Génesis 24:63

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"Estaba afuera paseando a fin de meditar en el campo como al caer la tarde".

E Isaac meditaba en su corazón sobre las bendiciones que recibía de Dios, que aumentaban su gran amor.

Abramos las puertas de nuestros corazones a Dios de par en par, de cosas gratas, desde el amanecer, así tengamos mucho que hacer.

Cuando paso largas horas sin dormir, aprovecho, medito y consigo esa paz con mi fe puesta en Ti mi Dios.

Concentro mi mente en la bondad y la virtud, en el amor y la verdad y así consigo la quietud. Tus pensamientos, mi Señor, ¡cuán bellos y valiosos son!

En tu palabra de amor medita mi corazón. Decreto con poder palabras agradables y dignas de consideración, pues sé que Tú, mi Señor, me has concedido las peticiones que expreso con gran amor.

Génesis El principio de la poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora