Capítulo VI

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Lucy se quedo todo el día en el salón mientras los Weasley y Harry habían estado jugando un partido de Quidditch

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Lucy se quedo todo el día en el salón mientras los Weasley y Harry habían estado jugando un partido de Quidditch. La pelirroja llevaba desde su último año en Hogwarts sin jugar, le gustaba bastante pero en aquellos momentos quería estar sola pensando. Desde el primer momento en el que vio a Bill algo se revolvió en sus entrañas, pensó haberlo superado pero al parecer aún tenía sentimientos por Bill.

El pelirrojo había sido su primer amor, su primer novio, su primer todo, era algo que quizás no era tan fácil de olvidar y no quería dañar a Noah.

Cuando la señora Weasley se puso a hacer la cena, Lucy se acercó para ayudarla en todo lo posible, aunque sus hijos también ayudaban. Desde la cocina podía sentir como Bill y Charlie jugaban con las mesas mientras trataban de colocarlas esto hacia bastante ruido por lo que pronto pudo escuchar las quejas de  Percy y las burlas de respuesta de sus hermanos. Los hermanos pequeños y Harry estaban ayudando a poner la mesa mientras que Lucy seguía ayudando a la señora Weasley con la comida.

— ¿Necesitas ayuda, mamá? –Bill acababa de entrar en la cocina, ambos pelirrojos se cruzaron miradas.

— Oh no hace falta Bill, Lucy es una excelente cocinera –diciendo esto la señora Weasley había conseguido que Lucy se sonrojará bruscamente–. Bill deberías cortarte el pelo para ir al partido.

— Mamá a mí me gusta así

— Pero Bill, no te queda nada bien –Lucy se estaba sintiendo un poco fuera de lugar al estar entre la conversación de madre e hijo pero aún era peor al ser su exnovio–. ¿Tú que crees Lucy?

Esa pregunta había sido lo peor para ella, Lucy sentía que estaba entre la vida y la muerte en aquel preciso momento. Es verdad que siempre le había gustado el pelo largo de Bill de hecho había sido una de las personas que le incitó a dejárselo largo y cuando estaban saliendo Lucy se entretenía haciéndole trenzas a Bill pero ahora las cosas habían cambiado.

No quería hablar de Bill y tampoco con Bill con el que tenía una charla pendiente, hasta ahora la señora Weasley y los hermanos no habían tocado el pelo, pero esta pregunta había sido un tanto directa. Sintió la mirada de madre e hijo sobre ella, que estaban expectantes de la respuesta, pero tampoco se sentía cómoda al estar hablando sobre el pelo de su exnovio estando comprometida. Sabía que aunque Noah hubiera dicho mil veces que no le molestaba que fuera a la Madriguera sí que había algo en él que tenía temor de Bill Weasley.

Y es que Noah había vivido la ruptura de Lucy y Bill desde muy cerca, Noah se había venido a preparar como auror a Gran Bretaña puesto que no había conseguido entrar en el Macusa,  puesto que Noah era estadounidense. Lucy y Noah empezaron a la academia de aurores al mismo tiempo pero tampoco se llevaban mucho. Cuando Bill se largó para Egipto, Lucy y Noah fueron emparejados durante esa semana para los ejercicios y actividades, viendo que Lucy no estaba muy estable Noah se preocupó por ella y de ahí fue como surgió la relación.

Su prometido sabía prácticamente todo de su anterior relación y Lucy sabía que tenía miedo de que volviese a sentir algo por el pelirrojo y abandonase al auror y lo peor de ese miedo es que comenzaba a sentir aquellos sentimientos que trataban de resurgir en la pelirroja.

— Siempre le ha quedado bien –dijo algo rápido bastante nerviosa.

La mirada de la señora Weasley se le clavó en la mente, parecía que esperaba la respuesta de que Bill debería cortar el pelo pero era extraño pues la señora Weasley conocía a Lucy de muchos años y sabia bien lo que opinaba sobre el pelo de Bill.

Un ruido en el salón los distrajo, todos giraron sus cabezas hacia allí para ver la cabellera roja del señor Weasley, que acaba de llegar, Lucy supuso que vendría del trabajo. Adoraba al señor Weasley, desde el primer momento le había tratado bien, al igual que toda la familia Weasley, pero se había seguido llevando con él después de la ruptura puesto que coincidían habitualmente en el ministerio, Arthur se preocupaba constantemente por la pelirroja, la quería como a una hija. 

— ¡Ah, Lucy! –exclamó el patriarca de la familia al ver a la joven Potter, y fue a abrazarla–. Cuanto tiempo sin verte –le dijo el señor Weasley sonriéndole como era costumbre, quizás hacía dos semanas que no lo veía pero para él eso ya era demasiado. 

— Llegas tarde Arthur –le dijo la señora Weasley con el ceño fruncido. 

— Lo siento Molly, pequeños problemas de última hora –dijo él para luego darle un beso a su esposa, ambos se sonrieron para volver a darse otro beso–. Vayamos a cenar, estoy que muero de hambre. 

— Vamos, Bill, Lucy –hablo la señora Weasley para llamarles la atención–. ¿Os importa coger alguna de las ollas?

Molly cogió una de las ollas que habían preparado para la cena y se fue con su esposo para el exterior de la casa. Lucy fue a coger una de las ollas que quedaban y Bill imito sus pasos, antes de que pudiera coger algo el pelirrojo cogió sus muñecas y la obligo a mirarle a los ojos. 

— Tenemos que hablar. 

— ¿Qué quieres hablar Bill, por Merlin? –dijo algo exasperada la pelirroja. 

— Lo nuestro, Lu, no te he olvidado estos años, sigo queriéndote –Lucy se quedo mirando a los ojos azules del pelirrojo para suspirar. 

— Lo nuestro es una bonita amistad Bill, y nada más. –la pelirroja se soltó del agarre de su exnovio y cogió la olla. 

— ¿Me quieres?

— Quiero a Noah –dijo Lucy mientras se iba alejándose de él–. Por eso me voy a casar con él. 

Trató de repetir las mismas palabras en su mente, para ella, obligándose a no sentir nada por el pelirrojo, estaba prometida con Noah y lo quería y no quería estropear nada. La relación entre ella y el estadounidense iba de maravilla, toda su familia se llevaba bien con él y la convivencia entre ambos no podría ser mejor. Bill Weasley no iba a llegar a su vida después de tantos años para ponerlo todos de patas arriba, no lo iba a hacer. 

Lameeento muchísimo la tardanza pero espero que os guste mucho el capítulo. Aunque pueda parecer que en verano tengo más tiempo estoy que no paro. 

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