Capítulo 24

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— ¿Quieres prestarme atención?

La solicitud envuelta en una demandante voz le hizo despegar la mirada del anotador digital, Jeanine se dirigió a los ojos suplicantes de Elliot que rogaban por un poco de atención. Estaba enfadado, pero lo ocultaba muy bien.

—Lo siento, Eleine me ha escrito algo importante, debo informarle a...

Un chasquido de lengua irritó al animal.

—Siempre es lo mismo Jeannie.

Elliot desvió la mirada a la ventana del comedor. Ella tomó aire y contó en reversa para calmar a la loba, tres semanas pasaron desde que formalizaron la relación y todavía parecía que no lograban hallar un equilibrio, las espasmódicas muestras de celos de Elliot era la mayor fuente de frustración para Jeanine. La loba no paraba de repetirle que estaban en un mal camino.

—Bien, dejaré esto por aquí. —Alejó el anotador digital sobre la mesa—. Ahora sí, ¿qué decías?

Una mirada profunda de ojos suaves regresó a ella, el semblante del lobo se relajó al obtener su atención. Elliot tomó un poco de café.

—Estoy pensando en pedir un préstamo al banco estatal.

Jeanine redondeó los ojos.

— ¿Préstamo? ¿Para qué?

El color marrón se hizo más brillante, resaltado por una sonrisa enérgica.

—Para iniciar mi propio clan.

Esa noticia le cayó como un balde de agua fría directo al estómago, Jeanine sonrió a medias.

—Vaya... Eso es... Inesperado.

— ¿Verdad que sí? —Elliot sonrió complacido—. Lo he pensado desde antes que comenzáramos a salir, y ahora me llena de emoción pensar que eso puede convertirse en algo real..., piénsalo Jeannie, tú, yo y otros diez o veinte lobos seguidores creando un nuevo camino, una nueva vida al sur de Spokane.

Completamente muda, su capacidad de respuesta inhibida, Jeanine se llevó una tostada con dulce de durazno a la boca, retrasando la respuesta que Elliot parecía esperar con ansias. Estaba realmente entusiasmado con la idea, tanto que el destello se volvió más intenso cuando sus ojos cambiaron al dorado oscuro del lobo.

El anotador digital vibró, Jeanine desvió la mirada hacia el objeto y el silencio se volvió incómodo, cortante. Ella lo tomó y abrió el mensaje.

— ¿No vas a responder?

Pero ella se perdió en las palabras escritas que levantaron cada una de sus alarmas, desplazando la pregunta cargada de decepción de Elliot.

Necesitamos ayuda Jeanine. Anissa y diez de los suyos nos han expulsado de Ricker Mountain, Caleb peleó con ellos y lo hirieron pero creo que estará bien. Ellos no quieren a ningún Moon Fighter en sus tierras.

Jeanine regresó a Elliot, continuaba esperando, el café enfriándose en la taza de cerámica roja mientras daba vueltas una galleta de limón entre sus dedos.

—Lo siento —repitió—. Es solo que..., la idea me pareció inesperada, es eso.

— ¿Vendrás conmigo?

Sus miradas chocaron, Elliot tenía fuerza, poder y una súplica silenciosa, como si en su interior gritara una orden que tanto ella como su loba se resistían a obedecer.

Libérame [Serie Moon Fighters 4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora