Sus pequeños ojitos se abrieron, sentía que había sido golpeado hasta que cada parte de su cuerpo doliese con tan solo pensar en moverse.
Tenía los ojos vidriosos, la boca reseca y el pelo alborotado, su ropa estaba mal puesta y sus manos contenían pequeños rasguños que él mismo se había dado al intentar detener lo que le había hecho tanto daño.
Realmente sentía mucho dolor y no entendía porque le habían hecho esto a él. Definitivamente era un juego que no quería jugar nunca más en toda su vida.
—¿Pero que te han hecho mi vida? —la mujer había estado llorando por dos largas horas suplicándole a su esposo que dejara a su hijo en paz, pero no pudo hacer nada al respecto.
Su ojo tenía un gran moretón color morado y combinado con un azul que al cabo de unos días terminaría siendo verde, sus manos también estaban llenas de moretones y rasguños.
Kyungsoo frunció el ceño y lo único que pudo hacer fue decir una palabra.
—Duele. —dijo débil, una lágrima bajo del lado de su mejilla derecha.
—Lo sé mi amor, descuida mami te va a proteger. No dejaré que nadie te haga daño de nuevo, así me toque dar mi vida por eso.
El hombre se encontraba tirado en el sofá, ebrio y con un polvito blanco que salía de su nariz. En su camiseta tenía un fardo de dinero que había obtenido del trato llevado acabo con un señor aparentemente perteneciente a una importante mafia.
—Shhh. —susurró la mujer— Mami necesita que te quedes callado un ratito, mientras busca sus cosas para irnos. ¿Puedes hacer eso mi pequeño?
El niño con la poca fuerza que le quedaba asintió. Ji Nae le dio una sonrisa rápida y se escurrió por la sala para llegar hasta la habitación dónde su esposo la había mantenido encerrada por un día y medio, sin comida, sin bebida, sin poder defender a su hijo de tal monstruo con el que había pasado tantas cosas.
Sacó lo más necesario de las gavetas superiores y un dinero que había estado guardando debajo del piso de madera, este plan de escape lo tenía desde hace un año y medio, desde que su esposo cambió por completo al entrar en un mundo del que pocas personas pueden salir, el mundo de las drogas.
— ¿A dónde crees que vas? —se escuchó una voz ronca, la mujer soltó la maleta que tenía en mano y palideció por completo.
—Y-Yo... —tartamudeó.
— ¿Estás pensando en dejarme? —soltó una risa burlona—. Eres una maldita perra malagradecida, ¿lo sabías mi amor?
— ¡Tú eres una basura de persona y de padre, un hijo de puta! —gritó con furia, el hombre enojado se acercó a ella y la tomó de la boca con fuerza.
—Cuidado con las cosas que salen de tu boca mi amor, algún día podrían matarte.
—No me pongas tus sucias manos en mi cara, eres un asco.
—Un asco que nos saca de las deudas.
La mujer apartó la mano de su esposo de golpe.
—Vendiendo a tu hijo a otros hombres para que ellos puedan... —su voz sé quebró y las lágrimas empezaron a salir sin parar.
—Oye, oye. —sonrió— No es mi culpa que nos saliera un hijo tan bonito, ¿quién no quisiera pagar por él?
—Hijo de puta.
Un solo golpe directo a la cara, la mujer cayó al suelo,
— ¿Mami ya vamos? —Kyungsoo tenía la cara pálida y apenas podía mantenerse en pie, cerró los ojos con fuerza y dio un grito al ver como su mamá se encontraba inconsciente en el suelo.
—No, no, no. No llores mi pequeño, papi tiene una sorpresa especial para ti. Un amigo vendrá con muchos juguetes para ti, ¿no es eso genial? —sus manos se colocaron sobre el rostro del pequeño y secaron las lágrimas— todo estará bien, papi está aquí. Papi está aquí contigo y para siempre.
...
Su corazón latía con fuerza mientras de un empujón se sentó en la cama, tenía la frente sudada y en cualquier momento su corazón abandonaría su pecho.
Algo no estaba bien, podía sentirlo.
— ¿Qué pasó? —preguntó JongIn dándose la vuelta y colocando su mano sobre la de Kyungsoo— ¿Estás bien?
—S-solo fue una pesadilla, estoy bien.
Ya habían pasado dos semanas y media desde la primera vez que Kyungsoo y JongIn habían estado juntos, con Ji Seo ocupado en reuniones con sus "amigos" y la siempre falta de presencia de Ji Nae, ahora era mucho más fácil para ambos estar juntos.
— ¿Seguro que estás bien? —lo miró fijamente y alzó las cejas— Puedes decírmelo, puedes decirme cualquier cosa que te moleste o preocupe, estoy aquí para ti.
Kyungsoo por primera vez sentía como esas palabras hacían sentirlo tan bien, tan seguro, tan protegido. Esas palabras que hace mucho tiempo no había escuchado para él.
—Lo sé. Gracias. —se acercó a él y le dio un beso con delicadeza.
— ¿Por qué no descansas otro rato? Iré a preparar un bocadillo. —dijo y acto seguido se puso de pie
— ¿Estás intentando impresionarme?
JongIn sonrió. — Algo así.
—Bien, está bien. Espero que seas tan bueno cocinando así como lo eres para moverte.
JongIn se sorprendió del comentario pero solo se puso a reír y negar con la cabeza.— ¿Bromeas? ¡Soy un experto en la cocina!
Kyungsoo rodó los ojos y se acostó.
— ¿Vas a pedir algo verdad?
— ¡Listo en menos de treinta minutos!
—Lo sabía.
JongIn abandonó la habitación dejando una sonrisa en el rostro del menor, pero eso no quitaba el horrible sabor que tenía en su boca al recordar esos días, al recordar todo lo que había pasado, todos sus recuerdos después de once largos años, aún seguían ahí, como si solo hubiesen sido ayer.
──────•❥❥❥•──────
Les dije que iba a actualizar pronto 🙊♥️
Por cierto, el capítulo es corto por ser como una continuación del siete, una segunda parte por decirlo así.
Pero el próximo será mucho más largo, gracias por su apoyo nos leemos en la próxima actualización ☺️
ESTÁS LEYENDO
El papá de mi mejor amigo.
Fiksi PenggemarPorqué la lujuria y el deseo, no tienen edad y tampoco restricciones. Al menos no para ellos.