15.

1K 103 7
                                    

—Mateo—

No me concentraba en nada. Todo lo hacia como un robot. Era tan rutinario lo que hacia que lo hice más rápido. La llamada de Diego me dejo pasmado.

No sabia que le paso, sin embargo, quería escucharlo y dejarle claro que no me iría de él hasta que estuviera mejor.

Solo era cuestión de que acabara mis deberes aquí para ir al departamento y ver que le ocurrió.

(...)

Mi pierna temblaba de puro nerviosismo, esperando que Diego no se hiciera nada malo. Conozco sobre su depresión, así que tenia algo de miedo por lo que podría hacerse.

El uber freno, dando señal de que ya habitamos llegado. Pague al conductor fijándome apenas en cuánto debía de darle.

Abrí la puerta rápidamente, y pase de largo al de seguridad. En vez de tomar el ascensor como siempre, me fui por las escaleras que subí igual de rápido.

Llegue a mi puerta y como pude abrí. Esperaba (en el mejor de los casos) que se encontrará dormido sobre el sillón, esperándome.

-¡¿Quien anda ahí?!- gritaron desde la cocina. Parecía la voz de Diego, pero algo distorsionada.

Fui al comedor y me lo encontré en el suelo, con dos botellas de tequila. La primera estaba medio llena y la segunda apenas abierta.

-Diego, ¿qué se supone que haces exactamente?- me acerque a él sentándome a su lado.

-No .. es .. obvio-dijo como si no estuviera enterado de algo-Estoy ..  bebiendo.

Hipaba entre cada palabra, por suerte aun no las arrastraba. Aun se entendía que decía.

-Si eso lo veo, pero ¿por qué?

Se volteo exasperado de mi, hacia mi. Mirándome directamente a los ojos, pensado que en cualquier momento se me aventara encima.

-Deja .. de.. preocuparte .. y toma .. conmigo- en su mano tenia el tequila y al terminar de hablar la puso contra mis labios, intentado hacer que tome el trago directo de la botella.

Lo tome e inmediatamente él tomo de igual forma.

-Si te pregunto algo, ¿me respondes con la verdad, verdad Mati?- quito su vista de mi, viendo al frente y poco a poco se dejo caer en mi regazo.

-Depende de que preguntes.

Bufo y tomó tres tragos largos de aquel licor.

-Dime, ¿Tu sabes qué me ocultan mi familia elegida?

Me recorrió una ola de incertidumbre, y pensé en evitar el tema. No parecía muy resistente al alcohol. O eso creo, ya que sólo le había visto esas dos botellas. No veía alguna otra cerca.

-¿Cuanto alcohol has tomado?

-Ey! No me respondiste. Malo Mati.

Se volteo y se acomodo de tal forma que ahora estaba en el suelo acostado completamente con su cabeza en mi muslo izquierdo, veía al techo fijamente.

Alzo su dedo indice de la mano que no tenia ocupada, a mi dirección.

-Debes responder o me enojare.-sentenció cual niño pequeño.

-Pues no se mucho. Hay que hablarlo cuando estés sobrio.

-No, no quiero.-dio dos tragos más largos que los anteriores.-¿De qué sirve la vida, Mati, si nadie me toma en cuenta?

Entonces empezó a llorar desconsoladamente. Por mi parte sólo atine a consolarlo revolviendo su cabello y poner la otra mano en la botella, para que no tomara más.

-Diego, si te toman en cuenta. Sólo que no lo ves porque crees que no es así.

-¡Claro que no!- sentencio como si le hubiera dicho que en un año hay 367 días.- No es cierto. No me toman en cuenta. Cuando le digo a Aris que ya no haga más ruido en la noche es como si le dijera ve y has más.-comento y solté una risita.-¿¡Que haces!? No te rías. Shhhhh-me coloco sus dedos en la boca para evitar que siguiera riendo.-Te van a oír.

Me dio alta ternura verlo así de ido, pero no quitaba el hecho de que me preocupaba su estado, y como estaría después.

-Yo creo que no-asegure.

-Sip, colocaron una cámara escondida y nos ven ahora mismo-declaro muy serio, como si eso era cierto.

-No lo creo. ¿Por qué me espiaría?

-Porque eres muy guapo ¿Te lo habían dicho?

Se paro en ese momento y se sentó frente a mi, con sus piernas puestas a cada lado de las mías.

-Dime, si alguien te dijo guapo para ir y golperarla.

-¿Por qué irías a golpearla?

-Por que si. -repuso muy a la ligera como si fuera un tema "x". -¿Y si le mando un vídeo a mis ex-amigos para decirles que estoy contigo?

-Si quieres-reí a sus desvaríos de borracho.

Saco su celular y se acerco más a mi. Prácticamente se sentó dejando su trasero a tres centímetros mas adelante de mis rodillas. Trague saliva y me concentre en verlo, viendo que se encontraba ajeno a la situación.

De repente me sentí nervioso y unas inexplicables ganas de abrazarlo llegaron a mi.

Y me sentí pleno.

Escandalo || matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora