Capítulo 15.
Ana.
Después de haberme dormido por unas cuantas horas, al otro día le había pedido a Ethan que me llevara a comprar un vestido. Tenía, pero solo quería comprar el más caro por haberme hecho venir, sin avisarme de ante mano.
Ethan me había estado dando una "guía turística", pero la verdad era que el ni siquiera sabía donde estaba parando, quiero decir , que nos perdimos más de siete veces. Le había dicho que llamara a alguien o que simplemente usara el GPS, pero se había negado y tuvimos que durar mucho antes de encontrar la tienda.
Alemania es hermosa, pero no podría dejar mi hogar para venir aquí, además, no se Alemán.
Ahora me estaba arreglando para ir a la reunión con los Alfas y príncipes de Alemania. Iba hacer primero la reunión y luego la cena.
— A las ocho. —dice Ethan entrado con una bolsa en sus manos, el también se había comprado un nuevo traje, aunque el ya tenía uno predestinado para usarlo en la reunión.
–
*Horas después*
— Llegamos. —nos había comunicado el chófer. El chofer bajo y nos abrió la puerta, Ethan bajo primero y me extendió la mano para que saliera.
— Gracias.
Desde afuera se podía ver lo grande que era el palacio de Blankenhain, en el distrito de Zwickauer Land en Sajonia. Era tan grande como en las fotos en internet, hasta podía decir que más.
Subimos unas escaleras y un mayordomo nos recibió. El hizo una reverencia hacia Ethan.
— Príncipe Ethan. —había dicho con su notable acento Alemán.— es un honor tenerlo aquí después de tantos años.
— Gracias. Me da gusto haber vuelto. —me miro y pasó su brazo por mi cintura.— Ella es Analia Browns, mi mujer.
Mi mujer.
El mayordomo me miro y hizo una reverencia también.
— Un gusto conocerla mi Lady. —dijo mirándome con una amable sonrisa.— Pasen, la reunión está por comenzar.
Empezamos caminar con algunos escoltas atrás. Me sentía extraña en este lugar, pareciera que todos supieran algo excepto yo.
Me giré a ver a Ethan.
— ¿Por qué te ha llamado príncipe? —le pregunté, porque realmente si fue un poco raro que lo llamara así, porque Ethan no es un príncipe. Es solo un Alfa.
— No tiene importancia. —contestó, terminado la conversación que acababa de comenzar. Aunque esto no se quedaba aquí.
Después de reverencias, saludos, gente llamando a Ethan príncipe y mucho lujo, empezó la dichosa reunión.
El príncipe Adler, parecía más viejo de lo que recordaba, suponía que había encontrado ya a su mate y por eso estaba empezando a envejecer.
Porque los lobos crecemos muchos más rápido que como lo hacían los humanos, —aunque ahora ya no existen—, pero envejecemos más lento, pero nos mantenemos de apariencias de 17 a 27 años. Pero, todo cambia cuando encuentras a tu compañero, después de vivir unos 100 años más y empiezas a envejecer y claro estaba que el príncipe Adler tenía unos 147 años y ya empezaba a envejecer lento, pero notablemente.
La reunión duró unas dos horas, preste toda mi total atención, pero realmente no entendía nada y más cuando le habían preguntado a Ethan sobre su hermano, el príncipe Eiden.
— Eiden, sigue como siempre, ya saben. Haciendo escándalos, viviendo la vida loca. —río Ethan y los demás lo acompañaron.— le estoy pidiendo a la Luna que le mande ya a su mate, haber si así sienta cabeza.
Otra vez la sala se llenó de risas.
— Espero que se la mande pronto. —agregó el Príncipe Adler y continuo pero ahora en Alemán. Bufé.
Me recosté en el asiento donde estaba junto a Ethan, quien se veía tan relajado y cómodo con la reunión, además, no sabía que hablaba alemán.
*Horas después*
Después de esa larga reunión y ostentosa cena, nos fuimos al Breidenbacher Hof, a Capella hotel, para hacía poder descansar un poco. Yo no tenía sueño y estaba un poco confusa. Había tenía impulsos de besarlo, no se porque demonios me habían dado tantas ganas de besarlo. Tal vez, era por su sexy traje negro y la capa y, esa extraña corona que usaba. Quizás, por cómo se ponía su voz cuando hablaba Alemán o por sus carnosos labios que parecían más rojos de lo normal.
¡Quita esos pensamiento Ana!
El se despoja de la extraña corona y después se quita la enorme capa negra que llevaba puesta. Me le quedo mirando más de lo que tenía que haber hecho.
— ¿Qué? —pestañeó un par de veces cuando me habla. Me sonrojo por un motivo que no se y empiezo a sentirme avergonzada.
¡¿Por qué demonios me siento avergonzada?!
El me mira raro, como tratando de saber que está pasando por mi mente, —cosa que yo tampoco sé— y me da una sonrisa torcida, se ve realmente enfermo así, empieza acercarse.
Toso un poco.
— Fue una linda noche. —digo aclarándome la garganta.
<< ¿Por qué estás tan nerviosa? >>escucho a Heleen en mi mente.
— Si, lo fue. —dice cuando ya está a unos pocos centímetros de mi, ¿cuándo se acercó tanto?
Empieza a acariciarme la mejilla.
— Ethan...
— Por favor. —suplica antes de mirarme a los ojos y después besarme apasionadamente.
Sus labios se mueven con los míos, tan lento, tan suave y apasionado. Siento como pone sus manos en mi espada y yo coloco mis brazos alrededor de su cuello. Los besos bajan a mi cuello y empiezo acelerarme, de una manera que jamás pensé y mucho menos con Ethan.
Sus labios son tan cálidos y suaves, dulces realmente, me vuelve loca. Sus manos aprietan mis cintura y yo subo una mano hacia su sedoso cabello negro y tiro de el mientras pequeños gemidos se empiezan a formular en mi boca.
Siento como una de su mano baja hacia mi trasero y lo aprieta, un ruidoso gemido sale de mis labios y se que estaba vez, no quería que paraba.
Mientras el me recostaba en la cama y sus manos jugueteaban con mi cuerpo, la habitación empieza a llenarse de ruidosos gemidos por partes de ambos.
Y entre besos y caricias nos fundimos en un buen, pero un buen sexo.
–
Nota de autora: Okay, edite casi toda la parte detalla que había escrito sobre, el gran momento😂😂, realmente no me sentía cómoda y me daba mucha vergüenza. Yo todavía no se como escribir cosas así y ¿para que escribir, cuando sabes que esta quedando mal?.
Lo siento, si querían detalles, pero no quería darles detalles mal narrados.🖤
E.M.❄️🖤
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Príncipe Ethan
WerewolfEl príncipe Ethan. Aquel majestuoso hombre con sus hermosos ojos azulgriceso que tiene a sus pies a toda la población femenina, excepto una. Ha nadie le cabía en la cabeza que existiera una chica que no quisiera estar con aquel hombre, tan atractiv...