Asahina suspiró mirando al castaño desde su mesa, enserio quería saber de él pero era sólo por el hecho de no saber ni su nombre ¿Y cómo podría si el chico era mudo? ¿O era sordo? La verdad ya ni se acordaba.
— ¿Qué pasa Asahina? —Preguntó la corpulenta muchacha de cabello blanco a su lado, tal vez su desanimo se notaba mucho y eso sólo significaba una cosa, no se quedaría quieta hasta saber al menos su nombre.
— ¿No crees que él está un poco solo? Ser mudo debe ser difícil. —Murmuró apoyando su cabeza en una de sus manos mientras que con la otra sostenía su dona a medio comer.
—Sordo Asahina, sor-do. —Corrigió la azabache junto a ella recalcando cada sílaba a lo que ella bufó.
— ¡Es lo mismo!
—No lo es.
—En fin, el caso es que debe sentirse solo, no lo he visto "hablando" con nadie. —Dijo con desanimo haciendo las comillas con su mano en la que antes estaba apoyada.
—Sólo tú, él y Togami suelen intercambiar señas en los pasillos. —Kirigiri dejó de beber su café por un momento e interrumpió los lamentos de la nadadora.
En la mente de Asahina mil preguntas surgieron de la nada ¡¿Cómo rayos el chico sordo de su clase podía entablar una conversación con el inalcanzable Heredero Definitivo?! Eso era una locura que sólo se veía en esos cochinos libros virtuales ¿No? Y después vino otra pregunta ¡¿Por qué rayos la idea le parecía tan tierna?!
No conocía de nada al Suertudo Definitivo y mucho menos había entablado una conversación amena con Togami Byakuya pero el aproximado uno sesenta del castaño y el uno ochenta del otro era algo realmente adorable.
— ¿Asahina? ¿Por qué tu cara está tan roja? ¿Tienes fiebre? —La preocupación se notaba en el rostro de Oogami pero ella sólo llenó su boca con el dulce que tanto le encantaba intentando calmarse.
Para su suerte la campana sonó e inmediatamente se levantó intentando evitar preguntas incómodas, no sabía de dónde habían salido tantas preguntas pero ahora sí que quería conversar con ese castaño y descubrir la brujería que usaba.
—Bien clase, resuelvan los ejercicios de la página treinta y dos. —Dijo su profesor de matemáticas junto a la intérprete que los acompañaba desde hacía ya un mes y medio.
Todos sabían lo que significaba, prácticamente tendrían esa hora libre y esto era algo que la Nadadora Definitiva aprovecharía. Miró hacia atrás encontrándose al de blondo cabello escribir en su cuaderno para, después de máximo cinco minutos, cerrarlo impresionando a la morena ¿Cómo podía ser tan rápido? En fin, era ahora o nunca.
—Togami... —Dijo delante del nombrado quien parecía tan perdido en su libro que no la escuchó, a menos que simplemente intentara ignorarla —. Oye, es de mala educación ignorar a las personas.
El heredero no hizo más que mirarla por encima de su libro pero con rapidez volvió a leer.
— ¿Y para qué tendría yo educación con una simple Plebeya? —Masculló él con molestia cosa que hizo enfadar un poco a Asahina.
— Sólo venía a saber si puedes ayudarme, sé que has estado conversando con alguien y me interesa conversar con él.
— ¿Y por qué debería? —Preguntó Togami mirándola de soslayo, en realidad poco le interesaba.
— ¿Porque no quieres verlo tan solo? —Asahina alzó sus hombros, algo cohibida, enserio que era atemorizante si se lo proponía.
— ¿Y por qué me interesaría él?
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Señas (Naegami)
FanfictionNaegi nunca pensó que podría entrar a Kibougamine e incluso cuando estuvo frente al gran edificio no lo creía, a pesar de todo siempre tuvo un poco más de optimismo que la media, excepto por una pequeña cosa, la entrega de su aparato auditivo se hab...