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Después del colegio Namjoon invitó al menor a su casa, pues su madre quería que los menores pasaran más tiempo juntos por la bonita relación que tienen, y claro que la mamá de Jimi no se negó, pues también moría de ternura al ver a los menores ser tan tiernos juntos.

El rubio miraba por la ventana dejando que sus manitas fueran al borde del vidrio que estaba un poco abajo, Namjoon miraba las lindas expresiones que el menor hacía cuando el aire pegaba con su rostro. El coche frenó frente la casa de Kim, Jimin chilló de emoción, ¡estaba en la casa de su bonito hyung!

La señora Kim bajó, quitó los seguros, los menores bajaron, el piel canela tomo la mano de Jimin para caminar a la puerta de su casa, su madre la abrió dejando que los niños pasarán, una vez adentro el rubio admiro la casa del bonito hyung, algunos cuadros de Namjoon de bebé adornaban la casa, el menor sentía su corazón se derretía por lo adorable que era el piel canela.

Namjoon lo guió a la sala, su madre estaría en la cocina preparando bocadillos para que los menores pasaran una tarde más cálida, el piel canela prendió la tele, le gustaba pues, a esa hora pasaban sus caricaturas favoritas, Jimin reía por las escenas graciosas de dichas caricaturas, la señora Kim sonrió al escuchar la risa de su pequeño y el de Park al imitar dichas escenas. Una vez terminado los bocadillos, se los llevó, se sentó en el sillón mirando a los menores comer hablando de cosas triviales.

—¡Esta muy rico!, La mamá de Namjoon cocina rico, rico —exclamó el rubio con sus mejillas rojizas y abultadas.

—Gracias Jimin.

El resto de la tarde se la pasaron jugando en el cuarto del piel canela, al último decidieron ir al patio, con muchas flores que la madre del moreno cultivaba en sus días libres, había infinidad de estás, cautivado más al de cabellos rubios. Sentía que estaba en un bosque mágico, Namjoon permanecía sentado en el pasto mientras que el pequeño Jimin se movía de aquí para allá, el moreno sonreía al ver al menor tan apurado.

Unos segundos después llegó con dos coronas de bonitas flores, Kim cautivado por esto se sonrojó su mochi hacia cosas hermosas, el rubio se acercó a él para ponerle dicha corona en su cabellera castaña, al terminar de ponérsela se alejó mirando al mayor feliz. Se veía hermoso.

Namjoon debido a la emoción fue dentro de la casa para ver lo que el tierno rubio le hizo, al ver aquellas florecitas moradas y azules en su cabeza se quedó frente al espejo durante unos largos minutos, Jimin llegó con una corona igual, ambos se miraban por el espejo, el piel canela, sonrojado, se volteó a su menor dándole la espalda al espejo.

Sus caritas estaban algo cerca, pero eso le daba oportunidad al pequeño Jimin de mirar de cerca a su bonito hyung, su piel canela lo tenía hinoptizado, llevo una de sus pómulos a la carita del mayor poniéndolo más nervioso debido a que sus respiraciones estaban cada vez más cerca.

—Joonie Hyung es muy bonito —se acercó más poniendo más nervioso al pequeño moreno quien batallaba por no desmayarse ahí mismo.

Y como si fuese un destello, los llenitos labios de Jimin estaba en su nariz de bolita, Namjoon por inercia cerró los ojos, pero los abrió al sentir la calidez en su pequeña nariz, al abrir los ojos se encontró con los ojitos marrones del rubio, parecía que estos le sonreían, después de unos segundos se alejó.

—M-mochi.

El menor río al ver el estado en el que su mayor estaba, lo abrazo, el piel canela era una caja de sorpresas, Joon correspondió el abrazo aún queriendo entender porque Jimin le dió un beso en la frente, su madre los llamó desde la sala haciendo que los menores se separaran de golpe, aún así, sonrieron.

Al llegar, la mujer avisó que pronto vendrían por Jimin, comenzando, para ella, una de las escenas que más le dieron ternura por parte del rubio.

—¡Mi Joonie no tiene que estar solo!

—Mochi...

El rubio se volteó a su mayor, ¿Cómo podía dejar a su bonito hyung?, No, ya tenía suficiente con tener que dejarlo cuando vienen por el a la escuela.

—Si se enferma, ¡Los doctores querrán llevárselo por bonito!

—No van a...

—¡Lo alejaran de mí!

—Me siento bien y...

De pronto, el mayor sintió unos brazos alrededor de su cintura, el pequeño lo atrajo hacia su pecho como si de un bebé se tratase infló sus mofletes ante la atenta mirada de la señora Kim quien quería grabar la ternura encarnada.

—Te llevaré a mí casa y te dejaré en una cajita.

—¿C-cajita?, Mochi yo vivo aquí —objeto ante la mirada del menor, sentía que está no era una excusa que para que el rubio lo soltase.

—Pero pronto viviremos juntos, tendremos nuestra casa, te cocinare y daré muchos cariñitos a hyung —dijo orgullos y seguro, dios, ¿Algo más tierno que Jimin?

De pronto, el timbre sonó, la señora Kim se levantó para abrir encontrándose con la dulce madre del rubio quien venía por él, Jimin al visualizar a su madre se aferró más a Joonie, apesar de las quejas del moreno este camino con el en brazos hacia la puerta, cuando su madre lo vió se quedó un poco confundida.

—Bebé ya es hora de irnos, prometo que otro día vendrás a ver a Namjoon.

El rubio negó, como era de esperarse.

—Namjoonie viene conmigo porque viviremos juntos mami.

Kim, quien pedía a los dioses que Jimin lo soltara porque se estaba quedando sin aire y, además jugaron demasiado y lo único que quería era dormir, tener paz, que un chiquillo esponjoso no le daría del todo. Suspiró llamando la atención del menor y las mujeres.

—Un día, iré a tu casa mochi, dormiré contigo y te haré muchos mimitos, estoy cansado, ¿Me puedes soltar? —lo último apesar de sonar como súplica logró alegrar el corazón del rubio quien lo soltó al escuchar el plan que ahora cumpliría.

—¡Joonie Hyung, cuídate, yo también te haré mimitos! —besó su mejilla antes de irse con su madre hacia el auto, una vez en este, bajo el vidrio para gritarle a Namjoon el cuánto lo quería.









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