Sixteen

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Metrópolis City

—Deberiamos hablar con Lena. Se que no lo tomará muy bien pero ella merece pasar tiempo con papá —comentó Lex a su madre Lillian.

Lillian lucía más vieja con círculos de cansancio en sus ojos. Por las largas noches que tenía con Lionel que se la pasaba tosiendo por el avance del cáncer pulmonar.

—Tienes razón pero tú padre es tan terco porque extraña a Lena y yo no tengo cara para ver a tu hermana, no he sido la madre que se merece. Sobre todo Tessa lo tomará de mala manera y de momento tú padre no necesita drama familiar.

—Mamá —tomo su mano y apretó con cariño— Lena es maravillosa y no creo que te odie -Lillian avergonzada bajó su mirada —ella es amable y respetuosa, yo creo que quisiera pasar tiempo con el que en su momento fue su héroe, podríamos dañar los sentimientos de Lena para siempre, si no comentamos sobre la salud de papá.

—Conoces muy bien a tu hermana, en su momento estuve ofuscada porque quisieras estar al pendiente de Lena. Tenía idea erróneas de tu hermana, aún siendo su madre fui de lo peor, no me siento orgullosa pero agradezco que estés para ella cuando nadie lo estuvo.

—Es mi pequeña hermana, algo que me enseñaste era no seguir tus pasos, ni los de papá. Creo que papá merece pedirle disculpas a Lena. Tarde mucho en darme cuenta y daño a Lena. No puedo hacer mucho con Tessa, ella es muy conflictiva y cerrada.

—Dejame a mi hablar con Tessa, espero que tú pongas de tú parte para hablar con Lena.

—Lo haré, mamá. De momento pasemos las fiestas ¿Si? ¿A qué hora va llegar el ogro de mi hermana?

—¡Alexander! —reprendió con una sonrisa— tú hermana no es más ogro que tú padre así que dile a tú esposa que le suba a los villancicos cuando llegue Tessa.

El ruido de las rápidas y pequeñas pisadas que provenían del pasillo se hicieron presentes cuando la pequeña risa de Theo y Eve resaltaron.

—Abuela.... abuelita. Dile a mamá que me bañé ayer y no necesito otro baño. —Llego el pequeño castaño con los cabellos revueltos y lleno de barro.

Lillian soltó una pequeña risa ante la mirada atónita de Eve y Lex.

—Esta bien pequeño príncipe ve a bañar para que te enseñé un poco de piano ¿Te parece?

La verdad es que Lillian siempre sorprendía a Lex con el cariño afectuoso hacía su pequeño hijo.

—Tengo una mejor idea abuelita, juegas conmigo a lanzar la pelota ¿Si? —dio pequeños saltos de emoción.

—Esta bien, ahora ve con mamá.

Tomo la mano de Eve para ir al baño. Lex observo directamente a su mamá.

—¿Qué Alexander? —Levanto su ceja.— No me mires como si fuera un ser de otro planeta.

—Para nada, mamá. Solo que tú pequeño príncipe terminará otra vez sucio después de jugar contigo.

—¿Y? Es un niño que quiere jugar. Ama el béisbol al igual que Lena. Me recuerda un poco cuando me insistió que le enseñará a jugar y me negué porque no era un juego para niñas. En fin...deja esa sonrisa.

—Gracias, mamá.

Sonrió con cariño hacia Lillian que mantenía su postura estoica y cansada.

Midvale

«Querer, dentro del corazón sin pudor, sin razón con el fuego de la pasión»

Llevaban unos minutos bailando en la habitación. La música se filtraba ligeramente.

Red Sox GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora