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--Diego--

Esperaba tener una grata conversación con Temo. Pero el idiota de Mateo llego a arruinar todo. Si tanto busca ser mejor y el favorito de mi padre, ¿por qué en vez de ir y molestar a mi mejor amigo, mejor no busca alguna estrategia que lo haga resaltar? Patético.

Al salir, veo de lejos al profesor Collins. Casi inmediatamente, me invade algo similar a la ira, y me acerco a él. Intento caminar intimidante, sin embargo, no se si lo logro.

-Profesor Collins-le llamo la atención.

-Diego, ¿qué se te ofrece?- muestra una actitud calmada, algo que solo logra hacerme enojar más.

-Seré directo-dije sin temor a enfrentarlo.- ¿Qué pretende con mi madre?

-Diego.. yo..

-No me niegue nada. Quiero la verdad.

-Mira, Diego- hizo ademán de caminar, y lo seguí. Intento poner su brazo en mis hombros, pero lo aleje bruscamente.-Sinceramente, estoy enamorado de tu madre. Y se lo dije, pero ella fue sincera al decirme que estaba casada. Lo cual respeto.

Eso sólo me hizo alterarme más.

-Mire, profesor. Puede que mis padres no sean perfectos, pero se aman. Así que le pido que no se meta.

Y furioso me fui de ahí, muy alterado. No me quedaba más que esperar que las clases acabaran para poder irme a casa. Tal vez en ese tiempo pueda calmarme.

(...)

Sin duda, esperar no sirvió. Seguía enojado, pero ya no tanto, supongo que fue el miedo a ver a mi mamá lastimada y separada de mi padre. También el miedo a ver que podría hacerle papá si se entera de mi mamá y el profesor. Se mejor que nadie el posible rechazo de mi padre hacia mi, pero no podía dejar que mi madre sufriera. No ella.

El departamento estaba solo cuando llegue. Para distraerme quise entrar a Grindr, pero un mensaje del pesado de Mateo me llego.

Mateo:
Diego, ayúdame a agradarle
a tu padre

Otra vez la misma petición de siempre. Este tipo se disponía a molestarme cuando tenia tiempo, que casualmente era cuando yo no lo tenía.

Diego:
Ya te dije que no se cómo.
Y deja de molestarme.

Suspire harto de ese tipo. No suelo ser de los que le guardan rencor a las personas, pero sin duda, el era de los que se merecía mi odio.

Esta vez cuando me disponía a entrar por fin a Grindr, alguien me interrumpió. Aunque esta vez fue el timbre. Me cruzo por la mente que posiblemente Mateo haya venido, pero me pareció estúpido. Deje el teléfono en una mesa, y fui a abrir. Era mi tía Dora.

-Hola, tía.

-Hola, Diego. Mira él es electricista y viene a ver si el departamento tiene alguna corriente mal. ¿Puedes dejarlo pasar?

-Claro.- me hizo a un lado, y deje entrar al tipo ese. Me dio un aire de desconfianza, pero me importo poco.

Me senté de nuevo en el sillón y deje que mi tía arreglara todo. En cuanto me senté, un mensaje me llego. Revise el perfil, y me pareció guapo el chico. Le seguí la conversación, podría ser el correcto.

El electricista ese, me dijo que debía pasar al cuarto mio y de Carlota quien sabe qué. Obvio lo deje, pues me desconcentraba de mi conversación con el chico.

(...)

Él chico con el que me hable hace como dos horas estaba en el departamento. No sabia si Temo y Aris regresarían pronto. Pero no me importaba si me escuchaban. Yo a ellos ya los había escuchado, a pesar de no quererlo.

-Disculpa que te corra, pero aguacando el ala.- le dije al tipo ese que no se que hacia, mi atención estaba fija en el chico que me haría compañía esta noche.

-Si, esta bien. Yo me retiró.- salio del cuarto y fui a cerrarle la puerta.

De regreso al cuarto, el chico bonito, estaba sobre mi cama, mirando el cuarto. Me senté junto a él y lo mire.

-Bonito cuarto, ¿verdad?- pregunte llamando su atención.

-Si, lo es.-volteo a verme, para después bajar su mirada a mis labios. O eso parecía.- Pero no tanto como tu.

Sentí que me sonroje. Lentamente me acerque a él, con intención de besarlo. No se retiro, en cambio, se acerco más. Cuando nuestro labios se rozaron, abrí los míos, dándole paso a que me besara apasionadamente. Por mi, incluso podía meterme su lengua a media garganta.

Acepto la invitación, y profundizó el beso. Su lengua exploraba mi boca, mientras yo solo estaba a su merced. Sus manos se posaron en mi cadera, inclinandonse más a mi. Me hice para atrás, terminando acostado y él sobre mi.

De pronto me pregunte si el estaría mañana, junto a mi. Fue entones que vi que la mayoría prefería relaciones de una noche. Bueno, yo estaba dispuesto a aceptar. Y a jugar también.

Escandalo || matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora