Ƈαρίтυℓσ 13

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Cuando vuelvo en mí, puedo sentir la humedad en mis mejillas, y compruebo que estuve llorando al tocar mi rostro.

Los recuerdos han fluido y no he podido detenerlos. Siempre logro hacerlo, porque reprimo todo aquello que me lastima.

Miro el lienzo frente a mí, y se me quitan las ganas de continuar. Miro el block con un dibujo apenas empezado con lápiz; pero ni siquiera eso quiero terminar. Por lo que me pongo de pie diapuesta a darme una ducha.

Cuando minutos más tarde, estoy vestida deportivamente y salgo a la calle. Paso de conducir y comienzo a correr, con los audífonos en mis oídos y Sam Smith deleitándome con «I'm Not the Only One».

De vez en cuando me da por oír canciones con las que suelo llorar a escondidas en mi habitación. Es una especie de masoquismo, pero entonces me siento fuerte cuando las oigo sin llorar, aunque suene tonto.

Y hay ciertas partes de la canción, que me hacen recordar todo lo que pasé mientras vivía con mamá.

Decido trotar sin siquiera detenerme, y canción tras canción, voy perdiéndome en la melodía. Al ir por la canción número veinticinco, quizás, cuando al fin me detengo a caminar.

Siento mi móvil vibrar, y lo miro.

Adam: ¿Vendrás esta noche?

¿Esta noche? ¿Acaso hay algo importante hoy?

Yo: ¿Qué hay esta noche?
Adam: ¡Auch! Fingire no haber leído eso. Y te diré que espero verte en el partido de hoy.

«Que sutil Halsted»

Río y le respondo que allí me tendrá. Sin embargo... ¿Qué sé yo de hockey?

Pero, pensándolo bien. Sí quería ir a ese partido, aunque no sepa absolutamente nada de hockey.

➳➳➳➳

En la noche estaba demasiado nerviosa. Sentía que mi vestuario no era el adecuado... Pero, ¿Que rayos? Es que acaso hay un vestuario específico para ir a un juego de hockey...

¿Ningún fanático me oyó, verdad? Pff, obvio no lo hicieron, esto está pasando en mi cabeza... Ok. Bastante raro.

—Sky, muevete. Mujer, nos van a quitar nuestros puestos. —se queja Alise mientras tira de mi mano por todo el estadio.

Mi jersey rojo me proteje del frío que aparentemente hace aquí. Aunque mis jeans no hacían mucho por mis piernas.
Al llegar al lugar, me doy cuenta de que está lo suficientemente cerca de donde se sientan los jugadores.

Alise obviamente saludó a Jake, quien estaba junto a un eufórico Alex que miraba el hielo con anhelo.

—¿Por qué tan ansioso, Alex? —le pregunto mirando al chico.

—El entrenador no me ha metido. —resopla. 

—Alex, van sólo diez minutos, del primer período. Cálmate.

Nick era la voz de la razón. Le sonreí y él lo hizo también. Desde nuestra cita, Nick y yo éramos más cercanos. Ya no tanto de una forma romántica, pues él había conocido a una chica y parecía que le gustaba.

Mire el hielo de un lado a otro, pero no lograba distinguir a nadie entre todos los chicos moviéndose de un lugar a otro.

Wicked DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora