5

2.8K 239 17
                                    

Ari:






Todo lo borracho que tenía se fue por el susto que me dio al pensar que alguien podía hacerle algo a Temo.

Estábamos de regreso a casa, estaba anocheciendo, y Temo solo miraba por la ventana del auto, estaba enojado, lo sé.

—Perdón —dije intentando romper la tensión que se creó entre ambos.

—¿Pides perdón porque sabes que rompiste tu promesa? Pues si, si te perdono, pero ya no me hables, no tengo ánimos para hablar contigo.

No dije nada más hasta llegar a casa, él se bajo primero y subió rápido a su habitación sin mirarme, y lo entiendo.

Pero necesito saber si esta bien.

Subí tras él, la puerta estaba abierta así que entré sin tocar, estaba envuelto en cobijas y parecía un taquito.

—Temo —lo moví un poco— ¿Podemos hablar? —pregunte.

Destapó un poco su carita dejando ver solo sus ojos y frente fuera de la cobija.

—Bien.

—¿Sucedió algo de lo que me dabas contar? —pregunté y el negó.

—¿Por qué lo dices? —pregunto frunciendo el ceño.

—Porque...Estaba en una de las habitaciones, y escuché a unos chicos hablar sobre-sobre tu trasero, y de lo bien que se veía con esos pantalones... Pe-pero eso no fue por lo que me preocupe, me preocupe por que hablaron sobre lo bien que te cogería Mateo, cuando te encontrara.

—¿Por eso es que me dijo que fuéramos a otro lado? —indico jugando con sus deditos.

—¿Te hizo algo? —pregunte esperando que la respuesta fuera un No, porque si no era así, juro que lo mataré.

—Yolo me saco de ahí antes de que lo hiciera... Pero aunque lo intentará nunca iría con él.

Suspire y estire mis manos para atraerlo a mi pecho y abrazarlo.

—Le agradeceré a Yolo después, pero ahora, solo quiero dormir —asintió correspondiendo a mi abrazo.

—Ari... ¿Puedo hacerte una pregunta?.

—Ya la hiciste.

Sonrió, acariciando mi espalda con suaves toques.

—No tonto, una pregunta en serio.

—Hazla.

—¿Qué hacías en esa habitación en casa de Yolo?

Trague duro, y pensé en una respuesta, pero no encontré ninguna para justificarme.

—Solo...

—Te conozco, anda dime, crei que no teníamos secretos —se separo de mi cruzando sus brazos haciendo un puchero.

—Estaba con Sara, una amiga de Carlota —dije lo más rápido que pude— Ahora ¿Ya podemos dormir?.

—¿Qué hacías exactamente en ese lugar con ella?.

Frunci el ceño, ¿de verdad va a preguntar eso?.

—-¿Tú que crees que estaría haciendo, solo en una habitación con una chica estando borracho?.

—¿Hicieron algo? —preguntó bajito, desviando la mirada a alguna otra parte.

—No, salí de ahí en cuanto supe que podía pasarte algo —tomé su mentón obligandolo a mirarme— Primero me muero antes de que te pase algo —abrí mis brazos y el se acurruco en ellos.

Amigos Con ¿Derechos? [Aristemo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora