"No temas Abram, soy para ti un escudo. Tu galardón será muy grande".
Dios es mi escudo y me protege, siempre lo ha hecho, contra las maldiciones que quizás me lancen. Creó leyes universales como bendiciones para mi beneficio, lo cual es un alivio a mi vida e integridad.
Me dio cualidades como la misericordia, por lo tanto, soy misericordioso, exhorto en todo lugar: ¡con presteza sirvo gozoso, dedicado al Reino de Jah! Como su ciudadano del amor hablo con pasión de mi Protector.
Además de ser mi Protector, me cuida y me sostiene con amor, así como hace con los árboles más grandes de la tierra, la Secuoya, que nada tiene que ver con la soya, sino con el apoyo que cada árbol se da entre sí, por medio de las raíces se conectan para que su crecimiento sea exitoso y lograr su longevidad, la solidaridad les da total efectividad.
Dios también es mi escudo contra los pensamientos negativos y el juzgar las cosas como malas o en ser grosero con lo que se me da la gana. Porque de manera sana obedezco, y a Dios reconozco.
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Génesis El principio de la poesía
PoesíaEn este poemario llamado el "Pentateuco del amor", inspirado en versículos escogidos de los cinco libros de la Biblia, que componen el Pentateuco escrito por Moisés, Millón Durango presenta testimonios de su rica y profunda vida personal, promesas q...