LOS SECRETOS DE LOLA ©

capítulo 15

Los secretos de Lola.

Capítulo 15

La Conquista...

Continué con mis clases  normalmente. Tal como ellos lo tenían pactado un día salía con uno y al otro día con el otro. Esto no me gustaba mucho, creo que me creaba más confusión. El lunes después de clase Juanse me recogió y me llevó a un lugar hermoso, un acuario gigante, lleno de toda clase de peces. Aww, estaba encantada, sonriendo como una niña. Comimos helado, hablamos, reímos, pasamos una tarde agradable. Él es un romántico, dulce y delicado. Más tarde me llevó a casa.

— Gracias, pasé una tarde increíble, eres un lindo —le agradecí.

—Me encanta verte sonreír, cada momento contigo es mágico  —dejó un cálido beso en mis labios y se fue.

No hay duda que Juanse era un hombre muy dulce, me trataba como una princesa. Tenía detalles muy lindos en su forma de ser y de tratarme. Me acosté, como todas las noches me llegaban mensajes de los dos, estos hombres me volvían loca.

WhatsApp.

—Hermosa mía  ❤  gracias por regalarme una tarde genial. Amo verte sonreír, tus carcajadas son melodía para mis oídos. Quiero estar contigo en cada momento de tu vida, cuando me necesites estaré para ti. Te amo ❤ sueña bonito.

—😚😍Gracias cariño por regalarme momentos únicos, te quiero  ❤❤❤ descansa… 

Luego llegó uno de Manuel.

— ¿Cómo está la dueña de mi vida? Como extraño mis ojitos verdes,  😍más cuando me miran. Amo cada parte de ti, tu sonrisa pícara, el brillo de tus ojos, tus locuras. Quisiera tenerte en mi vida por siempre. Te extraño, te pienso donde quiera que esté. Siempre te llevo en mi corazón ❤ te amo mi niña ❤😈 Sueña con los angelitos y al amanecer conmigo. 
 
—😍💋 Gracias. Sí, son tus ojos de gato, descansa ❤😈 Te veo mañana. 

Esto era de locos.

...

 Luego en el colegio.

—¡Ay amiga!  Oww que romántico, dos hombres luchando por tu amor —chilló Ilse. 

—Ilse, no es gracioso, los dos son hombres maravillosos, con cualidades únicas. El hecho es que no sé qué hacer. 

— Ya te lo dije sigue a tu corazón, en el fondo tú sabes a quién amas. Lo esperaste mucho —me miró. 

—Sí, lo sé. Pero ahora también está Juanse, que es un hombre excepcional, no quisiera lastimarlo.

— Lola, seamos realistas. Uno de ellos será el perdedor. Quieras o no uno tendrá que sufrir. 

— ¡Ay no pues,  muchas gracias doña crueldad! —rodé los ojos.

—Amiga sabes que es verdad. Entre más demores, más difícil será tomar una decisión.

— Sí amiga yo sé eso, me siento pérdida. 

— Lola, en el fondo tú ya elegiste, solo no lo dices por que no quieres lastimarlo, pero como evitar lo inevitable. 

Tanta razón tenía Ilse. Sonaba cruel su forma de decirme las cosas, pero solo verdades salían de su boca. Seguí con mis clases. En la tarde Manuel me recogió como lo prometió. Al verlo fue inevitable sonreír. Se bajó del coche, me abrazó y dejó un beso en mi mejilla, me entregó las llaves.  

—Como ya sabes conducir te concedo el honor. Tengo una sorpresa para ti —esbozó una sonrisa.

—¡Oww! ¿En serio? — salté como una niñita —. ¿Puedo conducir tu coche? 
 
—Mi niña,  claro que sí.