Aiko PoV
Viendo fijamente a los ladrones, pensaba en alguna manera de salvar a las dos rehenes, las cuales solo lloraban del terror que sus victimarios le provocaban, ellos insistían a que soltáramos nuestras armas y cada vez se ponían más serios y decididos a dañar a las rehenes, Osamu se negaba a soltar su arma, pero al final tuvimos que desistir y bajar las armas, no teníamos los suficientes refuerzos para salvar a las chicas y detener a los ladrones, en estos momentos los francotiradores servirían de mucho.
Esos dos dejaron a las chicas y huyeron, a lo cual al correr hacia la entrada, Osamu en un oportuno momento tomo rápidamente la pistola y le disparó con precisión a la pierna del toro, el cual soltó un fuerte quejido de dolor; su compañero murciélago se detuvo un momento y prácticamente no sabía que decisión tomar, ya que tenia que huir y a la vez salvar a su compañero. Sin mas solo asintió con la cabeza y abandono a su compañero toro. Intentamos atraparlo, pero Osamu decidió que con el toro era suficiente para saber todo.
Llegaron las patrullas con algunas ambulancias, para verificar si había mas gente herida o muerta de lo que ya habíamos recibido informes; esposamos al toro y lo llevamos a una ambulancia para que lo fueran a checar, Osamu insistía que deberíamos dejarlo desangrarse hasta que se muriera, pero también en el fondo sabia que el era una parte vital para nuestro caso en progreso. Pasaron las horas, nosotros dos estábamos en nuestra oficina, hasta que un oficial compañero nuestro, había ido para avisarnos que nuestro jefe nos quería ver en su oficina.—¿Para que crees que nos quiera ver? No hemos hecho nada malo.—dijo Osamu algo serio pero a la vez nervioso.
—La verdad, no lo se, pero es mejor que vayamos a averiguar de una vez, antes de que se ponga peor la situación.—respondí y nos dispusimos a ir a la oficina de nuestro jefe, el cual era un león ya mayor de edad, en su melena se le notaban algunas canas por la vejez temprana que el trabajo le provocaba.—¿Sucedio algo, señor Dale?—pregunto Osamu viendo fijamente al felino enorme, el cual no nos quitaba la mirada de encima, y al parecer en la misma, se dibujaba una mirada tan seria, que podria intimidar hasta al ser mas valiente.
—No entiendo por que ustedes dos siguen aqui, dejaron escapar a uno de los terroristas de la estacion, cuando sabemos que el y el toro son los sospechosos que necesitamos.—dijo con un tono de voz muy serio y grueso, que parecia como si hablara gruñendo.
—Tenemos al toro, solo es cuestion de tiempo para sacarle la informacion que necesitamos.—respondi intentando no mostrarme nervioso.
—¡No es suficiente!—exclamo molesto el felino de enorme tamaño dando un fuerte golpe contra el escritorio. —¡No sabemos si solo son ellos dos o una banda de criminales!—Dirigió una mirada aun mas fría y seria hacia nosotros dos. —Quiero que lo atrapen y a ambos los pongan tras las rejas ¡O juro que a los dos los pongo de patitas en la calle! ¡Ahora retírense antes de que me enfurezca mas con ustedes!
Asentimos y en silencio tratando de mantenernos en toda la seriedad posible, nos retiramos de la oficina para después regresar a la nuestra. Estábamos algo asustados, ya que esta vez la amenaza de despedirnos ya era en serio, ya había pasado en varias ocasiones, pero esta vez ya iba e serio, ya no sabíamos que hacer en estos momentos, teníamos nervios y no teníamos mucha capacidad para pensar por la situación; llegamos a la oficina y nos sentamos en el escritorio, viéndonos fijamente.
—Vaya, al parecer ahora si le pego el enojo al jefe, y esta vez ya corremos el riesgo de que nos quedemos sin empleo.—dijo Osamu.
—Es el estrés del caso, a todos nos pasa, ya veras que todo saldrá bien.—conteste algo tranquilo pero a la vez tenia nervios.
—Espero que solo sea eso, pero como sea ¿Que debemos de hacer algo? Ya tenemos a uno de los criminales, pero hay que esperar a que podamos interrogarlo y transferirlo a la prisión.
—Creo que deberíamos ir al hospital de una vez, hay que sacarle la información, y creo que tu tendrás que aplicar la fuerza bruta.
—Mientras no me descubran, por que si de por si, el jefe esta enojado y estamos en cuerda floja, imagínate si me descubren, me sacan a patadas y me prohíben trabajar en cualquier lugar como oficial y me demandan los de derecho humanos.—comenzó a reírse.
—Y si, pero bueno, mejor vayamos de una vez al hospital, y a esperar a encontrar al murciélago.—respondí y ambos nos pusimos de pie para después salir de la oficina. Nos salimos de la comisaria y fuimos a la patrulla, para después irnos a la patrulla, con el fin de dirigirnos al hospital.
Un rato después llegamos al hospital, donde en la recepción, pedimos informes donde estaba el toro, y finalmente pudimos saber la identidad de uno de ellos. Sin mas nos dirigimos a la habitación 206, donde se encontraba nuestro sospechoso. Al llegar el toro estaba esposado a la camilla, tenia la pierna derecha vendada, por el disparo que había recibido por parte de Osamu.
—¿Que quieren ustedes dos?—pregunto el toro muy molesto al vernos entrar en la habitación.
—¿Eres tu el que se llama Frank?—pregunto Osamu.
—¿Y que si lo soy?
—Que te estamos buscando a ti y a tu compañero murciélago.—respondí. —Así que habla ¿donde esta tu compañero?
—No les diré ni una mierda, y no podrán hacerme hablar.—respondió el toro.
—¿Ah si?—Osamu comenzó a acercarse lentamente a la camilla, del lado derecho para ser mas especifico. —Soy un ex militar y tengo mil y un formas de sacarte la información, así que si fuera tu, comenzaría a hablar.
—¡Ja, ja, ja! ¿Y que es lo que harás exactamente?—pregunto muy serio Frank.
Osamu me ordeno salir de la habitación y cerrar con seguro la puerta de la misma, y así me quede vigilando afuera para indicarle si venia alguna enfermera. Solo comencé a escuchar como el toro comenzaba a quejarse de dolor y los gritos de Osamu exigiéndole que hablara.
Si se lo preguntan, Osamu es un tipo duro, y eso fue lo que me hizo que me enamorara de el, y que desgraciadamente, no pude ser correspondido; después de unos largos minuto el toco la puerta, indicándome que podía abrir y entrar a la habitación y eso hice, al entrar solo veía a Frank con unas pequeñas lagrimas de dolor e intentando calmar su dolor en la pierna.—¡¿Vas a hablar?!—pregunto muy molesto y serio.
—¡Si!—exclamo casi sollozando el toro.
Es aquí donde comenzó a contar al menos todos los detalles que necesitábamos saber.
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Dos Destinos, Un Amor [Furry/Yaoi](Terminada)
FanfictionAiko y Osamu, dos mejores amigos que han estado juntos desde la escuela militar, logran su sueño de ser agentes de policía, ambos hacen sus vidas por separado, Aiko logra conseguir una pareja llamado Kyle, un puma de personalidad que con él tiempo c...