Un recuerdo entre laberintos y mentiras [TERMINADA]

33.

Nuevo capitulo n.n

-Siéntate -le ordenó algo cansado, mientras él rodeaba el escritorio de la habitación, para sentarse frente a él.

Max por su parte, no había levantado la cabeza en ningún momento, sintiendo el bochorno, el miedo y la tristeza de lo que había hecho frente a muchas personas que rodeaba a Kenji y se arrepentía de ello.

Aun no entendía lo suficiente de cómo aquel mundo se manejaba y poco era lo que podía hablar la gente que lo rodeaba sin esperar nada a cambio o esperar sacar algo de provecho de ello. Lo había aprendido por las malas cuando se enteró que la pérdida de su hijo había sido algo que se había mantenido bajo conocimiento de unos pocos y él al hablar con una de las nuevas empleadas de la casa se lo había dicho y entonces aquello había circulado como agua en el río. No tardó demasiado para que aquello no llegara solo a oídos de Kenji, sino también de todos los que lo rodeaban. Y por ello se había enterado, que había provocado una gran confrontación entre la parte de Kenji y alguno de sus hermanos, los cuales no tuvieron un buen final en absoluto, mientras que los restantes y que querían mantener sus vidas y puestos, fueron obligado a ser sometidos a operaciones para que no pudieran tener descendencia, pues solo la cabecilla de todo aquel infierno era capaz de llevarlo a cabo.

-¿Te sientes mejor? -lo escuchó preguntar y Max levantó la cabeza extrañado, encontrándose así con los ojos de Kenji, que lo observaban impasibles y distantes -Amber me ha dicho que has estado con dolores de cabeza últimamente.

Formó una gran O en sus labios y asintió.

-No duele demasiado ahora -contestó entonces y desvió la mirada, creyendo que la preocupación del alfa no era más que una confirmación de la información que le habían dado. No veía ningún tipo de sentimiento o siquiera afecto en aquellas palabras vacía y expresión cansada.

-He hablado con el médico que te está atendiendo y me ha dicho que tus niveles hormonales están subiendo y que puede ser un indicio de que dentro de poco tendrás tu próximo celo.

Max tragó grueso y no contestó. Sabía aquello, incluso sabía que el celo pronto llegaría sin siquiera necesitar de aquellos exhaustos análisis que le habían hecho, pues el dolor de cabeza se presentaba en él una semana antes de que comenzara con ello.

-Es verdad -dijo entonces -En unos pocos días puede ser que comience mi celo -llevó su mirada a las manos que tenía unida sobre su regazo y las observó con tanta atención que sabía que a ojos de otros parecía que era algo sumamente interesante, aunque no lo era, pues había clavado su mirada en ellas para no tener que enfrentar la mirada fría de Kenji y no entender qué era lo que debía de hacer para cambiarlo.

Kenji por su parte suspiró desganado y se tiró hacia atrás.

-Amber se quedará contigo durante esos días para ayudarte y hacerlo más ameno.

Max levantó la cabeza sumamente extrañado y sintió que algo dentro de él se resquebrajaba un poco más.

-¿Por qué? -preguntó entonces.

-No estaré unos días y lo más probable es que tu celo llegue cuando no esté.

-¿Dónde irás? -la angustia y tristeza en sus palabras se sentían incluso en el aire, pero de aquella forma es cómo se sentía. Dejado, olvidado y rechazado -¿No puedes retrasar lo que tengas que hacer? -la histeria se escuchaba en cada palabra que salía de sus labios, pero la verdad era que no quería pasar otro celo solo y menos aun, ya teniendo un alfa que lo había marcado.