Confesión al oído

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Está noche susurrare suavemente, a tus oídos que eres una hermosa diosa, con el cuerpo perfecto y tentador.

Mi respiración contra tú oído mostrará la gran necesidad que siento por ti.

Mientras desabrochó tu vestido, voy descubriendo el infinito universo. Primaveras, inviernos, otoños y veranos están en cada parte de tu piel.

La noche se volverá día, las poesías se volverán rimas de piel a piel, de tu cintura a tus colinas., de tu boca a tus muslos., de tu cuello a tus pechos., de tus rodillas a tus cabellos...

¡Mi piel te reclama amada mía., reclama cada rincón, de la niña y la mujer que hay en ti, reclama tu caos y la tempestad, los terremotos que hay en tu piel mientras nos hacemos uno solo, gimiendo y gritando en estas olas de tormentas.

Me sumerjo en tus mares más profundos para llegar hasta ti. Tus párpados se cierran dulce y atormentadoramente, y al tocar el cielo; se abren como un volcán haciendo erupción.

Después llegó esa calma tensa, por un instante eterno nos entregamos a besos, para de nuevo comenzar esa travesía en las colinas de tu cuerpo

Abriendo el Corazón a Una DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora