-Sky, vamos. Es hora de levantarse -Alise me sacude intentando despertarme, pero la ignoro-. Vamos, arriba o llegaremos tarde.
Una vez leí que las personas calificamos nuestros días en buenos y malos. Me resulta gracioso que, efectivamente, así es. Si terminas con tu novio, tus padres pelean, tienes una mala nota en la escuela, o no dejan de molestarte; inmediatamente, ese será un mal día. Pero, si consigues que el amor de tu vida te confiese que está loco por ti, o te ganas una beca para estudiar en tu universidad favorita; entonces ese será un buen día.
Y me siento triste por tener que calificar la mayoría de mis días en "días tristes".
-Alise, no llegaremos tarde -le aseguró con voz quejosa-. No es como si alguien nos estuviera esperando.
-Levántate, son cuatro horas, Sky. Puedes dormir en el auto si quieres.
Mierda, cierto. Les juro que si no fuera porque este cambio me pondrá a unos cuantos kilómetros de distancia de mis padres, me quedaría aquí, sólo durmiendo. Creo que si estás dormido la vida no puede golpearte, digo, ya estás tirado, ¿Cierto? Quizá lo único que podría hacerte, sería ocasionarte una terrible pesadilla pero, ¿Qué más pesadillas que las que vivo a diario?
Me levanto y comienzo a arreglarme.
-Te espero abajo. -oigo que me dice Alise, antes de escuchar el sonido de la puerta al cerrarse.
Me arreglo lo más rápido que puedo. Al terminar, recojo mi bolso, y luego bajo las escaleras para encontrarme en la sala de estar con Alise. La cual, está acostada en el sofá blanco hueso de mi madre.
-Wow, estás muy follable. -dice apenas me ve.
-¿De qué hablas? Estoy normal. -bajo la vista y doy un repaso a mi atuendo: camisa de manga corta de rayas blancas y negras; mis jeans negros; y mis Adidas favoritos. Mi cabello amaneció de buen humor, por lo que decidí dejarlo suelto, así que mis ondas color castaño oscuro caen delicadamente sobre mis hombros- Alise, no tengo nada del otro mundo.
-Claro que sí, te ves hermosa. Media universidad va a querer follarte.
-¿Y la otra mitad? -pregunto enarcando una ceja.
-La otra mitad va a querer ser tú. -contesta sencillamente, dándome un abrazo.
Lista para lo que me espera, tomo mi maleta, mi bolso, y me dirijo a la puerta.
-Espera, no tan rápido. -dice Alise. Tomándome del brazo y mirándome con el ceño fruncido-. Despídete de tu mamá.
-Ah, sí. Tienes razón. -fuerzo una sonrisa y voy a la cocina, donde mi madre seguramente prepara algo de desayuno.
El tema de mi mamá es algo que aún estoy resolviendo. La adoro, pero sus desplantes sólo sirven para alejarme más de ella.
-Mamá, ya me voy -digo apenas la encuentro.
-¿Ya? -pregunta asombrada-. Pensé que no se irían hasta la hora de almorzar.
-Lo sé, mamá. Pero Alise dice que es mejor irnos ahora.
Eran tan sólo las diez de la mañana. Llegaríamos a Nueva York a eso de las dos de la tarde. Alise insistía en que no llegaríamos a tiempo, ¿A tiempo para qué? Pregúntenle a ella.
-Ah, bueno. -se acerca hasta mí, y me abraza con dulzura-. Te quiero, hija. Por favor llámame cuando hayas llegado .
Le sonrió y luego me dirijo hacia la puerta. Y, con un último vistazo a la casa en la que he pasado tanto buenos momentos como malos, salgo y camino hasta el auto de Alise.
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Wicked Destiny
RomanceSky, una chica que sonreía cuando en realidad moría por dentro, vivió un pasado donde solo tenía mala suerte. Dolor, tristeza, decepciones. Y en el presente... Parece que no es diferente. Después de sufrir una traición que le dolió demasiado. Sky s...