6.

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Diego

Mi padre resulto electo. En unos días tomaría toma de posesión, pero no debía acompañarlo hasta entonces. La celebración duro hasta las once. Me sentí cansado media hora antes. Y esto parecía ir para largo, como fiesta de quinceañera.

Me despedí de mis padres, aunque se mantenían separados. Posiblemente se arreglarian mas tarde, no me gustaba meterme en sus asuntos.

Cuando salí, Carlota me mando mensaje diciendo que estaba en su casa, y dormiría ahí. No estaba en el depa para darle intimidad a mi amigo y su novio. Decidí lo mismo y pedí al taxi llevarme a una cafeteria que aun estuviera abierta. Suerte y me encontraba con un conocido, y pedía asilo; o simplemente me acostaba con alguien.

Estuvo manejando un buen rato, hasta que llego a dónde pedí. Hubiera ido a un antro, pero aun me veía muy joven y quizás no me dejaban entrar. Además me sentía sumamente cansado como para bailar.

Baje y pague el taxi. Camine a la cafetería, y antes de entrar veo a la lejanía a Mateo con una chica. Hice un puchero, pues creía seriamente que no le iban las chicas. Pero bueno, con semejante cuerpo de Thor, dudo que lo conserve para castigar a alguien.

Diablos, debía dejar de leer cosas pervertidas. O terminaría en un lio.

-¡Mateo!- le grite cuando se alejaban más. Corrí a ellos cuando voltearon a verme.

Cuando estuve a su lado mi respiración era entrecortada.

-¡Diego! Qué sorpresa. No esperaba verte por aquí.

-Pues ya ves- la chica a su lado me veía curiosa, examinándome me pies a cabeza.-Hola, soy Diego- salude a la chica, sorprendida de que le dirija la palabra.

Sólo por que no se quien eres vieja piruja, de lo contrario te ignoro. Pensé esperando que no se ne viera cara de irritación.

-Ah, hola. Me llamo Annia.-dijo mientras me tendió su mano, que estreche aun si me daba mala espina.

-Es mi hermana, Diego.- aclaro Mateo.

Sonreí nervioso, tal vez vio que me la comía con los ojos. Creo que ella también.

-O bueno. Yo soy amigo de él.-señale al cuerpo de Thor.-Venia a la cafetería de allá-señale atrás- ¿Quieren acompañarme? Yo invito.

-Mmm... Ciertamente estaba llevando a mi hermana a su casa.

-Oh, pero no importa- se apresuro a aclarar Annia.- Puedes dejarme solo en mi auto y vienes para que no se quede sólo y se toman juntos algo.

Mateo nos vio alternativamente a ambos que lo persuadíamos con la mirada.

-Anda, Mati ... No me dejes solo en una cafetería desconocida.- implore, pues la idea de sentarme a esperar que mi gayradar sea efectivo no me agradaba del todo.

-Si, Mati. No lo dejes solo rodeado de desconocidos, pueden hacerle daño- sorprendentemente su hermana me ayudaba a convencerlo.

-Bien. Regreso en cuanto te deje a ti en tu auto.

-Bien. Adelantate, Diego. Aparta una mesa para dos.

Antes de que retomaran su camino, Annia me vio y .. ¿me guiño un ojo?

¿Qué le pasaba a esa tipa?

(...)

Espere cerca de cinco minutos. Me senté en una mesa de cuatro cerca de la ventana. Alejada un poco del resto. Me sentí incomodo y acosado. Un tipo en una mesa al frente no dejaba de mirarme, parecía de la edad de mi padre y con barba de días; ademas de que iba con una sudadera malgastada. Asco salir con alguien mayor que tu por como treinta años. Ademas de que el camarero, no dejaba de venir continuamente a ver si necesitaba algo mas. Este tenia como diez años menos que el tipo de allá.

-Perdón por la tardanza.-me sobresalte asustado viendo que Mateo había llegado. Se sentó a un lado de mi, tapándome al tipo ese. Pero seguía con la sensación de que me veía.

-Por lo menos llegaste.-conteste tomando un trago de café-Y que bueno por que estaba pensando seriamente en llamar a un guardaespaldas de mi papá para que viniera por mi y golpeara al sujeto que me esta violando con la mirada.

-¿Quien?-volteo a ver todo el local, esperando entrar al culpable.

-Así no lo encontraras-reí, tome su barbilla e hice que volteara atrás de si, paras ver al sujeto. pero ya no estaba.-¡Oh! Ya no esta.

-Bien. Así no iría a golpearlo por lo que estaba haciendo.-regreso al vista al frente y vio mi bebida.-¿Qué tomas?

-Alto, ¿por qué irias a golpearlo?

-....

Ambos quedamos en silencio, hasta que el irritante camarero volvió. Mientras él veía el menú, me quede pensando en las mas de mil razones por las cuales podría hacer algo así a cualquiera que me quería hacer cualquier cosa. Pero solo una de esas posibles excusas, me sonó menos sensata.

¿Cuáles son tus razones, Mateo Symanski?

Escandalo || matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora