CAPÍTULO 7.

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BRISA.

Natalia está creciendo y el dinero se me está acabando, por más que me empeñe en encontrar un trabajo no lo logro y eso me frustra, he pensado en volver a buscar a Christopher pero deshecho la idea de inmediato, moriría de hambre antes que volver a vivir en el infierno de su corazón.

— Eres una mujer muy hermosa — una señora de edad se acerca — No deberías estar llorando

— No tengo otra alternativa — me encojo de hombros sorbiendo por mi nariz

— Sé que lo que necesitas es dinero — se sienta a mi lado — Yo puedo ayudarte

— ¿Quién es usted? — pregunto con curiosidad

— Mi nombre es María, soy dueña de un bar. Puedo ofrecerte trabajo allí si quieres — me propone

— ¿Qué tengo que hacer? — le miro a los ojos

— Complacer a los clientes — sonríe

Puedo ver en su mirada lo que es de su vida, su profesión, su sufrimiento, ella me conoce. Puedo verme a mi misma en sus ojos, es una imagen fugaz que reconocería donde fuera: Soy yo.

— Usted me conoce — afirmo

— Te equivocas, no te había visto nunca. Pero dime, ¿Aceptas el trabajo?

Suspiro y a mi mente llega el recuerdo de Natalia, no puedo permitir que mi hija muera de hambre, si yo decidí vivir es para luchar por ella sin importar el precio.

— ¿Cuándo inicio? — pregunto sin convencerme de lo que hago

— Ésta noche si es posible — me entrega una tarjeta — Esa es la dirección, búscame y te diré lo que debes hacer.

No sé si lo que vaya a hacer sea lo correcto, pero definitivamente necesito el dinero, Natalia cumplirá 5 años pronto y necesita ir a la escuela, para que al menos sea mejor de lo que yo pude ser.

DRAKE.

— De acuerdo, pequeña — le hablo por primera vez — Tu mamá se está tardando, pero no te preocupes, no estás sola.

Ella me mira fijamente y sonríe con ternura mientras corre a enseñarme sus juguetes. Me siento en el suelo para observarla con mas dedicación cuando siento que la puerta se abre, desaparezco y me escondo tras la cortina viendo cada escena con detenimiento.

— Hola, chiquita — Brisa levanta a Natalia del suelo cargándola en sus brazos — Mamá volvió.

Llena sus mejillas de besos y en cuanto ve todos los juguetes en el suelo suspira con cansancio.

— Nati... Ya te he dicho que siempre que juegues recojas tus cosas — Brisa habla mientras guarda en una bolsa todos los juguetes de la pequeña.

— Mami, conocí a un amigo hoy — la niña habla para su madre pero ésta parece estar concentrada en otra cosa

— Que bueno hija — termina de guardar los juguetes y se sienta en la cama

Yo me quedo observándola perplejo, sin saber cómo ha llegado a convertirse en una persona del común, cuando ella era tan diferente, tan luchadora y tan única. Me acabo de dar cuenta de que no sólo me ha olvidado a mí, sino que también ha olvidado quién era. Ella ya no es la Brisa de la que me enamoré, la chica luchadora que deshizo su alma por mi en la puerta del mausoleo, la chica que sollozaba al viento extrañando al amor de su vida, extrañándome a mí, ella ya no es la razón de mi sufrimiento.

— Quiero cancelar el trato — entro a la habitación donde se encuentra lucifer

— ¿Cancelar el trato? — pregunta viéndome a los ojos — Drake, ese contrato no es algo que pueda deshacerse de la noche a la mañana, cuando tú firmaste sabías que no podía simplemente cancelarse

— Soy consciente, pero no quiero seguir sufriendo por ella, porque su alma no es la misma, ella no es Brisa, es un ser desconocido que ahora sólo veo con lástima — suspiro

— Tardaste en darte cuenta que realmente la Brisa de antes murió — sonríe — Es el problema con las personas como ustedes, sólo ven lo que quieren y no lo que realmente está ahí.

— No seguiré sufriendo por ella — le miro decidido

— De acuerdo, pero sí por Natalia — saca de un cajón un papel — Cambiaremos almas, ¿Te parece?

— No de nuevo, Lucifer — suspiro — Ya cometí ese error

— Tú sabes que el alma de Natalia me pertenece y que en algún momento podré disponer de ella como se me venga en gana — explica — Si cambiamos las almas, Natalia será libre, pero Brisa será mía.

— No voy a entregarte al amor de mi vida — una lágrima rueda por mi mejilla — No voy a hacerle ese daño

— Recuerda que ella ya no es lo que tú querías, es otra, Drake. Esa chica ni siquiera te recuerda

Pienso en sus palabras, lo que dice es cierto, Brisa no es igual, la verdadera razón por la que seguiría luchando es por esa pequeña que parece tener cada cualidad, cada rasgo de lo que en el pasado fue Brisa.

— ¿Dónde firmo? — pregunto con frialdad

— Conoces las reglas de mis contratos — me entrega el objeto filoso

Hago un corte algo profundo en mi mano haciendo que la sangre se derrame sobre el papel, Lucifer toma mi mano y la sana por completo, toma el contrato en sus manos y lo guarda sonriendo.

— Cuando te diga que necesito el alma de Brisa me la traerás, sin ningún tipo de reclamo — explica — A ti no tiene que importarte la forma en la que muera, ni podrás impedir que pase o el trato se cancela y me voy a asegurar de que ambas sufran ¿Te quedó claro?

— Sí — respondo secamente retirándome de ahí.

Espero haber hecho lo correcto porque de lo contrario no podría soportarlo, Brisa ahora no es mi prioridad, debo desechar los recuerdos que me unen a ella, para crear unos nuevos junto a Natalia, ella será la razón de mi sufrimiento, ella sí valdrá la pena.

TODO POR ELLA [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora