Después de los pocos deberes del hogar, SeokJin se sentó en su lugar favorito de la casa, un sillón doble que en escasas ocasiones compartía con su esposo.
Estiro su brazo izquierdo hacia el estante que se encontraba a un lado, tomo un libro grueso que trataba acerca de las etapas del embarazo, se acomodó y se adentró en la fascinante lectura mientras esperaba con gran ilusión el regreso de su amado. Varios minutos después, cuando él rubio mantenía una gran sonrisa en sus labios y acariciaba inconscientemente su plano abdomen, escucho sonar el timbre.
Dio un pequeño salto por el ruido y rápido se levanto de su cómoda posición, acomodo el libro en el estante, arreglo un poco su ropa y se encamino a la puerta. Al abrir asomo su cabeza de derecha a izquierda, y vio que el pasillo estaba vacío, pensó que solo se trataba de un niño travieso tocando los timbres en el edificio.
Estaba dispuesto a cerrar la puerta, cuando algo se interpuso ente la madera y el azulejo, bajo su mirada con asombro, sus ojos divisaron un sobre de color rosa pastel, dudo unos minutos en levantarlo y antes de hacerlo miro por ultima vez fuera de la puerta de un lado a otro.
Se adentro hasta la sala, mirando con detalle el sobre que carecía de información, se sentó en uno de los cómodos sillones, con dedos temblorosos abrió el sobre, saco una carta de su interior de color blanco, tan blanco como las nubes, que incluso temió ensuciarla aun con su delicado tacto, la desdobló y comenzó a leer.
El rubio sentía su corazón latir con gran fuerza debajo de su caja toráxica, se sentía muy nervioso, incluso más que cuando conoció a su amado NamJoon.
En el fondo se sentía lleno de alegría, sentía que de sus poros saldría magia y de su boca un arco iris; su mente recordaba las palabras de aquella carta y en automático sus mejillas se coloreaban. Estaba tan distraído que no notó que la cena de su plato estaba intacta.
Quería saber para quien era esa carta, y en especial quería saber quién era él autor de semejante obra, aunque no podía hacer nada.
Por lo pronto debía de saber algo de los labios de su esposo, dio un largo suspiro y aclaró su garganta para llamar la atención del contrario.
—NamJoon, ¿Soy como una mariposa? —dijo casi en un susurro, con algo de vergüenza en su rostro, algo que él pelinegro no notó y sin tacto alguno soltó.
—No SeokJin, definitivamente no eres como una mariposa— murmuró NamJoon, queriendo decir más a su esposo, pero conteniendose como siempre lo hacía.
SeokJin asintió sintiéndose un poco tonto por haber preguntado aquello, se dispuso simplemente a comer.
[🌼]
No pienses en nada
No digas nada, ni siquiera una palabra
Solo dame una sonrisaTodavía no puedo creerlo
Todo esto parece un sueño ¿Es verdad? ¿es verdad?
No intentes esconderte, por que incluso te puedo ver
Tú, tú. Eres tan hermoso, que incluso tengo miedo.Mariposa, eres justo como una mariposa
Solo como una mariposa, mariposa...
Eres como una mariposa.
Desde lejos, robas las miradas, robas mi mirada.
Brillas en esta oscuridad, es como el efecto mariposa.
Tus toques ligeros, olvidé la realidad otra vez.Es como un viento que me acaricia suavemente.
Es como un polvo que flota suavemente a lo largo del mundo.
Estas ahí pero, por alguna razón, no puedo tenerte.
Eres como un sueño, eres lo que la altura es para las mariposas .
Mariposa, si, eres como una mariposa.[🌼]
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❝ Violetas - knj • ksj ❞
FanfictionSeokJin y NamJoon se habían casado hace algunos años, ambos eran felices aunque el pelinegro siempre fuera frió con él rubio. Para alegrarle la vida a SeokJin, un extraño comienza a enviarle cartas y sus flores favoritas, las violetas. Basado en la...