Once

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"Repertorio de música triste"

Desde Heart hasta Kiss con canciones de Alon y Beth, Lena tomaba 200 micro-litros con micro-pipetas con puntas estériles para colocarlas en tubo eppendorf para precipitar y luego centrifugar por enésima vez. Lo mejor de ser bióloga marina era trabajar con algas marinas y averiguar sobre los tratamientos de biorremediación junto con colegas.

Esta tarde llegaría un nuevo colega para trabajar con ellas y Lena al leer el memo se quedo un tanto incomoda, era un viejo compañero de facultad que siempre había chocado con ella y en ocasiones era muy intenso. Todo empezó cuando Lena se negó a salir con el pero aceptó a su vez a su mejor amiga como acompañante (Verónica), le dio en el ego y no fue la mejor idea pero ahora salia sobrando. Tenia la duda si seguía siendo un ser egoísta y prepotente, no quería lidiar con tremendo intenso en su laboratorio y es Maxwell Lord era toda una fichita. 

Tenia algunos jóvenes investigadores hacia mi derecha observando en el microscopio algunos micelios que no ha sido identificados y a mi izquierda a mi cuñada y mejor amiga, Alex. Estaba leyendo un articulo que nos había enviado la junta que se checaria final de semana. 

-¿Qué te pasa? -con sumo cuidado Alex tomo asiento junto a Lena que cuidaba la centrifuga inmersa en sus pensamientos- ¡Hola por aquí! 

-¡Jesus! Alex casi muero del susto -susurro comicamente haciendo enfadar a la pelirroja- no ya en serio si me diste un poco de susto, acaba de verte entretenida en tu computador y ahora estas aquí ¿acaso eres uno de los animes que ven tu hermana?

-¿Qué? No, no, bueno mi hermana te ha sumergido en su mundo otaku debes sentirte halaga -sonrió pero al ver que Lena se le opacaba la mirada con mencionarla, intuyo que extrañaba a Kara- ¿Así que extrañas al tornado? -Lena asintió un poco apenada mirando hacia la centrifuga.-Casi puedo asegurar que esta buscándote el mejor regalo para traerte y no puede concentrarse en sus asuntos por cierta mejor amiga que esta enfrente de mi. 

En una tienda de antigüedades a miles de kilómetros de ahí, Kara se había emocionado por las piezas de manera que miraba en las estanterías del pequeño lugar. Algunos instrumentos viejos pero de un gran uso, replicas de la torre ifel, algunos libros viejos, revistas y recetarios que seguramente su madre Eliza amaría, tomo un par para llevar, así como un unicornio tallado para su próximo sobrino que adornaría la pequeña estantería que Alex y ella habían acomodado unos días antes de su viaje. Lo que más le impresiono fue un vinilo de David Bowie en la caja de "tome uno y sera feliz" recordó su primer beso con Lena y lo mal que la paso al darse cuenta que siempre había estado enamorada de ella. No lo olvidaría, algunas veces se sentía mal por Barbara pero luego recordaba que estuvo bien haber terminado las cosas tan rápido, sin tacto pues ya lo había hecho, que más. 

-¿Señorita? ¿algo más? -pregunto el joven con varios piercings en las orejas y de cabello purpura.

-Claro, quiero esa bola de nieve -destinada para Lena, era una buho blanco que al sacudir tenia purpurina blanca era casi mágico.- ¿Puedes envolverla como un regalo? 

-Si, no es problema señorita -sonrió en forma coqueta haciendo que Kara le diera un malestar de enojo, cerro sus puños por instinto.- Seguro su sobrina amara este reg...

-No es para mi sobrina, es para mi novia, yo se que lo amara -la palidez del chico y su desilusión hizo vitorear a Kara por todo el jardín derecho- ella es tan delicada y fina como esa esfera pero tan enigmática y ahora que la veo me hace pensar en cuanto la extraño -el joven estaba un tanto avergonzado pero admiraba lo abierta que era su cliente.- Suelo divagar ¿cuanto sera? 

-¿Tarjeta o billetes? -sonó algo tímido y rendido ante cualquier posibilidad.

-Tarjeta, hablando de tarjetas...no tienen de esas postales viejas que agregabas un mensaje.

Red Sox GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora