—Dime que tienes buenas noticias. —fue lo primero que salió de su boca apenas entró al despacho de Tenten, la mujer lo miró con molestia por tan siquiera haber tenido la educación de saludarla, aunque lo dejaría pasar, ya estaba acostumbrada a lidiar con clientes impacientes.
—Para tu suerte, sí. —le entregó el documento, Naruto lo tomó como si temiera que algo le pasara. —El juez aprobó el divorcio, tú y Hinata están completamente separados.
Por fin, pudo gozar de ese sentimiento de libertad por completo. Lo primero que haría, es contarle todo a Sasuke y nuevamente le hablaría sobre su posible relación, de verdad podía haber un futuro prometedor con el Uchiha. Agradeció varias veces, incluso se atrevió a besar la mano de la castaña como otra muestra de agradecimiento. Antes de irse, la mujer le recordó el resto de la paga que tenía pendiente, vaya que su servicio era bastante costoso.
Condujo hacia su casa con una sonrisa imborrable, de vez en cuando miraba en el asiento del copiloto el folder con el documento, todo parecía ser tan irreal. Podía empezar a hacerse una idea de cómo sería su vida a partir de ese momento, si Sasuke lo aceptaba, podría besarle sin ningún remordimiento, podrían dormir en la misma cama y despertar con una sonrisa al verlo a su lado, podrían salir en citas o pedirle que le acompañara en sus viajes de negocios, darle obsequios, reír hasta que sus estómagos digan basta, complementarse el uno al otro. Todo era perfecto en su mente.
Definitivamente lo tratarían como un adolescente por ser tan soñador.
Estacionó el auto frente a su casa, después de haber atravesado los portones de seguridad. Buscó esos hermosos ojos negros por todos lados, sin embargo, no lograba hallarlos. Incluso le preguntó a más de un trabajador, que pasaba por ahí, por el paradero del muchacho, pero nadie supo darle una respuesta concreta. Su única salvación fue Chiyo, la vio sentada en una banca a las afueras de la mansión, estaba contemplando el jardín que Ino mantenía impecable con tanto esmero. Las mariposas se posaban encima de las flores, o una que otra abeja; de alguna manera, le recordaba a su madre cuando él era un niño.
Su madre...
Su padre...
Hacía tanto tiempo que no los veía, empezó a sentirse como un pésimo hijo. Pronto lo haría, y quien sabe, con suerte y podrá hacerlo de la mano de Sasuke, lo presentaría lleno de orgullo frente a ellos.
Le preguntó a la anciana por el Uchiha, ella fue la única que le dio con exactitud el paradero, tan solo estaba en el jardín que tiene acceso desde la casa. Luego de agradecer, se adentró en la vivienda. Sentía su corazón latir con fuerza con cada paso que daba, sus ojos se fijaron en ese muchacho contemplando la belleza de las nuevas flores que Ino había plantado. Tan solo verlo lo hacía temblar, Sasuke tenía algo que resaltaba entre los demás, podía ponerlo en el centro de una multitud de gente, que de alguna manera, siempre se fijaría en él.
—Sasuke. —lo llamó, el menor volteó a mirarlo, levantándose en el proceso.
—Creí que estarías en el hospital.
—Se supone que debía de estarlo, pero recibí una llamada de la abogada. —extendió el folder, sonriéndole con ternura. Sasuke miró el documento. —El juez aprobó el divorcio, ahora estoy definitivamente separado de Hinata.
—Honestamente, no sé qué decir, sonaría mal si te felicito...
—No tienes que decir nada. Sasuke, sé que haz pensado lo que hablamos en mi oficina, quisiera saber tu respuesta. —los papeles quedaron en el olvido, Naruto tomó las manos de Sasuke entre las suyas, su corazón seguía latiendo con fuerza.
—Yo... siento como si estuviera traicionando la confianza que la señorita Hinata me dio cuando llegué a esta casa, y hacer esto mientras ella está en coma...
![](https://img.wattpad.com/cover/188078386-288-k533149.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un Matrimonio "Ilegal" [NS] (Wattys2019)
FanfictionViajó a Japón para demostrarle a su padre que podía surgir sin su ayuda, obteniendo como castigo no poder llevarse el dinero suficiente para poder sobrevivir mientras encontraba un trabajo que le ayudara a terminar sus estudios. El mismo día que lle...