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--Mateo--

Otra vez me encontré a Temo con Diego. Parecía que Temo o estaba con el mendigo ese, o con el hijo de mi jefe. ¿Qué acaso no tenia más amigos? Como sea, la táctica que estoy utilizando con él me sirve más, que la anterior. ¿Cómo? Ni idea.

Pero no me escucha. Temo es terco y dramático. En cuanto hablo de él y su novio, se altera. Y se que tengo razón en lo que le digo. Me alza la voz, merecidamente, pero sin darse cuenta que sus palabras, me revuelven todas mis emociones. Cuando comente lo de mi hermana, sentí que la traicionaba, pero ignore eso y aun así me sentí diferente. Me sentí una basura.

Ahora estoy en una cafetería, frente a mi laptop, sin nada que quisiera ver realmente. Cuando me despedí de la profesora Elsa, me salte las clases. No podía asistir si estaría distraído.

Sus palabras resonaban una y otra vez. Con un eco espeluznante. Con una potencia que parecía decírmelo al oído cada 0.5 segundos.

«No se corrompan»

¿Por qué quería ser el favorito del señor Ortega? Me preguntaba eso cada noche. Cada día. A cada hora. Beneficiaba mi carrera. Pero no lo veía como una necesidad. No me sentía feliz.

¿En qué me estoy metiendo?

Sin darle mas vueltas al asunto. Tecleo rápido, y comienzo a ver otro vídeo de la mariposita dramática y su novio, con la pregunta constante de por qué gastaba mi tiempo en ellos.

(...)

En el fondo sabia el porqué de mis acciones, aunque no lo reconozca. Ya es de noche,y lo único que hago es ver en  televisión una caricatura tonta. Pero no tengo nada más que hacer, se me ocurrió mandarle un mensaje a Diego y pedirle consejos sobre como acercarme a su padre.

Mateo:
Diego, ayúdame a agradarle
a tu padre.

Espere su respuesta, que no fue tan rápida como esperaba. Pero al final llego.

Diego:
Ya te dije que no se cómo.
Y deja de molestarme.

Apague el celular dejándolo frente a mi. ¿Cómo mis decisiones me llevaron a esto? Carajo, quiero llorar. Los recuerdos llegan a mi mente, y no puedo controlarlos.

"Mi hermana destrozada, yo siendo su soporte.

-No confíes demasiado en alguien. Siempre ve por ti, en vez de otros.- me pregunte el porqué, mi cara debió mostrarlo porque prosiguió.-Nunca te expongas, por más buena que te paresca la idea."

Me frote los ojos, las lágrimas amenazaban con salir. Pero me contuve. No le daría ese gusto a Thiago, ni a nadie más. Ya no.

Mi hermana me dio grandes consejos, que seguí al pie de la letra y me llevaron a esto. A estar solo en mi departamento,  sin amigos. O sin uno cercano. Y me odiaba por eso.

Hubo alguna vez alguien que me miro como Aristóteles mira a Cuauhtémoc. Se miran demasiado cursi para mi gusto. Se miran como si fueran el centro de gravitación del otro. Alguien me miraba así. Y la aparte. Aparte todo de mi vida, y tuve que asumir las consecuencia de ello.

Me sumí en el trabajo, ser el mejor. Pero deje ir lo importante, ahora quien sabe si alguna vez recupare algo así. Lo veo demasiado lejano y distante.

Apague la tele y fui a acostarme. Sin amigos, no tenia a nadie que me invitara a algún lado. Y en estos momentos tampoco quería salir. ¿Quién quiere salir con alguien que se siente como la mierda? Nadie. Ni siquiera yo.

Con las luces apagadas, me puse a pensar en ella. En la que alguna vez soporto todo de mi. Y yo me queje de ella, por ser demasiado dócil. Y se fue porque cambie a ser una mierda de persona.

Sólo que a personas como yo, las oportunidades estaban negadas. O simplemente no se daban.

Escandalo || matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora