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Parte de la historia narrada por la autora

Imagina por un segundo enamorarte de alguien que no puedes tener... Precisamente era lo que le sucedía a Drake, se enfrascó en la ilusión de tener a Natalia y ahora su sufrimiento era peor, había pasado algún tiempo después de que ella conociera su mundo, pareciera que después de eso ella fuera más unida a Drake, ella creía de algún modo entenderlo, lo llegó a querer, pero no a amar con la misma fuerza con la que Drake lo hacía y no corresponderle le hacía pedazos el alma.

— tengo una sorpresa — Drake le habla a Natalia con suma ternura

— ¿Qué es? — preguntó nerviosa

— ya lo verás

Él la tomó en sus brazos y desplegando sus enormes alas negras voló junto a ella permitiéndole apreciar la ciudad desde lo alto, ella siempre había soñado con un momento así, extendió sus manos para que el viento le acariciara, para que el aire que inhalaba jugara connsu pecho fundiéndose en una increíble sensación que no supo describir.

— ¿te ha gustado? — Drake le pregunta cuando están ya en la tierra

— ha sido increíble — sonríe

Drake saca el broche que Brisa quería regalarle y se lo entrega sonriendo.

— ésta es una pequeña parte de tu madre — le explica — es lo que ella siempre quiso que tuvieras, para que no olvidarás nunca quien eras y lo que debías hacer en el mundo

— ¿crees que podré verla de nuevo? — le mira con los ojos cristalinos

— nada me gustaría mas que eso, pero debo protegerte, no podrás verla... A menos que...

— ¿qué? — le mira con curiosidad

— a menos que mueras

Un escalofrío recorre el cuerpo de Natalia. ¿Qué tan lejos estaría dispuesta a llegar para ver a su madre? Lo suficiente como para perder la vida por ella.

Pero en el fondo de su pecho la verdad le dolía, sabía que Drake no permitiría tal cosa, él jamás dejaría que ella se hiciera daño.

Dos meses mas tarde

Drake caminaba por el árido lugar que conectaba el inframundo con la tierra, a lo lejos pudo ver a Natalia, corriendo hacia el bosque, con lágrimas en los ojos... No dudó un sólo segundo en seguirla hasta que la vió llegar al borde de un precipicio.

— ¡detente! — le gritó desesperado por hacerla entrar en razón — esto no es correcto... No te condenes de ese modo.

— Drake... Tú y mamá serán siempre seres de la oscuridad, estoy sola en el mundo, no me queda nada mas que verte de vez en cuando, cada vez que escapas del infierno, cada vez que te veo llegar siento la plena necesidad de irme contigo... Esto es lo que quiero, te veré del otro lado.

Y se lanzó al precipicio sin importarle el lío que se formaba en la cabeza de Drake, pensaba en protegerla, necesitaba impedir que ella muriera, y se lanzó también esperando poder evitar lo que ya estaba escrito en su historia.

Ambos impactaron con el suelo, para Natalia ya no existía el mundo real, Drake de lamentaba por el hecho de haberla traído hasta éste punto, Natalia dejó de luchar por sí misma desde que se enamoró de ese ángel en el infierno, el ángel que la salvó en muchas ocasiones del suicidio, que le enseñó a vivir sin su madre, que la defendió e hizo hasta lo imposible por verla sonreír, incluso herirse a sí mismo valía la pena con tal de que ella estuviera bien.

— ¡Porqué! — Drake le gritaba al cuerpo frío y sin vida de su pequeña — ¡porqué me has hecho esto!

Ya no había razón para seguir en el mundo, expandió sus alas y voló hasta el lugar donde sabía que Lucifer aguardaría por el alma de esa pequeña que decidió simplemente dejar de existir, como si esa decisión fuera fácil de tomar, como si pudiera simplemente borrar lo que ha hecho y empezar de nuevo.

"Manché mis manos con sangre y dibujé en la arena un corazón con tu nombre, antes de que rompieras mis sueños condenándome al vacío yo era feliz, no estarás conmigo... Porque merecías el cielo, tu don le pertenecía a Dios y nada más puede unirnos, no volaré hasta allí porque no puedo, y si me lo permitieran, tampoco lo haría... Porque mereces estar al lado de quien te ama, al lado de una persona que te entienda y te cuide más de lo que yo pude. Te amo Nati. Con cariño... Drake"

Soltó la carta dejando que el viento se la llevara, ella subió al cielo y él se quedó ardiendo en el lugar al que perteneció siempre, fue una dicha conocer a tan gran mujer, pero ella no le pertenecía.

En ocasiones así es el amor... Hay que soltar para darnos cuenta de lo que tenemos realmente, porque no hay cosa mas dolorosa que mantener a quien quiere con todas sus fuerzas subir al cielo.

TODO POR ELLA [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora