La cuestión de adoptar a Pig era que, de alguna manera, venía malcriada.
Ella era una perrita del refugio, por lo que Magnus no tenía idea de cuál era su origen o de quién era su dueño antes que él. Lo único que sabe es que ella se niega rotundamente a la mayoría de las marcas de comida para perros que no son ridículamente caras, no camina a través de charcos y, a veces, lo mira como si fuera el mayor idiota que haya tenido el placer de conocer.
Ella le está dando esa mirada cuando terminan atrapados bajo un toldo en medio de su paseo nocturno, con la lluvia cayendo alrededor de ellos.
"No me mires así", dice él, mirándola. "Tú eres la que quería salir de casa".
Había sido una amenaza absoluta desde el momento en que despertó a Magnus, –antes de lo necesario en un sábado–, derribando cosas y derramando su tazón de comida por todo el piso. Magnus había pensado que un paseo la calmaría un poco para que pudiera pasar una noche relajada por una vez, pero de alguna manera había logrado olvidar la única cosa que los londinenses nunca pueden dejar de tener: un jodido paraguas.
Magnus está considerando hacer una carrera: tomar a Pig en brazos y correr directo a su apartamento, pero las orejas de Pig se animan y, antes de que se dé cuenta, su correa está escapando de su agarre flojo y se está lanzando hacia el aguacero torrencial.
"¡Pig! ¡No!" grita Magnus, corriendo tras ella por la acera. Se empapa al instante, el cabello cae sobre sus ojos. Se lo quita para ver que Pig se detuvo justo al final del bloque, parada contra las piernas de alguien que lleva un paraguas. Magnus maldice, moviéndose un poco más rápido.
"Lo siento tanto", dice Magnus, empapado bajo la lluvia, apenado. "Ella se escabulló, lo siento". La persona mira hacia arriba y Magnus se sorprende al ver que es el chico del parque. "Oh, hola. Alec, ¿verdad?"
Alec entrecierra los ojos con desconfianza hacia Magnus. "¿Esto ocurre mucho o algo? Necesitas cuidar mejor a tu perro", dice señalando a Pig.
Magnus frunce el ceño. "Cuido muy bien de ella, gracias. Me acabas de atrapar en uno de mis días libres. Además, ella es una amenaza. Mírala", señala hacia abajo, donde Pig dejó huellas húmedas en todos los jeans ajustados de Alec. Magnus se estremece. "Pagaré para que los limpien, lo prometo".
Para sorpresa de Magnus, Alec se ríe. "No, amigo, está bien. Estoy acostumbrado a eso. Gajes del oficio" y apunta al edificio donde están parados, y Magnus mira hacia arriba para ver un gran ventanal con las palabras "ALEC'S PET SHOP" dibujadas con amor, junto con algunos dibujos animados de animales bebés. Hay una pared llena de perreras visibles en la tienda. A Magnus le late el corazón pensando en todos los cachorros que podría adoptar.
"¿Trabajas aquí?", pregunta, apenas evitando presionar su frente contra el vidrio y maullar a los gatitos.
"Soy el dueño del lugar, ¿verdad?", dice Alec con orgullo, sonriendo.
"¿En serio?" pregunta Magnus. "Eso es increíble, amigo. Con lo joven que eres". Alec lo mira, como si tratara de ver cuan sincero es Magnus. Luego se encoge de hombros casualmente.
"Felicitaciones a mí, supongo" dice y luego parece darse cuenta del estado en que Magnus está, empapado de pies a cabeza. "Mierda", dice. "¿Qué estoy haciendo? Sólo mírate", mueve el paraguas sobre Magnus, teniendo que estirarse un poco para compensar la diferencia de altura. Inmediatamente se empapa, su pelo enredado en su cara.
"Oh, no tienes que..." dice Magnus, acercándose automáticamente para que ambos puedan protegerse con el paraguas, tropezando un poco para evitar pisar a Pig, quien le da un mordisco a sus cordones en respuesta.
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¿Qué dijiste? |malec {traducción}
Teen Fiction"Alec puede hablar con animales. Magnus no puede, pero lo intenta de todas formas. A Alec le gusta eso en un chico". Historia completamente AU. Esto es una traducción. La historia no es de mi autoría, pero Nicole me dio su autorización (que se la pe...