O3

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Después del recreo volvieron a su aula, sólo para que los maestros se siguieran presentando, ya en la hora de salida, Namjoon esperaba a su madre quien no aparecía, mordía su labio algo nervioso, pues le daba miedo la idea de irse solo a casa.

Jimin se había ido temprano, claro, no sin antes pedirle a su mamá que viniera más tarde por el, la mujer sólo sonrió con ternura para, prácticamente a jalones, tener que llevarse al rubio quien no se separaba de Namjoon.

El piel canela sonrió cabizbajo por lo tan adorable que era el rubio, sus pómulos rosados expresaban la felicidad de verlo otra vez. Taehyung quien estaba a su lado tomando un jugo de manzana, visualizó a un pequeño pálido de cabello negro como el carbón, de estatura mediana, con una carita fina al igual de un gatito, balanceando sus pies en una de las bancas.

-Mira Namjoonie, un gatito -señaló un animado Tae con su sonrisa cuadrada.

Namjoon miro a donde el avellana apuntaba encontrándose al niño de negros cabellos solo, que por lo que se veía también esperaba a su madre o padre, volvió su mirada al menor confundido.

-TaeTae no es un gato.

-Bueno, ¡vamos a conocerlo! -se levantó, después tomó de la mano al piel canela llevándolo hasta el pálido.

Cuando llegaron, el pequeño pálido alzó la mirada encontrándose con los menores, no le importó mucho, así que su expresión no cambio a como antes estaba.

-Hola, soy Kim Taehyung, y el es Namjoonie, Kim Namjoon- sus ojitos brillaban, hinoptizando al de cabellera negra.

Saludo con su mano agitando está en el aire, con sorpresa sintió las manos cálidas del avellana en su cara, sobresaltando al pálido debido al atrevimiento.

Taehyung le dedicó una sonrisa tan bonita que el pálido lo tranquilizaba, sabía que tenía que decir su nombre, pero era algo tímido.

-Soy Min Yoongi -dijo mirando a ambos niños quienes sonrieron.

Después de unos minutos llegó una camioneta gris, una mujer alta, de cabellos avellana y piel pálida bajo del auto, miro a la bolita de niños pequeños, encontrando a su hijo Taehyung.

-Bebé vámonos, dile adiós a tus amigos -les sonrío a los pequeños, quienes hicieron una pequeña una reverencia con su cabeza.

El avellana hizo un puchero, no quería dejar a ese niño con apariencia de gatito, quería llevárselo a casa para poder cuidarlo, antes de irse miro por última vez al pálido.

-Yoongi gatito, ¿puedo verte mañana?, y si te veo te daré muchos dulces de sabores que explotan en tu boca -la emocionada voz de Taehyung hacia a Yoongi sentir una nueva sensación de comodidad, este asintió.

El menor emocionado dejo un pequeño beso en la cabeza del pálido, Yoongi se sonrojo, Taehyung al separarse toco por última vez la nariz de botoncito que Min poseía poniéndolo más rojo.

-Vámonos mi amor, adiós pequeños -se despidió la madre al ver tanta ternura junta, el avellana se fue a su lado, subieron al auto y arrancó.

Sólo Namjoon se quedó al lado de Yoongi quien aún seguía sonrojado, se sentó a su lado, también estaba nervioso, no sabía cómo podía entrener al pálido.

Miro sus facciones en silencio, Taehyung tenía mucha razón, parecía un gato, sin pensarlo tocó la nariz del menor quien volteó para matarlo con la mirada.

Aunque no daba tanto miedo como un tigre, sí lo daba como un pequeño gatito mostrando sus colmillos, Namjoon quitó su mano rápidamente antes de sufrir otro ataque.

Una hora paso y ninguno de sus progenitores aparecía, el piel canela tenía algo de sueño, recargando su cabeza en el hombro de Yoongi quien lo miró.

-Namjoon... -miro al menor quien respiraba tranquilo, suspiro, dio unas leves caricias en su cabellera castaña.

Así pasaron unos minutos, hasta que un auto vino se estacionó frente a ellos, Yoongi miró con atención al vehículo, pues no quería que el piel canela fuese lastimado o secuestrado, todo cambio cuando vio a la mujer de rizado cabello castaño bajar.

Fue hasta Yoongi quien tenía a Namjoon durmiendo tal cual bebé, este la miró con casi la misma frialdad que ella.

-¿Es la mamá de Namjoon? -preguntó con algo de defensiva.

La mujer asintió, tomó al menor en brazos, agradeció al pálido cuidar de su hijo, subió al castaño a la parte trasera del auto para que durmiera mejor, antes de entrar al auto miro por última vez a Min.

-Si gustas puedo llevarte a casa -dijo la mayor, el menor negó rápidamente.

-Es maestra, gracias de todas formas señora Kim -la mujer asintió, antes de meterse al auto el pálido volvió a hablar-, ¡cuide a Namjoon por mí!

Una pequeña sonrisa se hizo presente en el rostro de la madre, miro al pálido por última vez para asentir, después arrancó su auto dejando solo a Yoongi.

Ese pequeño espacio lo ayudo a pensar en las curiosos niños que conoció horas atrás, centrándose más en el de cuadrada sonrisa, repitió esa bonita voz en su cabeza, sin darse cuenta ya estaba sonriendo, ya quería que fuese mañana.

Mientras tanto con el piel canela, sentía más comodidad, su cabeza estaba sobre algo demasiado suave, sólo recordaba el haberse quedado dormido en el hombro de Yoongi, despertó, miro su cama, después a su alrededor.

Estaba en su habitación, se levantó de esta, bajo las escaleras, encontró a su madre leyendo en uno de los sillones, fue hasta ella para sentarse a su lado.

-Dormiste bien, lo siento Namjoon.

El menor confundido miró a su madre, ¿por qué pedía perdón?, examinó la cara de su madre, apesar de estar seria, algo tenía que dejaba desconcertado al piel canela.

-¿Por qué te disculpas mami?, lo importante es que ya estoy contigo -la abrazo de su cadera, se frotó como un gatito en su pecho sintiendo la calidez que pocas veces gozaba.

La señora Kim acarició los cabellos de su pequeño, cerró los ojos, aveces deseaba tener así de pequeño a su adorado Namjoon, aunque no se lo dijera con frecuencia, quería que su piel canela fuese feliz.

Dejo un beso en su cabellera, estuviera despierto o no, su madre quería demostrarle que no importaba que tan fría se viera, su corazón tenía una sola razón, por la cual seguir adelante, y esa era su preciado Kim Namjoon, su bebé, su hombrecito, su primer amor.

Y eso, nadie ni nada lo cambiaría, se incorporó cerrando sus ojos sin dejar de darle caricias a su hijo, Namjoon quería que esos momentos donde su madre daba más acciones que palabras fueran para siempre.

En ese momento recordó a Jimin, Taehyung y Yoongi, sonrió al saber que tenía a unas personas maravillosas en su vida.

En ese momento recordó a Jimin, Taehyung y Yoongi, sonrió al saber que tenía a unas personas maravillosas en su vida

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