Capítulo VIII

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[ P O S I B I L I D A D ]

Tom despertó sintiendo el cálido calor que emitía el sol desde su ventana, Tessa quién estaba a su lado de inmediato se le acercó y comenzó a lamerle la cara una vez que vió los ojos de su amo abiertos.

— ¡Ey, Tess! — dijo mientras la acariciaba detrás de las orejas — ¿Quieres ir a pasear? — de inmediato la perrita movió la cola agitadamente — Eso creí.

Se levantó y se vistió con un pants cómodo y salió a correr junto a Tessa por las calles aledañas a su casa.

Sintió el aire fresco de la mañana chocar contra su rostro y la paz lo inundó por completo. 

Le alegraba estar en Londres, estar por las calles en las que de pequeño corría junto a __________ hacia el bosque, pasar por las bancas dónde por primera vez intento hacer parkour junto a Hazz, imaginar a Tessa de cachorra corriendo torpemente tras una pelota, era pura nostalgia para Tom pero nostalgia de la buena, nostalgia que le hacía sonreír todo el día.

Sus ojos chocaron con alguien en frente suyo, corriendo de la misma forma que él. Tom reconocería esa espalda en cualquier lado.

— ¡Hazz! — gritó y de inmediato su rubio amigo volteó.

—¡Tom!— sonrió de vuelta y desaceleró el paso hasta que el castaño estuviera a su lado — Hace tanto que no te veo — bromeó Harrison con sarcasmo haciendo reír a Tom.

— Bastante — siguió el juego — 2 días es bastante — Hazz sonrió y lo miró de reojo.

—¿Qué dices de una carrera Holland? — lo retó con una ceja levantada — Quien llegue primero al parque gana — Tom sonrió ampliamente.

— Hecho — y casi como si comprendiera a la perfección de lo que hablaban Tessa lanzó un fuerte ladrido.

Después de contar hasta 3 salieron a toda velocidad en dirección al parque.

Harrison llevaba la delantera por sólo unos centímetros pero Tessa, buscando ayudar a su amo, se metió entre las piernas de Hazz haciéndolo perder el equilibrio y así Tom pudo tomar la delantera.

Faltaba poco para llegar al parque y Tom ya se estaba proclamando victorioso en su mente, volteó por sobre su hombro sin dejar de correr para mirar a su amigo con una sonrisa engreída.

—¡Cuidado Tom! — gritó el chico de ojos azules intentando advertir a Tom.

El castaño volteó al frente pero ya era demasiado tarde, tropezó gracias a una piedra, calló dando un par de giros sobre el piso y finalmente se quedó tirado de espaldas sin levantarse.

Harrison en seguida comenzó a carcajearse y junto a Tessa se acercó a Tom.

— Eso te pasa por presumido — le dijo Hazz mirándolo y sin dejar de reír.

— Cállate Hazz —  dijo aunque en realidad también comenzó a reírse a pesar de aquel dolor en su espalda — Igual te gané.

— Rodar hacia el parque no es ganar — le extendió la mano para ayudarlo a levantarse.

Una vez se miraron ya de pie comenzaron a reírse juntos sin importar las miradas curiosas de algunas personas que estaban en el parque.

— ¿Vamos a desayunar? — terminando de reír le preguntó Tom a su amigo mientras señalaba un pequeño restaurante que estaba en una esquina.

— Claro — sonrió Hazz y juntos caminaron hacia dicho lugar.

Se sentaron en una de las mesas que estaban fuera del local con una sombrilla y Tessa se sentó a lado de los pies de Tom. Después de pedir, Hazz se levantó diciendo que tenía que ir al baño y Tom se quedó solo.

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