fácil decirte esto, porque yo también la amo, pero soy justo. No me parece que debas rendirte, si ella te dejó ir, no es por falta de amor.