Capítulo 5. You R in Love

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"One step, not much...But it said enough"

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Rozó con delicadeza el vidrio de la ventana, observando como al horizonte se alzaba con alegría el sol anunciaba un nuevo día, mientras la oscuridad de la habitación se disipaba paulatinamente. Otorgó una última mirada al cuerpo extendido sobre la colcha que a pesar de estar acompañada, la sentía más fría de lo normal.

Apoyó su frente contra la ventana, sintió el frío recorriendo todo su cuerpo...recordándole que aún estaba viva, que el dolor era inevitable y que el error se había vuelto a cometer. Lo mucho que  había luchado, esquivando grandes obstáculos, evadiendo un poco la realidad. Aceptando toda la mierda que tenía encima para auto convencerse de que eso, era una pérdida de tiempo.

"Una maldita mentira" Pensó con pena ante de apartarse y disponerse a salir de la habitación. Prepararía el desayuno para intentar distraerse un poco. 

Un total fracaso. 

A medida que hacía el café, los recuerdos fugaces de sus salidas nocturnas con una de esas bebidas en sus manos, hablando de estupideces que ayudaban a matar el tiempo.

Giró sobre sus pies para buscar un par de huevos y tostadas. Y se encontró con esos ojos azabache que ahora le atormentaban sin descanso y todo por culpa de ella, de un juego que no sabía llegaría hasta tal punto.

—Me gustas—susurró sin poder contenerse más, olvidando un poco lo que estaba haciendo hace apenas unos minutos.

—A mi también.

—No—respondió, esperando a que entendiera. Dejando que un incómodo silencio se instalara entre ambos, mientras la enorme brecha se abría con rapidez bajo sus pies, separándolos aterradoramente.

Lo escuchó lanzar un suspiro, acomodándose sus cabellos azabaches dejando su peso sobre la pared antes de mirarla fijamente y responder.

—Enamorados...

—Terriblemente.—Sonrió con ironía. ¿Quién iba a imaginarlo? En tan poco tiempo y totalmente rendidos ante el otro, sin conocerse realmente, sin desear encontrarse con la verdad que los separará.

—Será fatal.

—Desde un comienzo lo fue.

—Definitivamente, somos esa generación libre que le encanta tirarse mierda. O mejor dicho, quedar hechos una mierda.—Aceptó apartando la distancia que quedaba entre ambos, tomando su rostro con delicadeza la miró unos segundos antes de sellar sus labios, reafirmando que la última partida comenzaba y el dolor era inevitable, pero se arriesgarían. 

Todo comenzó en 1989 [ SasuSaku ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora