11.

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Y por aquí voy dejando el nuevo cap, recordando que pueden votar y comentar, como tambien diré que lo más probable es que mañana/hoy, no actualice, pues no creo que cuente con el tiempo para poder escribir un nuevo cap u.u




El viaje se le había hecho largo y cansador, además del hecho de que habían viajado todo el tiempo en un silencio sepulcral que él no se había animado a romper.

Pero toda aquella mala vibra y negatividad se desvaneció en cuanto llegaron a su destino, una cabaña al lado de un inmenso lago, cuidada y ciertamente hermosa, completamente de madera.

Aun no entendía qué hacían allí y menos aún, por qué lo habían llevado allí, hasta que una idea se le cruzó por la cabeza y la felicidad en su rostro fue sustituida por una de pánico, volviendo su mirada y rostro hacia quien lo había llevado hasta allí.

-¿Vas a matarme? -preguntó con pánico y se pegó todo lo que pudo contra la puerta del acompañante.

Kenji levantó una de sus cejas y lo miró sin creerse las palabras que habían salido de sus labios.

-¿Qué dices? -cuestionó y suspiró exhausto, llevando una de sus manos a sus oscuros cabellos, revolviendolos e intentando quitarse el cansancio de encima.

-Es que, estamos alejados de todo y... Y...

-Y has visto demasiadas películas de terror -le interrumpió y se bajó del coche, al igual que él -Ethan me ha pedido que te trajera aquí para protegerte -le dijo entonces y se estiró, recordandole a Max la forma de estirarse de un felino -Además, si Ethan te hubiese querido muerto no me hubiera tomado la molestia de pasarme ocho horas manejando el maldito coche -terminó gruñendo de mala gana y se encaminó hacia la casa, seguido de él, pues no se iba a quedar solo allí parado.

Kenji abrió la puerta, dejando escapar el aire encerrado que había estado en la casa de una sola planta.

-Ethan me ha dicho que incluso han cortado la luz de la casa, pero que tiene agua y lo demás. Ha pedido también que mañana vengan a limpiarla un poco, así que solo, por hoy, nos limitaremos a usar lo justo y necesario. No quiero que todo el polvo que se juntó en la casa termine en el aire.

-¿Eres alergico? -preguntó entonces intrigado.

-No lo soy -le contestó con fastidio.

-¿Entonces?

Kenji rodó los ojos y se encaminó hacia el sofá que había en el pequeño living, que compartía espacio también con la cocina y un pequeño comedor.

Sacó las sábanas blancas que lo cubrían y sin más se tiró en el mismo, quedando profundamente dormir en cuestión de instantes.

-¿Kenji? -lo llamó, pero este no respondió, por lo que mirando a su alrededor, sin saber qué hacer, decidió que lo mejor sería ir a buscar las cosas que habían dejado en el coche.

-¿Dónde vas? -le preguntó Kenji cuando Mex se dispuso a abrir la puerta del frente.

-A buscar mis cosas.

-Puedes ir luego -le dijo en un balbuceo -Hay libros en es biblioteca -señaló -O si quieres desde el balcón se ve el lago. Puedes hacer lo que quieras, menos salir.

-Va... le- contestó y vio cómo Kenji volvió a caer profundamente dormido.

Ciertamente, desde que había conocido al japonés, como también a Ethan, se los había imaginado de una forma completamente distinta a las que eran. Incluso había tenido la oportunidad de llevar una larga y cálida charla con Ethan, algo que en su vida se hubiese imaginado que sucedería, dejándolo completamente a gusto y sin saber qué hacer la respecto.

Un recuerdo entre laberintos y mentiras [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora