Capitulo XI

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*1985*

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*1985*

En la habitación masculina del cuarto curso de Gryffindor, las luces estaban atenuadas y las velas parpadeaban suavemente en los candelabros. Las risas y la música llenaban el espacio mientras un grupo de amigos se reunía para celebrar el cumpleaños número quince de Bill Weasley. Lucy Potter estaba especialmente emocionada ese viernes 29 de noviembre, disfrutando del ambiente festivo. La habitación estaba decorada con globos de colores y guirnaldas colgando del techo. Charles, el mejor amigo de Bill, había coordinado toda la decoración, mientras Myron Wagtail se encargaba de mantener a Bill ocupado llevándolo a la biblioteca para trabajar en las tareas del fin de semana. Así, las chicas, Lizbeth Jeanes, Zelda Williams y Lucy, pudieron preparar la sorpresa.

Las tres amigas trabajaron con rapidez para colocar la tarta de cumpleaños en el centro de la mesa, rodeada de pequeños pasteles y golosinas. El gramófono tocaba música alegre y animada, y el ambiente se sentía cálido y acogedor. Lizbeth, siempre atenta, fue la primera en notar que el grupo de chicos estaba de regreso.

— ¡Ya vienen! —susurró Lizbeth, apagando las velas y apresurando a sus amigas para que se escondieran. El resto de la habitación quedó en penumbras, iluminada solo por el débil resplandor de las lámparas.

Lucy se agachó detrás de un sofá, Zelda se ocultó detrás de una cortina, y Lizbeth se metió en el armario del fondo. La puerta se abrió y las risas llenaron la habitación cuando Bill y sus amigos entraron sin sospechar nada. De repente, las luces se encendieron y todos gritaron a coro: "¡Sorpresa!" Bill dio un salto de sorpresa y luego su rostro se iluminó con una enorme sonrisa al ver a sus amigos reunidos para celebrar su cumpleaños.

La música comenzó a sonar más fuerte, y todos se unieron al festejo. Myron llevó a Bill a la mesa para que soplara las velas de su tarta, mientras el resto aplaudía y celebraba. Lucy observó a Bill atentamente, feliz de haber logrado sorprenderlo y de ver su sonrisa. Había algo en esa sonrisa que hacía que el corazón de Lucy latiera más rápido.

Después de que Bill soplara las velas y todos compartieran la tarta, el grupo se puso a jugar a las grageas de sabor. Charles Max, el bromista del grupo, se llevó una gragea con sabor a huevo podrido y tuvo que salir corriendo al baño, provocando risas y burlas entre los demás. Lucy se rió hasta que le dolieron las mejillas, contenta de estar con sus amigos en una noche tan especial.

Fue entonces cuando Myron aprovechó el momento para proponer un nuevo juego. Se levantó y tomó una botella vacía, la levantó sobre su cabeza y dijo:

— Antes de que alguien acabe pasando la noche con Madame Pomfrey, vamos a cambiar de juego. ¡Vamos a jugar a '5 minutos en el cielo'! ¿Quién se anima?

Los chicos comenzaron a aplaudir y a animarse unos a otros. Lucy sintió un cosquilleo de nerviosismo y emoción. Miró a Bill, quien le devolvió la mirada con una sonrisa pícara.

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⏰ Última actualización: May 09 ⏰

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