Klaus

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Parte uno.

La chica se mantenía sentada en un rincon observando a sus hermanos discutir, inhalo del cigarro que tenia entre sus dedos, todo en ella se veia extravagante a pesar de que vestia como una vaga, muy parecida a la ropa que usaba su hermano Klaus usualmente.

- Yo digo que dejemos este tema de lado, no tiene caso seguir discutiendolo, el viejo murio y no podemos hacer algo - hablo por primera vez.

- No voy a dejar que este imbecil insinue que uno de nosotros mato a Reginald, de seguro estar en la luna por tanto tiempo le afecto - Se quejo Numero Dos, tambien conocido como Diego.

-Porque no quieres que siguamos indagando? Acaso sabes algo? -le pregunto con tono acusador Luther.

Ella solo chasqueo la lengua y se levanto del sillon en el que estaba, no le importo soltar su cigarro sobre la alfombra y pisarlo.

- Lo que digo es que es inutil hacer esto, vine por un funeral y a ver si el viejo habia dejado alguna herencia no vine a que me interrogaron - le respondio desafiante.

- Uy~ ahora la cosa se pone seria - Canturreo su hermano Klaus.

Ella le dedicó una mirada melancolica que rapidamente fue borrada por una de finjida molestia.

- Pues si solo vienes por interes no hubieras venido - le dijo seriamente Luther.

-No digas esas cosas Luther, se que estas alterado pero no es motivo para tratarla asi -le reprendio Allison.

Si supieran por lo que realmente vine

-No me importa Alli, este simio no va a comprender por mas que le expliquemos, y aparte Luther no vine solo por interes, tengo dinero de  sobra - le dijo con segundas intenciones sabiendo lo que ese gran abrigo escondia.

Ver el futuro, ese era su poder.

Su poder era algo complicado, no solo veia un futuro directo si no que tambien veia todas las lineas posibles de tiempo, infinitas posibilidades e infinitos resultados, ella tenía una gran capacidad cerebral por lo que solo le costaba poca consentracion para poder indagar entre esas lineas, lo usaba para ganar dinero, jugaba cartas y compraba boletos de loteria, siempre verificando que todos lo factores fueran parte de el futuro que ella deseaba.

Ese dia algo grande sucederia y por eso habia asistido,lo habia visto hace 15 años.

- Si no tienes mas acusaciones que hacer tengo un pendiente antes del funeral - dijo saliendo de la sala levantando su mano con el signo de paz.

Salio de la mansion y camino a la tienda mas cercana,  sintio unos pasos cerca de ella por lo que uso sus poderes y sonrio en cuanto termino de analizar.

- Ey! Hermanita querida hermosa~ lo que dijiste adentro...era cierto? - le pregunto con intriga y emocion rodeandola por el hombro mientras seguian caminando.

- ¿Que parte? - le pregunto ya sabiendo la respuesta, el aura que emitia Klaus le agradaba.

- Ya sabes~ lo de tener dinero de sobra - le dijo moviendo una de sus manos alegremente.

Ella sonrio con tristeza, sabia lo que Klaus hacia y eso la ponia triste pero era necesario que asi fuera, era necesario que él se drogara para que todo saliera perfecto.

- Si, soy algo asi como una Reginald junior - le dijo bromeando un poco.

- Wah! - exclamo sorprendido - y tu crees que ya sabes, podrias prestarme un poco? - le pregunto sutil.

- Claro, pero primero comamos algo de la tienda, escuchar discutir a los chicos me dio hambre - le invito.

Queria pasar algo de tiempo con él, por cuestiones de que tenia que asegurar un futuro tuvo que alejarse de él dejandolo solo, sabia que en parte era su culpa que hubiera terminado como esta y se sentia mal por eso.

- Claro! Yo tambien tengo hambre - accedio él gustoso.

Entraron a una tiendita y ella camino por los pasillos buscando las cosas por las que habia ido, las encontro y las tomo.

- Toma lo que quieras - le dijo sonriendole.

- Lo que quiera? - le pregunto con duda y emocion.

Ella asintio y vio como Klaus recorria emocionado los pasillos como si fuera un niño pequeño, sintio como un calido sentimiento se apoderaba de ella, fue a pagar y miro como Klaus regresaba con un monton de papas fritas y algun que otro pan Bimbo.

- Serían 80 dolares - le dijo la señora mirandolos mal.

Sabia que era porque su apariencia era de alguien... era de alguien que no tenia ese dinero.

Busco en su mochila, Klaus observo sorprendido muchos billetes de grandes cantidades, ella finalmente saco uno de 100 y lo entrego, la cajera algo avergonzada le dio su cambio.

Klaus tomo las bolsas y la miro, ella solo le sonrio levemente y dio media vuelta para despues comenzar a caminar hacia la salida siendo seguida por su hermano.

-Pasame unas - le pidio ella señalando la bolsa con chucherías.

- De cual quieres? Tenemos de diferente variedad! - le dijo emocionado viendo todo lo que su hermana le habia comprado.

- Cualquiera esta bien - le dijo mirandolo de reojo, le gustaba verlo asi, tan feliz.

Él le paso una y caminaron hasta la academia, antes de entrar ella le dio un billete de 100 dolares.

- Toma.

- Wahh! No es mucho? Quiero decir no me molesta pero... - dijo haciendo fuerzas para no tomarlo.

- Te lo dije no? Tengo de sobra - le respondio algo arrogante y guiñandole un ojo.

Él lo tomo feliz y le dio varios besos, parecia un niño pequeño.

- Gracias, por eso eres mi hermana favorita - le dijo agradecido.

- Je, solo entremos, algo esta a punto de pasar - le dijo.

El ladeo la cabeza algo confundido pero de igual manara la siguio cuando ella cruzo las grandes puertas de aquella mansión.

En cuando entraron pudieron escuchar la melodia de una cancion, caminaron a la sala y cuando abrieron la puerta vieron a Diego bailando.

- Eso hermano! Muevelo! -le animo Klaus algo sorprendido.

- Mierda.. - susurro el moreno en cuanto se dio cuenta de que lo habian visto.

- No bailas nada mal - se burlo la chica.

Klaus empezo a burlarse de Diego y este le lanzo uno de sus cuchillos, empezaron una pelea infantil a lo que ella sonrio con ternura.

Miro el reloj de su muñeca y fruncio los labios, con una de las bolsas se dirigio a la cosina y rego las cosas que habia comprado.

- Es hora de prepararse... - musito ella.

Tomo la bolsa de malvaviscos que habia comprado y la puso en un lugar en el que se pudiera encontrar facilmente, luego fue hasta el refrigerados y tiro el tarro de maní que ya estaba pasado y lo reemplazó por uno nuevo, puso la bolsa de pan en su lugar correspondiente y por ultimo tiro el unico envase de cafe en la casa.

Un estruendo hizo que mirara hacia la puerta que daba al patio y camino sabiendo lo que sucederia.

Se paro en medio del gran patio, observando como un portal se abria.

Sus demas hermanos llegaron alarmados.

- ¡¿Que es eso?! - exclamo uno de ellos.

Klaus llego lanzando algo, no paso mucho paea que se viera la figura de un anciano a travez del portal.

Que horrible te vez Cinco

De pronto todo se detuvo y el cuerpo de Numero Cinco estaba tumbado en el piso.

- Soy yo o el pequeño Numero Cinco acaba de aparecer?... - pregunto anonado Klaus.

- Mierda - exclamo el de menor apariencia.

Y esto apenas empieza...

ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora