4.

1.7K 124 31
                                    

--Diego--

Papá era demasiado... complicado. Era como un huracán inestable, que podría calmarse y al segundo, estar rompiendo todo. Por eso no esperaba que quisiera conversar conmigo, hoy antes de que se diera la fiesta de su victoria como gobernador, justo después de mi clase de baile con mi tía Nora. Aunque al final me tuvo que dejar para resolver detalles de la celebración que tendría lugar en la noche.

Me entusiasmaba mas de lo que admitía, ver a mis padres juntos hoy. Era un logro importante para mi padre.

-Hey, Diego, comeremos algo antes de que se vayan a la casa de campaña. Ven a acompañarnos.- me hablo Carlota desde el marco de la puerta.

-Si, en un momento voy.-asintió para después irse. Cerre el Grindr donde me estaba hablando para un posible segundo encuentro con el chico que vino la otra vez.

Sinceramente, creo que el tener conquistas cada noche, y acostarse con ellas no era muy sano. Pero, para mi, los mejores amores surgen de aventuras de una noche. Bueno eso he leído. Me levante de la cama y fui al comedor donde están los demás reunidos.

Me senté junto a ellos con la idea de que era un romántico incurable que buscaba un amor de novela.

(...)

- Y entonces me dice: - Temo, que cuenta el relato, hace una voz más profunda queriendo hacerla parecer a la de Ari-"Lo siento, Temo, yo no puedo corresponderte. No soy gay."

Todos en la mesa estallamos en risas. ¿Cómo pudo decir eso cuando se lo comía con la mirada cada vez que se veían? Carlota le hace bromas a Aristóteles con eso, logrando hacernos reír más. Estaba seguro que ahora estaba re incómodo, por lo que decíamos. ¿Por qué esconderse cuando casi todos ven que se carga cara de alguien que cuando molesta a su pareja, él muerde almohadas?

Temo no me cuenta mucho de sus intimidades, pero si lo suficiente para hacerme creer que a veces le dan a la versatilidad. Aunque claro, eso sólo podía decírmelo a mi mismo, para no traicionar su confianza.

Revise la hora y vi que ya era hora de que Temo y yo nos fuéramos.

-Temo, hay que irnos ya.- le avise tomándome lo ultimo que quedaba de la leche que tomaba.

-Si, de acuerdo-se levanto cerrando la silla en el proceso- Tenemos que llegar antes a la casa de campaña que los camarografos y reporteros.

Me despido con un asentamiento de cabeza de Aristóteles y Carlota. Mientras que Temo se despide con un gesto de mano de ella, y se da un pico con su novio. Me les quedo viendo embobado, con la espera de que algún día alguien me vea y se despida así de mi.

Bueno se vale soñar. Salgo apurado y el viene detrás de mi.

(...)

En el auto de camino al trabajo de campaña, siento como Temo se me queda viendo raro. Sin despegar su vista de mi.

-Ehh.. ¿Temo?

-¿Qué Diego?

-¿Tengo algo en la cara?

-No

-Entonces, ¿por qué te me quedas viendo raro?

-Escúchame, Diego-por su tono hizo que volteara a verlo. Frontalmente para ver que el taxista no nos viera o escuchara.-Quiero que seas feliz. No me gusta, ni me gustaría verte desperdiciar tu tiempo en chicos que seguramente veras solo una vez en tu vida. Mereces todo en el mundo amigo, pero busca a alguien que te lo de; no que sólo te quiera para cinco minutos.

Se callo cuando llegamos. Baje del taxi, pero sus palabras me dejaron pensando. ¿En verdad quería arruinar toda mi vida así?

-¡Hey, Diego!

Alguien me llamo, cuando volteo veo que es Mateo.

-Hola Mateo

-Pareces desanimado, ¿sucede algo?

-¿Por qué ese interés en mi?- pregunte cuando no quise decir que sucedía. Además, Temo seguramente ya estaba hablando con mi padre ahora.

-Pues, creí que como resolvimos las cosas en la mañana, podríamos llevar una relación mejor.

-¿Ah si? ¿Cómo planeas hacer eso? Hasta donde hemos llegado se muy poco de ti como cualquiera.

-Podríamos ser amigos entonces.

Volteo a verlo. Me di cuenta que ambos detuvimos nuestros pasos en medio del corredor. Verlo fijamente hacia arriba era mejor cuando no tenia tanta ropa encima.

-¿Quién eres y qué le hiciste al Mateo arrogante de siempre?

-Bueno, acabas de volverlo a sacar. Mejor me voy antes que creas que soy un narcisista.

Se alejo y me dio risa ver que se había enojado.

-¡YA LO CREO!- le grite por el pasillo. Se volteo a verme y me ... sonrió.

No en su totalidad, ni tampoco falsamente. Sonrió de verdad. Eso me hizo sentir una buena persona. Pues siempre lograba hacer sonreír a las personas.

Ese era un punto a mi favor. Una pequeña victoria de muchas.



Escandalo || matiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora