RELÁJATE

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CAPITULO 2


Ash y Arnold, se encuentran caminando por los grandes pasillos del palacio, en busca de la habitación que el entrenador ocuparía durante su estadía en ese lugar. Arnold iba enfrenté del chico para guiarlo, hasta que por fin llegaron.

— Bien Ash, esta será tu habitación. Espero que sea de tu agrado, y si no lo es, pues ni modo. — Menciono Arnold burlándose un poco.

Ash abrió la puerta y entro a la habitación observándola por unos momentos. Ciertamente todas las habitaciones eran más grandes que la de su casa, se sentiría un poco extraño.

— Si, está... muy bien. — Respondió Ash observando su habitación de arriba abajo.

— Bien, yo tengo otras cosas que hacer, así que nos vemos luego. Y no hagas nada tonto por favor. – Dijo Arnold saliendo de la habitación.

— ¿Tonto yo? — Al parecer Ash se había ofendido un poco por el comentario. — ¿Qué acaso parezco niño pequeño?

Arnold ya no se encontraba en la habitación, por lo que Ash aprovecho el tiempo para acomodar algunas de sus cosas, y nuevamente alguien entro a la habitación.

— Pika, pika pi. —

— Ahí estas, ¿Dónde te habías metido todo este tiempo? — Cuestiono el entrenador a su pequeño amigo.

— Pi pika. – Respondió señalando hacía el marco de la puerta.

Justo de tras de la puerta, se escondía un Pokémon tímidamente ante la presencia del nuevo entrenador en el palacio.

— Ya veo, conque hiciste un nuevo amigo. —

— Pika. —

— Me alegra saber eso, bien. Iré a saludarlo. — Dijo Ash acercándose a la puerta.

Ante esto, el Pokémon se puso aún más nervioso, que pensó en irse de ahí. Pero ya era tarde.

— ¡Hola! — Saludo amistosamente el chico.

El Pokémon vio que Ash no tenía malas intenciones, por lo que decide salir de su escondite.

— Tu eres el nuevo amigo de Pikachu, ¿Cierto? — Pregunto el chico.

El Pokémon asintió con la cabeza.

— Mmm, ya veo. Si no me equivoco... tu eres un Pachirisu. – Observo Ash.

— Pika. – Pikachu subió al hombro de Ash.

— Bueno, no sé ustedes, pero yo tengo hambre. – Dijo el entrenador sobando su estómago.

Ash dejo a los dos Pokémon en su habitación mientras que el salía en dirección al comedor en busca de algo para comer. Pero justo cuando estaba por entrar, vio a la princesa Salvia sentada frente a un piano, tocando con gracia y elegancia. La melodía era muy bonita, para nuestro entrenador era algo simplemente increíble.

— Vaya, la princesa sabe tocar muy bien. – Susurro Ash acercándose a donde se encontraba la joven princesa.

Salvia termino su última nota y fue cuando se dio cuenta de la presencia del entrenador

— Hola Sir Ash, no lo había visto. — Saludo Salvia.

— Jeje perdón si la interrumpí. — Se disculpó el chico.

— Descuide, no lo hiso. Acabo de terminar mi práctica. —

— No sabía que tocara tan bien. — Alago Ash.

ERES MI PRINCESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora