Diego

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Pedido hecho por Az_Neni2BleA_zA

La enfermedad de hanahaki, una enfermedad que ocasionaba que aquellos con un amor unilateral empezaran a tener brotes de flores en su corazon y pulmones.
Un fuerte dolor en el pecho, dificultad para respirar y toser petalos era lo que esta enfermedad traia.
Cuando la enfermedad avanzaba hasta el punto de que de los tallos de flores comenzaban a crecer espinas y desgarrar la traquea las personas morian por lo que los doctores empezaron a buscar una solucion y se les ocurrio hacer cirugía para sacarlos desde raiz, lo llevaron a cabo pero cuando los voluntarios de este procedimiento despertaban se llevaron la sorpresa de que estas personas ya no sentian nada por el ser que amaron algunas vez, ese no era el punto de la cirujia pero se logro en parte el objetivo, pero tambien habian algunos que despertaban sin poseer el sentimiento de amor en general, no habia solucion para eso.

Luego de ser diagnosticado con esta terrible enfermedad decidio investigar un poco por su cuenta mas a detalle sobre esta, los resultados no eran muy alentadores.

Estaba frustrado y asustado, de hecho, muy asustado.

La idea de morir por espinas saliendo desde sus pulmones era muy jodida.

Habia leido algo sobre que si tu amor te corresponde los brotes desaparecerian por si solos, pero ya habia descartado la posibilidad de que eso sucediera.

Genesis, ese era el nombre de la chica que le gustaba, alguien con quien aveces solia hablar, la verdad es que ni siquiera sabia si ella lo consideraba su amigo, porque eran escasas veces las que se veian o hablaban, mas bien serial algo asi como conocidos.

La chica trabajaba de policia, siendo la compañera de su mejor amiga Patch, ella era buena en su trabajo, siendo inteligente y habil, esas eran una de las muchas cosas que lo habian cautivado.

Claro que siempre sentia que quedaba como tonto delante de ella, siendo regañado por Patch cuando el interferia en escenas de crimen o directamente en persecuciones.

Pero tambien le parecian momento especiales, como ella lo miraba desde un punto algo alejado y le dedicaba una sonrisa divertida y tierna, levantando su dedo pulgar para darle animos, o como despues del interminable sermon de Patch ella se acercaba y le pedia su opinion sobre el caso y le agradecia por su trabajo, o despues de persecuciones le preguntaba si se encontraba bien, todo eso le parecia super lindo.

Era un tonto al enamorarse, bueno ni tanto, es decir, seria aun mas tanto al no haberse enamorado de ella.

Ella no le habia dado algun indicio de interes mas alla de amistad, y él entendia y respetaba eso asi que por eso descarto la idea de que le podria gustar en primer lugar, tambien la de declararse ya que eso seria penoso para ambos.

Decidio hacerse la cirugia, total no tenia mucho que perder, una familia rota con un monton de traumas era lo unico que tenia.

Asi que le comento a su mejor amiga si podia estar con el despues del procedimiento, ya que era un requisito tener un acompañante.

Progamo todo, se armo de valor y una vez en el hospital en el que se realizaria la cirugía entro a la sala de espera y busco con la mirada a su amiga, no la emcontro asi que ahorrandose un par de maldiciones se sento en uno de los asientos vacios para esperar a que Patch llegara.

Pasaron alrededor de 10 minutos y ella no aparecía, ahora si no se ahorraba las maldiciones.

-Hola, Diego. - Reconocio la voz femenina y dirigio su mirada a ella sorprendido y confundido.

- Hey, que haces aqui? - pregunto queriendo resolver sus dudas.

Se dio vuenta de que lo dijo en un tono algo altanero por la mirada que ella puso, algo triste, como unos ojitos de gatito.

- oh, lo siento pero ya sabes... no esperaba verte aqui, es un hospital y no te vez enferma, te vez bien.

Ella solo sonrio un poco por su parloteo y él se avergonzo levemente, le indico que tomara asiento a su lado y ella lo hizo.

- Surgió algo en la comisaria y Patch no pudo venir, me explico un poco la situacion y me pidio que viniera a acompañarte, asi que aqui estoy - le explico señalandose a si misma y dandole una sonrisa.

Él no pudo evitar enternecerse con esa sonrisa y gesto asi que tambien sonrio, le agradecio y se quedaron ahi sentados, eperando a que dijeran su nombre para que pudieran extirparle esas horribles espinas de su interior.

- De quien estas enamorado? - le pregunto ella tan bajo, que si él no tuviera una exelente audicion no la habria escuchado.

Pero la escucho, y eso lo puso sumamente nervioso.

- No creo que importe ahora - le respondio él algo serio, intentando ignorar el leve dolor en su grganta y pecho.

- Pues como no importa ahora, podrias decirmelo? - insistio ella, no lo miraba, hasta pareceria desi teresada si no fiera porque él podia ver como jugaba con sus dedos de manera nerviosa.

- Dije que no - Dijo el algo harto, su dolor habia aumentado.

Como podia decirle a la persona de la  que estaba tan enamorado que era ella la causante de su insoportable dolor? Que la amaba tanto que con solo verla sentia como las espinas desaparecian, aun que sabia que no era asi? No podia, simplemente no podia hacerlo.

Ella parecio arrepentida, por la manera tan culpable en la que lo miro.

- Lo siento, no debi insistir, si no quieres decirmelo y mantener tu privacidad esta bien, y estoy bien con esto... - le dijo ella nerviosa.

Él la miro y solo asintio.

Se mantuvieron de nuevo ahi solos, ahora sumidos en un silencio incomodo, él sintio la necesidad de disculparse pero sabia que no era su culpa asi que no lo haria.

- Diego Hargreeves, es su turno.

La voz de la enfermera lleno el silencio que habia.

Él se levanto, nervioso y algo asustado, pero sabia que era lo mejor.

- Diego... - le llamo ella, con un tono tembloroso.

Él la miro, y se sorprendio al verla con una mirada asustada y casi a punto de llorar.

- La verdad es que no estoy bien con esto, se que no importa mi opinion porque no somos lo suficientemente cercanos como para que importe, pero no estoy bien con esto, no estoy bien con que estes dispuesto a renunciar a todos tus sentimientos solo por alguien que no es capaz de ver lo maravilloso que eres...

Él la escuchaba atentamente, sintiendo su corazon bombeando con fuerza, y de nuevo lo sintio, como si las espinas que ardian como la mierda desaparecieran, y solo estuvieran ella y él.

- No estoy bien con que hagas esto... porque eso significaria que la posibilidad de que me correspondieras seria nula... que se supone que haga yo con estos sentimientos? Yo... tambien deberia hacerme la cirugía pero no quiero olvidarme de ti, es algo egoista y tonto verdad?

En ese punto las lagrimas ya estaban presentes.

- la verdad es que hoy vine aqui solo para decirte esto, pero no pude hasta ahora... que patetico no? Es como si te estuviera amenazando... pero no lo hago... solo... si me das una oportunidad yo podria intentar que tu... pero esta bien si no lo haces porque te podre superar... pero antes que nada necesito saber si existe una minima posibilidad, estoy dispuesta a darlo todo solo por esa pequeña posibilidad...

Se limpiaba las lagrimas con las mangas de su sudadera, evitando mostrarle ese lado tan debil de ella.

-No es necesario, tu... ya tienes todo de mi - respondio él, aun en un pequeño shock.

Empezo  llorar tambien, aliviado por poder seguir aferrandose a sus sentimientos que ahora eran correspondidos.

- Señor Hargreeves, es su turno.

- Ya no sera necesario - respondio, abrazando a la chica con fuerza y cariño, guardando ese momento en su corazon.

ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora