Usted me recuerda

9 2 0
                                    

Usted me recuerda tanto como yo...
Porque hacer el amor se volvió nuestra vida,
Porque al devorarnos no existía pudor,
Cuando con sus pechos erguidos al sol
Se volvían infierno al sentir la lascivia,
En ese exquisito ritual de pasión
¡Del apetito voraz de mi lengua y saliva!

Usted me ha de extrañar tanto como yo
Cuando nos devorábamos con la ropa puesta,
Nos volvimos expertos en la seducción
Usted bajo mi vientre y yo entre sus piernas, 
A veces comenzábamos con ternura y amor,
¡Y a veces nos tragamos como feroces bestias!

Usted me desea tanto como yo
Pues no existe quien supere
Lo que ambos logramos,
Usted con sus uñas surcando mi espalda
Y yo tras de usted cual semental desbocado,
Logrando meter mi piel en su piel,
¡E inundando su paraíso con un diluvio humano!

Usted me necesita tanto como yo
Porque nos volvimos el uno para el otro,
Esa hambre voraz de pedirnos más
De sacar demonios poblados de morbo,
Hacíamos a un lado las alas de amor
Para que al poseernos no existiera estorbo,
Yo sentí en mi rostro su dulce panal
¡Y usted bebió mi néctar sedienta
sorbo a sorbo!

Usted me recuerda tanto como yo
Yo la melodía de sus intensos gemidos,
Pero usted en cambio
Gozaba la firmeza con hambrienta fiereza,
Del vigor inflexible de mi mástil erguido,
Yo amaba verla temblar después
de obsequiarme,
Hermosos orgasmos por caricias brindadas
¡Hasta que nuestros cuerpos terminaban fundidos!

Usted me recuerda tanto como yo
Y se que mi nombre en sus sueños repite,
Que le he hecho el amor sin yo percatarme,
Porque en su baja espalda siente la nostalgia,
¡De como mi cuerpo la penetra y embiste!

Y yo reconozco que me vuelvo loco
Cuando entre mis sueños siento aún su boca
Que muerde mi espalda, mis hombros , 
mis nalgas,
Y al beber mi sudor me traga completo
¡El carnoso objeto que la hace delirar
Que la hace vibrar y hasta la sofoca!

Usted me recuerda tanto como yo
Esas noches turbias impregnadas de fuego,
Mordiéndonos los labios con extrema pasión,
Entre gritos y súplicas, gemidos y ruegos,
Prorrogando tan solo unos cuantos minutos
Para continuar desgastando los cuerpos
¡Usted me recuerda y yo la recuerdo!


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Abriendo el Corazón a Una DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora