Capitulo II

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No espero ni dos segundos para picar a la puerta del patio interior, siempre se aparecía allí, porque estaba vallado y nadie podía ver la magia que acababa de hacer

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No espero ni dos segundos para picar a la puerta del patio interior, siempre se aparecía allí, porque estaba vallado y nadie podía ver la magia que acababa de hacer. Poco tardo también en abrir la puerta la hermana mayor de su cuñada Lily. Siempre había pensado que Lily y Petunia no eran hermanas, era imposible que no se pareciesen nada. James y Daniel eran prácticamente idénticos, Lucy tenía algo de cada uno de los dos, los Weasleys eran todos muy parecidos entre ellos e incluso Ashley y Rebecca se parecían en algo. Pero Lily y Petunia no se parecían ni en el blanco de los ojos. 

— Buenos días Petunia, os ha avisado Harry ¿no? –le preguntó amablemente la pelirroja. 

— Sí, pero llegas un poco pronto ¿no? –la rubia siempre parecía estar mirándola por encima, como un ser superior–. Estábamos apunto de desayunar. Pasa a la casa. 

Los dos Dursley se encontraban sentados en la mesa cuando Lucy entró en la casa, esperando el desayuno. Vernon, el esposo de la tía de Harry, miró hacia ella con su cara rechoncha y colorada, para refunfuñar un par de palabras muy bajas para luego volver la vista al periódico que tenía en sus manos. Dudley, el hijo de los Dursley, parecía estar furioso y Lucy supuso que sería por la dieta que sus padres le habían puesto, aunque la dieta era para todos los miembros de la casa, Harry le había contado sobre ello y Lucy le había enviado un par de cosas para comer y que no se muriera del hambre. 

— Lucille –la llamo la rubia que estaba cortando un pomelo en cuatro– Has desayunado ¿no?

— Sí, no te preocupes –respondió con una sonrisa amable, jamás se le ocurriría ir a la casa de los Dursley sin desayunar ni pedirles por algo, sabía que no la soportaban demasiado por el simple hecho de ser una bruja. 

Cuando Harry llegó a la cocina una sonrisa se formo en el rostro de ambos, tía y sobrino, para luego fundirse en una abrazo. Lucy se separó de él para verle mejor, seguía siendo la misma copia de James pero con los ojos verde de Lily y parecía haber crecido algo en el año anterior. 

— Estas más alto –dijo emocionada la pelirroja–. Felicidades atrasadas por el cumpleaños, Harry, espero que te gustasen los regalos. 

— Estuvieron geniales, Lu, felicidades a ti por el compromiso. –le respondió su sobrino haciendo que el rostro de Lucy se enrojeciese. 

— ¿Tienes la maleta preparada? –le preguntó tratando de cambiar de tema. 

— Sí, esta todo arriba. 

— Genial, iré por ella mientras desayunas. –dijo la pelirroja con una sonrisa por alejarse de la familia muggle de Harry, iba a tener que hacer magia y no quería que ellos la vieran. 

Harry hizo una muestra de desagrado por tener que desayunar en casa de sus tíos, aunque no sabía que luego se irían por el Londres Muggle para comer por allí y luego irse a la Madriguera. Lucy le guiño el ojo y subió las escaleras. 

Lucy sabía a la perfección cual era la habitación de Harry, también sabía a la perfección que durante 10 años Harry había dormido debajo de la escalera, pero Daniel no le había permitido ni decir ni hacer nada, seguía sin saber porque Harry no se había quedado con ellos. 

Entro en la habitación que olía un poco fuerte, una mezcla entre la comida que Harry escondía, el olor del adolescente y de la lechuza. Lucy abrió la ventana para poder respirar un poco de aire fresco aunque solo fuera a estar un par de minutos allí. Abrió la jaula de la lechuza, no la iba a llevar en su bolso, sería un poco cruel además de que no quería incidentes en el bolso, sacó de ese mismo una carta dirigida a Molly Weasley, explicándole más o menos a que hora iban a llegar. 

— Hola Hedwig –le dijo a la lechuza acariciando su pico para luego darle una galleta que había sacado de su bolso, le dio la carta–. Es para Molly, llévala a la Madriguera y espéranos allí. 

La lechuza tomo en su pico la carta y no tardo demasiado en alzar el vuelo, lo mismo que Lucy tardó en limpiar la jaula y guardarla en su bolso. Luego hizo lo mismo con la maleta de Harry. Cuando todo estuvo listo se dio cuenta de unas fotos que estaban en en el escritorio de su sobrino. 

Una de ellas era de hacía dos años, de Harry y Lucy cuando esta lo llevo a Edimburgo por las vacaciones, ambos sonreían en la calle de los Principes y la foto había sido hecho por Noah, ese había sido el primer viaje que los Potter habían hecho con él y Noah y Harry congeniaron muy bien. Al lado de esta foto había una de ella de pequeña con Harry en brazos, la foto se movía ella sonreía mientras Harry bostezaba, casi podía recordar el momento en el que se hizo la foto.

La tercera foto fue la que más pena le dio, de hecho nada más verla una lágrima corrió por su rostro. James y Lily bailaban sonrientes, recordaba perfectamente quién había hecho aquella foto, su padre. De hecho, Lucy tenía una foto de aquel mismo día en la que Lily y ella le daban un beso en la mejilla a James, había sido unos meses antes de que se casaran. 

— Lucy, ¿estas bien? –preguntó Harry, Lucy estaba tan absorta en los recuerdos que le habían traído las fotos que no se había dado cuenta de que Harry había llegado. 

— Sí, estoy bien –dijo limpiandose las lágrimas para luego sonreirle a Harry–. ¿Tú estas listo?

Aquí el segundo capitulo en el que los Potter ya se encuentra juntos, espero que os juste. 

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