V

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No fue un error pensar en que no iba a rendirse, porque es justo así. 

Christopher está parado frente a mi carpa y yo me siento mirándolo desde adentro.

—¿No te vas?

—Hace frío —responde arrodillándose adentro. 

Pone su mochila sobre sus piernas y suspiro asintiendo. 
Afuera solo nos ilumina la luz de la luna y la fogata ya se ha apagado. 

Levanto el cierre y nos quedamos solos ahí, así que me acuesto en mi bolsa de dormir.

—Tampoco traje una —dice suavemente.

—Es el peor viaje de tu vida, ¿o qué? 

—No está tan mal. 

—P...podría compartirte esta —respondo nerviosa— no se me cae la piel. 

Él resopla.

  Escucho como va de rodillas hacia mí, en el espacio reducido, y su mano sube hasta mi rostro. 
La mueve para quitarme la capucha que siempre llevo, y me tensa aunque sé que no hay luz suficiente como para asustarlo.

—¿Tú crees que soy tonto?

—No es tonto tenerme asco.

—Tn—susurra demasiado cerca y lo sé porque puedo sentir su aliento.

—¿Qué?  —Llevo un tiempo practicando frente al espejo e intento decírtelo pero no me atrevo, porque no estoy seguro de si tú aceptarías salir conmigo. 

Un escalofrío recorre mi cuerpo.

  Tengo que estar imaginándolo.

—No puedes estar hablando en serio.

—A veces te observo y quiero solo acercarme a decirlo, pero me pones tan nervioso.

—Oye, no bromees —respondo tratando de alejarme, pero él agarra mi cintura

—Me gustaría ir a comer algo contigo, sin presiones. 

—¿Por qué quisieras hacer algo así? 

—Porque me gustas —dice haciéndome temblar— mucho. 

—¿Por qué yo te gustaría? —insisto frunciendo el ceño. 

Es extraño pero suena tan sincero que empiezo a creer que podría estar hablando en serio

—Porque eres linda —suelta tranquilo y se me forma un nudo en la garganta— tan amable y dulce.

—Es mentira...

  —Es verdad, Tn, lo juro —afirma acariciándome.  —

—No puedes decir que soy linda, todos tienen claro que verme no es agradable.

—Tengo claro que las personas confunden muchas cosas con la belleza. 

Su mano repasa suavemente mi cuello y me acerca lento, así que supongo que me está dando la oportunidad de detenerlo, pero no lo hago.

Siento sus labios rozando los míos y luego los atrapa, pasando su lengua por ellos. 

Respiro con dificultad, tratando de corresponderle. 

Estoy agitada.

  Su mano se mueve en mi cintura, y quisiera alejarlo por la vergüenza que me da que tenga que tocarme, pero a él no parece molestarle, incluso me da la impresión de que le gusta.

—Entonces, ¿lo harías? —pregunta en un susurro.

—¿Qué? 

—¿Saldrías conmigo, Tn?  Con la poca iluminación logro ver sus ojos, y asiento automáticamente.

Fire ||Terminada                                     (Christopher Vélez y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora