Capitulo 23. Ethan

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Capítulo 23.

Ethan.

Inglaterra, Londres.

Me siento vacío.

Vacío es todo lo que siento.

No hay tristeza, no hay enojo, solo..., vacío.

Un sentimiento similar al que sentí cuando ella me rechazo la primera vez, pero más fuerte y más intenso.

Siento que no tengo ninguna dirección a la que dirigirme, aún así estoy cambiando. Es como estar en una competencia, sin realmente estar en la carrera. Había pasado dos semanas después de que Ana se haya ido, después de aceptar su rechazo, después de romper el vínculo.

¿Debí, debí aceptarla?

Ella me había lastimado primero, ella fue la que me rechazo primero, sin conocerme, sin escuchar todo lo que tenía que decir.

Ella lo amo como los humanos pero, ni siquiera pudo aceptarme con loba. Ella eligió y lo eligió a él. Ahora se canso de el y me eligió a mi pero, ya no estoy en la carrera. Ya estoy harto de esta competencia.

Me sentía tan raro con ella, tener que impresionarla para que me aceptara, a ella, a mi compañera. Como si fuera un extraño, como si no había un vínculo que nos uniera, como si ya nos estuviéramos destinados.

No se si ella está sintiendo lo que yo estoy sintiendo, ¿se siente así de vacía como yo?, ¿si quiera, me esta pensando?

Me pierdo entre los pasillos del palacio, es tan aburrido aquí. Las paredes están llenas de cuadros de mis familiares pasados. Mis ancestros. Había una foto de mi abuelo, el había muerto hace mucho tiempo ya. Recuerdo que era un viejo amargado, río al recordarlo.

Supongo que heredamos eso de familia, aunque nosotros, los ingleses, tampoco nos caracterizábamos por se muy carismáticos, pero tenía que aclarar que ese viejo era amargo como el café y viejo como aquellos árboles alrededor. Yo no era tan cercano a él, de hecho, tuvimos muchas discusiones. El más cercano era Eidan, supongo que por eso salió tan amargado como el abuelo. Eiden, tampoco era muy cercano a él, pero si a nuestra abuela, ella murió antes.

Se me hace imposible de creer que esos dos idiotas tengan compañera, de Eidan no me sorprende que este tan lejano del asunto. Nunca hablo de tener una pareja, nunca pareció emocionado con la idea, al contrario de Eiden, que siempre se la pasaba hablando sobre encontrarla, aunque no era el típico, enamorado con la idea, solo decía que la quería encontrar. Pero yo, yo se lo quería de verdad, yo si lo anhelaba, yo si lo deseaba con intensidad. Me había imaginado una historia en mi cabeza de las probabilidades en que nos podríamos encontrar, siempre me preguntaba: "¿Es de aquí?, ¿cómo luce?, ¿me amarar....?

Me rio.

Para la última, la respuesta es no.

No recordaba que estaba muy emocionado con la idea cuando era más pequeño, con todas las cosas que tenía que hacer para prepáreme como futuro príncipe, no me dejaba tiempo si quiera de pensarla o la idea de ir a buscarla. Pero, desde que termine mis entrenamientos de guerrero y obtuve mi medalla, pensé en ella cada día de mi vida y ahora no puedo decir si me arrepiento o no.

Voy a la sala de estar, donde se encuentra un delicado piano en la esquina, piano que solía tocar Eidan, aunque el sigue tocando, pero no aquí y no con este piano.

Me siento en la pequeña banca enfrente y pongo mis manos sobre las tecleas, empiezo a tocar una melodía que se llama "To build a home", esa fue la única melodía que me sabía, la única que Eidan se dispuso a enseñarme.

En unos días se va a casar, no se si está emocionado o no, aunque a leguas se nota que no le importa ni una mierda el compromiso, pero nosotros no tenemos opción o el no tiene opción. No importa si sus pensamientos sobre tener una compañera no sean los mejores, es su deber como futuro rey acéptala. Nosotros representamos al país, a la manada, no podemos darnos el lujo de estar rechazado a nuestras parejas, debíamos ser el ejemplo de la diosa luna, aunque ya yo lo hice.

Era un escándalo, pero no habría más comparación si Eidan hacía lo mismo, no me imagino el futuro de nuestra monarquia, si mi hermano la rechazaba.

Caos y vergüenza nacional.

No era una opción.

Mis pensamientos vuelve a ella, a mi amada.

Siento lágrimas caer por mis ojos, me siento tan triste. Tan solo.

Debí aceptarla, ¡ella vino hacia mi!, pero mi orgullo, mi rencor. Por todo lo que había pasado, no me dejaron verla con ojos amorosos o esperanzados, sino con rencor, con ira.

Me arrepentía. Desde ese día. No podía dejar de pensar en su rostro, en cómo las lágrimas caían por sus mejillas, como su labio inferior temblaba un poco o como negaba a cada palabra que yo dictaba.

Me hizo recordar a un yo esperanzando, con el corazón en la mano para entregarle todo mi amor y ella simplemente tomándolo y aplastándolo. Me hizo recordar a todas las lágrimas que derramé por semanas y meses. Me hizo recordar lo que es sentirse tan insuficiente, lo que es sentirse tan rechazado, tan solo, tan vacío. Ella me recordó a mi, a un chico con solo 19 años, esperanzado y emocionado de por fin a ver encontrado a su pareja y después un chico con el corazón roto y rechazado.

Nunca le deseo esto a nadie, ni siquiera a ella, pero ya es tarde.

Me encamino hacia mi habitación y me acuesto en mi cama. Me imagino lo que pudimos haber sido, las cosas que le diría, a los lugares que quería llevarla.

Oh Diosa.

Me imagino casándome con ella, mi boda, mi compromiso. ¿Habría ido mucha gente?, por supuesto que si, me imagino los rostros de orgullo de mis padres, el rostro de Eidan y de Eiden, la alegría del pueblo, "el príncipe Ethan se casa", los gritos y gritos. Me imagino teniendo hijos con ella, ¿hubieran heredado mis genes o los de ella?, sonrió con lágrimas en mis ojos.

Pudimos ser tanto, pero estábamos destinados a ser nada.

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                                                               E.M❄️🖤

Príncipe EthanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora