10. Quererte o no quererte

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N/a: ya que esto fue una actualización doble, asegúrate de no haberte brincando el cap anterior :)

Los golpes rítmicos y pausados se repitieron en la puerta.

Andrés tomó fuertemente la mano de Carlota antes de dar un par de pasos y abrir.

En efecto, se trataba de Mateo Symanski.

Entró como si la vivienda fuera suya, amenazante e intimidante como de costumbre.

Andrés se colocó frente a su hermana a modo de escudo.

-¿Qué quieres, Mateo? -espetó.

Éste lo ignoró y se dirigió a la chica .

-Felicidades, Lotta. Ya me enteré de que recuperaste tus acciones.

Oh, mierda. Andrés y Carlota se miraron y apretaron sus manos.

-Dinos qué quieres y lárgate, Mateo.

Mateo sonrió petulante.

-No los vi en el fúneral de Guadalupe López. A pesar de todo lo que Francisco hizo por ustedes.

Se miraron una vez más, Andrés iba a decir algo pero Lotta lo hizo primero.

-Vete, Mateo, tú no eres quién para acusarnos de nada.

Él la fulminó con la mirada.

-¿Matar a una niña para robarle un par de acciones insignificantes? Los creí más inteligentes, Lotta.

-¡Nosotros, no...!

-Esas acciones no les pertenecen. Ustedes no están relacionados con Ubaldo Ortega ni con Francisco López o Susana Córcega.

-¡Nuestro padre compró esas acciones para nosotros!

-Chatajeó a Ubaldo para que las robara para ustedes. No era más que un ladrón y un asesino que criaba más ratas como él.

Los hermanos clavaron odio en el chico frente a ellos.

-¡No hables como si fueras un santo, Mateo! - vociferó Carlota.

-Tú tampoco estás relacionado con esas familias, -agregó Andrés con la lengua afilada- pero llevas años persiguiendo a Cuauhtémoc López.

El chico no hizo más que tragar saliva, pero viniendo de alguien tan estoico y frío como Mateo, equivalía a desmayarse.

-Yo no estoy robando acciones, no soy un vulgar ladrón y asesino como ustedes y Olegario -sonrió, recuperando el control sobre su persona- amo a Temo, y si con él vienen millones de dólares -chasqueó la lengua lascivamente- qué buena suerte la mía, ¿no?

-Ya veremos si la suerte te dura, Mateo -escupió Carlota.

-Yo hago mi suerte, Carlota. Todo lo que necesito lo tengo aquí -señaló su cabeza.

Carlota sintió el impulso de aventarse sobre él y deformarle la cara a base de arañazos.

-Por eso Temo nunca te ha hecho caso. Llevas años persiguiéndolo como el arrastrado que eres y nunca te ha volteado a ver.

Mateo crujió los dientes.

-Vine a advertirles que sé que son responsables de la muerte de Ana Guadalupe y que si se atreven a lastimar a Temo, todo el mundo va a saber sus secretos.

-Yo en tu lugar no andaría por ahí amenazando a cualquiera. Tienes cola que te pisen, Symanski.

-No como ustedes dos, si algo le pasa a Temo, el mundo sabrá el secreto mejor guardado de los gemelos Cervantes.

Asesino enamorado || AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora