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El festival finalmente llegó, los alumnos de sexto estaban desde el horario normal para poder hacer los últimos toques a sus atracciones, en el salón donde sería la casa de los espantos, los alumnos vestidos de diferentes personajes del terror.

Namjoon coordinaba donde irían ciertos retoques, como la cámara de gas, las ventanas oscuras dándole un tétrico ambiente al aula, el menor sonrió ante lo bien que había quedado, segundos después llegó Jimin con unas bolsas en ambas manos.

Al entrar arrugó un poco sus labios, pues no pensaba que daría tanto miedo, trago saliva y camino el castaño quien le sonrío.

-Lo están haciendo bien, oh, tome Namjoonie hyung, para estar mejor -extiende una de las bolsas, en ellas hay jugos de fruta, el mayor toma uno agradeciendo.

Dejo las bolsas en una de las mesas donde sus demás compañeros pudieran tomar uno, los amigos decidieron salir para poder tomar aire fresco y relajarse.

En una de las bancas hablaron sobre lo bien que les iba su día, las cosas que podrían hacer juntos, Jimin preguntó por Taehyung y Yoongi, pero el piel canela tampoco sabía dónde estaban sus demás amigos. Al cabo de unos segundos escucharon ruido, que en cuanto más avanzaban se convertían en gritos.

Jimin se adelantó preocupado, Kim inseguro le siguió unos pasos atrás, al llegar notaron a Taehyung vestido de un vampiro, mientras que sujetaba a Yoongi de su delgado cuerpo, quien tenía una mueca en su cara y alejaba al avellana.

-¡Yah, Taehyung déjame! -dijo el pálido alejando la cara del antes mencionado quien hizo un puchero.

Namjoon trataba de entender aquella situacion, el por qué Taehyung tenía ese extraño disfraz, cuando el estaba fuera de aquel proyecto de la casa de los sustos, Yoongi dirigió su mirada a los menores, aumento un poco más de su fuerza para poder hacer caer al avellana de un senton.

Namjoon junto al rubio fueron hacia Kim quien con un puchero sobaba su trasero debido al impacto, parte de su molestia era por haber perdido al pálido, Jimin preguntó por cómo se encontraba, este sólo dijo que bien, restándole importancia, quería estar con Min.

-Tengo que estar con Yoongi, el estuvo solo ayer, ¡mi gatito me necesita! -dispuesto a irse, camino, pero rápidamente frenó al sentir que la capa roja se atoraba con algo, giró mirando el tenis de Namjoon en este, impidiéndole avanzar.

-Espera, ¿qué haces vestido así? Además no creo que Yoongi quiera estar con alguien ahora.

-Mi mami me dijo que los vampiros son sexys, algo así entendí -sonrió inocente ante aquella palabra que dejó petrificado al piel canela.

-TaeTae, a Yoongi hyung no le gustan cosas "sexys", le gustas tal y como eres -ánimo Jimin acercándose a su mayor quien ladeó confundido.

Un brillo apareció en aquellos ojitos castaños, Namjoon dejo de pisar la capa, Taehyung no podía estar más feliz, por fin logró gustarle a su querido gatito, tal y como él era, agradeció a los menores, acto seguido fue a los baños para quitarse el traje.

Namjoon fue hasta el rubio quien sonreía, sin pensarlo mucho tomo su mano, suave, fue su pensamiento, Jimin rápidamente se giró mirando sus manos unidas.

-¿J-joonie hyung?

-Tengo hambre Jiminnie, te compro una crepa, vamos.

Dicho eso, jalo al rubio de su manita guiandolo nuevamente a las instalaciones, había mucho ruido en los pasillos, parte de ella eran risas, la niñas tenían sus manos unidas a otras ,el piel canela entendió que el podía hacer lo mismo, después de todo, eso hacen los amigos.

El menor tenía los pómulos bastante rojos, tanto al grado de sentir su carita ya arder debido al calor, lo único que captaba su atención eran sus manos, las de Namjoon también eran cómodas y suaves, además de que juntas encajaban perfectamente.

Recordaba una y otra vez cuando en las películas de princesas, los caballeros tomaban de la mano a las doncellas para protegerlas, además de ser un signo de confianza, la mamá de Jimin era fan de estas películas, por lo cual estar con su pequeño en el regazo cada tarde no era extraño.

Más fue su sonrojo cuando en una de aquellas películas, el príncipe se arrodillaba en una hermosa tarde jurando a la princesa un amor que rebasaba los reinos, el sol y las estrellas, que sería un amor más grande que él de cualquier palacio, o valor. Y aveces, sólo aveces, quería que Namjoon le jurara tan hermosas palabras.

El olor a comida inundó sus cosas nasales volviéndolo a la realidad, había pocos alumnos, pues seguramente los demás estuvieran en sus aulas, el piel canela soltó su mano, extrañando el contacto al instante, suspiró, se sentó en una de las sillas que estaba adornaba de una manera bastante linda a su parecer, la mesa tenía tres sillas alrededor, en el centro una hermosa flor de tonalidad rosa pastel.

Se entretuvo con aquella florecita, después de admirarla, escucho los pasos de su mayor cerca, levantó la mirada encontrándose con Namjoon quien le extendió la crepa, Jimin agradeció, tomo la crepa admirandola. No quería comerla, era como una joya para él, porque venía por parte de su adorado Kim.

Namjoon ya había comenzado a comer, le preocupó que el menor no le gustará, pues se la había quedando viendo, ladeó un poco su cabeza confundido.

-¿Jiminnie ocurre algo? -preguntó sobresaltando al rubio.

El de regordetas mejillas negó sonriente, aveces le daba vergüenza decir lo que sentía con cualquier detalle, así que decidió guardarse una explicación para el, finalmente le dió una mordida, los sabores rápidamente se apoderaron de su paladar dándole una exquisita sensación.

Kim admiro era imágen como si de una obra de arte de tratase, el rubio comía de una manera bastante rápida, pero sabía que en cada mordida sólo desgustaba más aquel sabor dulce, el castaño no se podía sentir más feliz.

Se sentó enfrente de Jimin, comió su crepa con más tranquilidad, miraba de vez en cuando a su alrededor, el aula se comenzaba a inundar por pequeños que ya tenían hambre, algo de crema batida había quedado en su labio inferior. El rubio al darse cuenta de eso, pues tenía la costumbre de mirar a Namjoon en silencio, se percató de aquella mancha en su abultado labio.

Sin previo aviso se inclinó hacia el mayor quien iba a dar otra mordida a su crepa, miro a Jimin curioso quién con su dedito tocó su piel, causándole nervios, pero a la vez tranquilidad, quitó la crema y le sonrío a Kim achicando sus ojitos.

La cara de Namjoon ya era un tomate.

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