Red Sox Girl

Trece

Padres

Algunas veces el frío es tan intenso que se cuela a través de la ropa invernal, el fuego en las chimeneas o la cantidad exacta de mantas para cubrir. El sillón del departamento de las hermanas Danvers era grande y acogedor, tan suave que todos los de la pandilla habían dormir entre las pieles del sofá. Esta vez, Kara y Lena lo ocupaban. Kara tenia un brazo de bajo de su cabeza la otra en la espalda de Lena que estaba muy pegado a un costado con una pierna sobre sus rodillas y la otra estirada, una de sus manos debajo del abdomen de Kara dándole caricias sintiendo sus músculos relajados. Miraba el techo mientras Lena escucha el corazón de Kara pues su oreja estaba ahí. 

-Algunas veces pienso que esta sera la primera vez en que papá no estará en navidad -suspiro nostálgica con la garganta cerrada- ya sabes su ponche especial que nos hacia beber y era tan delicioso que terminaba con la barriga llena de tan dulce sabor. ¿Recuerdas esa vez? la vez en la que te derrame el ponche en tu suéter carísimo -rió al recordarlo y Lena solo gruño por el momento tan pegajoso que tuvo. 

-Eras horrible conmigo y me volvías...bueno me vuelves loca, sabes que ese suéter lo aborrecí por tu culpa ¿no? 

Con curiosidad Lena de nuevo metió sus manos debajo de la playera de Kara, era tan cálida y hacia frío. 

-En mi defensa..ya estaba un poco borracha y algo celosa habías llevado a ese tal Jack -frunció el ceño que fue acariciado por los delgados dedos- no tiendo que le mirabas eran tan irritante y un tanto aburrido. ¿Qué tiene de gracioso Lena? -dejo de ver el techo- chistosa..

-Lo gracioso eres tu, cariño. Jack era bueno solo un momento de locura, desesperada porque me sentía enferma de verte con como se llama...Cat...esa rubia, enana de jardín. 

-¡Perooo! yo no la lleve a casa solo fue un momento de...locura como lo llamas tu a parte que culpa tengo que las enanas de jardín me sigan. 

-¿Me estas diciendo enana de jardín? rubia mal teñida -rasguño el estomago haciendo que Kara se retorciera incomoda- eso me gano por salir con un gigante del Himalaya -ambas dejaron de lado sus antiguos celos para reír por las incoherencias que decían. Era cierto que Kara era un poco más alta unos diez centímetros  pero era normal que Kara se burlara de la altura de Lena. Era buena haciendo enojar a Lena por puro interés de tener esa mirada verde sobre ella, la verdad es que era un subidón de energía pelear con Lena. 

-Oye...

-¿Qué pasa? -dijo Lena mientras se escondía en el pecho de Kara- dime.

-¿Has hablado con tus padres? -ahí estaba un tema incomodo para Lena- digo...no me mal entiendas, el otro día me encontré a tu hermano en el aeropuerto, lo había olvidado te mando saludos, iba con su esposa hacia la casa de tus padres.

-¿Hasta ahora recuerdas eso? 

-Esta bien -suspiro cansada- no sabia como decírtelo, yo sé que llevas una mala relación con tu familia exceptuando a Lex y su familia. El pequeño me ha dicho que extraña a su tía favorita. 

-Por lo menos soy la tía favorita, te imaginas que Tess sea su tía favorita bueno la verdad es que eso si me dolería. 

-¡Heyy! cariño -coloco su mano en la mejilla para acariciarla con el pulgar una parte de su mejilla- el te ama, Lex te quiere y Eve te quiere mucho. 

-Pero mis padres no me quieren y tampoco Tess. La perfecta Tess, tu que decías que yo era perfecta pues no cariño mi hermana mayor, ella si que es perfecta.-Dijo con vestigio de tristeza e impotencia.- ¿Qué mas a dicho el pelón? 

-JAJA perdón...se que no debería reírme pero Lex es un calvo -dijo Kara sin aguantarse la risa y Lena también estaba mucho mejor de humor el pensar en su hermana era incomodo pero el recordar a Lex era una frescura en sus memorias.- Solo ha dicho que le encantaría que pasaras por casa para convivir. 

-Lo dudo, no seria nada agradable estar enfrente de mi padres, lo cuales no han hecho nada por verme estos seis años -sus ojos estaban llenos de lagrimas que recordaban el pasado- no los he necesitado y ahora mucho menos.

-Ellos se lo pierden -dijo Kara aun dándole cariños en su mejilla- ellos están perdiendo al ser más hermoso, bondadoso, tierno, inteligente de este mundo por sus tonto prejuicios. Discúlpame cariño...-beso su frente y sus parpados- no debí haberte mencionado a tus padres. 

-No...-un pequeño hipo- ufff....no importa eventualmente me comentarías lo que te ha dicho mi hermano Lex, -limpio sus ojos con sus dedos- no es la primera vez hace un mes estábamos desayunando me lo comento pero no lo deje hablar, seguro trato de hacerme llegar sus palabras contigo. Aprecio a mi hermano, él es tan justo y maduro que debe tener una razón oculta pero no quiero tener fe por personas que no tienen fe en mi. 

-Yo tengo fe en ti mi insoportable -esa vez la abrazo con una energía de protección para expresarle que no estaba sola y que no tuviera miedo, debía seguir adelante- todo estará bien ¿vale? 

-Ujum...-restregó su rostro en el pecho- gracias Kara. Te quiero 

Detrás de la puerta de la cocina Alex tomaba su té había escuchado la platica de su hermana y de su mejor amiga. No había sido su intención pero descubriría porque Lex estaba tan insistente. Ella recuerda como era Lena, recuerda la historia de sus padres, de su hermana en especifico y no le gusta mucho esa familia a excepción de Lex, ahora algo estaba maquilando y lo que menos quería es que Lena sufriera y no quería que Kara se metiera en problemas. Las hermanas mayores son las que se meten en problemas pero solo por seguridad buscaría una respuesta que no dañara al par que más quería en este planeta. Con Alex Danvers nadie se mete mucho menos con su familia. Por ahora solo debía preocuparse por los regalos y donde esconderlos porque Kara era un problema para guardar secretos. En días irían a Midvale. 

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Hola

¡ADIÓS! jaja