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By Drake.

Lluvia y niebla es no único que nos rodea ahora, apuro el paso para poder llegar a casa junto a ella y que no pesque un resfriado, pero justo cuando estamos frente a la puerta, ella se detiene en seco.

— Nati — carraspeo — nos estamos mojando aquí afuera

— yo no quiero entrar ahí por ahora — me mira a a los ojos

— ¿Qué quieres hacer entonces?

— Regresemos al baile — me mira buscando una reacción en mi rostro

— no voy a llevarte allá, ¿estás loca? ¿No te bastó con lo que esa manada de cabrones te hicieron?

— no quiero seguir temiendo — sonríe — te has vuelto real para todos por una noche, sólo... Ven conmigo.

Suspiro y pienso en sus palabras, trato de ser lo mejor para ella pero muchas veces me equivoco en mis decisiones.

— de acuerdo — ruedo los ojos — ve a cambiarte.

By Natalia

Sonrío mientras estoy frente al espejo arreglando mi peinado y mi maquillaje, salgo de la casa y veo que ya no llueve, Drake estira su mano para que la tome y así lo hago... Caminamos hasta el baile y allí puedo ver que todos actúan con normalidad como si no hubiera sucedido nada, no puedo ver a Joshua ni a ninguno de ellos, así que me siento mas decidida a entrar.

— si no quieres hacer esto podemos volver ahora — Drake habla interrumpiendo mis pensamientos

— ¿Bromeas? ¡Los demás pueden verte! Es todo lo que siempre soñé... No voy a quedarme en casa a desperdiciar ésta oportunidad.

El sonríe y juntos avanzamos hacia el gran salón donde todos se quedan observándonos como bichos raros, pero no me importa, nada importa mientras esté con Drake.

— bueno señorita — Drake habla con cierta cortesía — ¿le gustaría bailar conmigo?

— me encanta la idea — tomo su mano y el me guía hacia la pista de baile.

Pasos, miradas, vueltas y muchas sonrisas... Todo desaparece a su lado, me siento única en el mundo, hace que me dé cuenta de que no necesito encajar si lo tengo a mi lado.

Ya entrada la noche, y después de beber algunas copas decidimos ir a casa, mientras vamos caminando me siento completamente mareada, todo me da vueltas y creo que por primera vez en mi vida sé lo que se siente estar ebria.

— bien, ya es hora de que descanses — Drake habla organizando mi cama

— quédate — le ruego arrastrando las palabras — ¿si?

— sabes que yo no voy a dejarte sola — me mira a los ojos — tú duerme tranquila.

Me recuesto en la cama y el se sienta en un pequeño banquito que hay a mi lado, me mira fijamente y sonríe

— ¿Qué ocurre? — le pregunto sonriendo

— eres hermosa Nati, jamás dejes que alguien quiera hacerte creer lo contrario.

Me levanto sin pensar mucho en lo que hago y lo beso sin que me importe si es mi amigo o no, su boca se siente tan bien, aunque el hielo de sus manos en mis mejillas hagan que me sienta extraña de alguna manera, él es el único lugar al que quisiera huir cuando me siento triste, la única persona que podría hacerme sentir en las nubes en un par de segundos.

— Nati — me mira a los ojos separándose de mí — eres una chica increíble y yo odiaría hacerte daño

— entonces no lo hagas — le sonrío acariciando su mejilla

— esto no es lo correcto — suspira cerrando los ojos como si luchara con un demonio interior

— para mí lo es, mírame a los ojos y dime que no sientes lo que yo — intensifico mi mirada como si le rogara con esta misma

— Nati... — me toma de las manos con suavidad — yo siento incluso más de lo que tú sientes por mí.

— entonces ¿Porqué no es correcto? — pregunto a punto de soltar un sollozo

— porque no pertenezco a tu mundo — baja la mirada — soy un ser oscuro que Lucifer ha enviado para tu cuidado — suspira —  en el proceso... Creo que me enamoré de tí.

— no comprendo — le miro extrañada

— la historia es algo larga — juega con sus manos

— tengo todo el tiempo del mundo — me cruzo de brazos

— está bien... Empezaré desde que todo éste lío se formó. Yo conocí a tu madre en un bulevar, un sitio donde hay mujeres que ofrecen su cuerpo a cambio de dinero... Sabía que tu madre no era una mujer que mereciera estar allí... Metida en ese mundo de drogas, alcohol y sufrimiento... Yo decidí sacarla de allí, no me importaba mucho lo que tuviera que hacer. En medio de todo eso yo... Me enamoré perdidamente de ella, digamos que tu madre, además de ser hermosa siempre fue una luchadora incansable, eso fue lo que más me gustó de ella.
Conoció a mi familia, y se llevó la sorpresa de que mi padre había sido el mismo hombre que había abusado de ella cuando aún era virgen. Pasamos por muchos momentos, ambos luchamos e hicimos lo imposible para estar juntos, nos casamos, y en el mismo día de nuestra boda, tuve que abandonar éste mundo.

— espera... — le miro perpleja — tú... ¿Moriste? Eres un... ¿Fantasma?

— deja que te lo explique ¿si? — me mira mientras sonríe con tristeza

— de acuerdo... Continúa.

— cuando morí yo me convertí en un alma, fui arrastrado hasta la oscuridad del infierno y Brisa... Tu madre se quedó en la tierra llorándome a diario, hasta que un día decidió pactar para salvar mi alma del sufrimiento. Asesinó a 100 personas y cuando fue a esperarme al mausoleo, yo decidí no ir con ella porque pensaba que merecía ser feliz sin mí, que ella necesitaba que el mundo estuviera a sus pies... Me equivoqué... Y para enmendar el error pacté con Lucifer dándole el sufrimiento de mi alma a cambio de que ella fuera feliz... Fue cuando perdió la memoria y más luego naciste tú. Lucifer me encomendó tu alma, porque en cualquier momento la necesitaría, tú le pertenecías a él y no tenía mas remedio que obedecer, o tu madre sufriría!!

— pero ella igual sufrió — las lágrimas inundan mis ojos — le dio SIDA y luego falleció

— eso tiene una explicación... — suspira — al cabo del tiempo me dí cuenta de que tu madre ya no era la misma, carecía de esa esencia que me hacía amarla, yo ya no estaba enamorado de ella... Una ilusión y un sentimiento nuevo creció junto a tí... Así que cambié el alma de tu madre por la tuya... Lucifer te liberó... Pero... Condenó a Brisa al purgatorio.

— ¿¡QUÉ!? — grito saliendo de mis casillas — ¿¡CONDENASTE A MI MADRE AL PURGATORIO!?

— no fue mi intención, Lucifer me engañó, él nunca me dijo que ella iría allí — solloza — no supe ver lo que era tu madre... Ella siempre fue la misma de diferentes formas... Yo destruí todo lo que es ella, y es por eso que te lo digo... Esto no es correcto.

Le miro, su cabeza inclinada, de sus ojos emanan lágrimas negras que me comprueban que se ha maquillado para lucir "normal".

— Drake — levanto su cabeza para que me mire — quiero conocer tu mundo.

— ¿Qué?

TODO POR ELLA [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora