Ƈαρίтυℓσ 11

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James no estaba jugando cuando dijo que comenzaríamos justo en ese instante. Me hizo sudar -no de una manera sexual- más de lo que esperé. Pero me sentí feliz. Me agradaba bastante James. Aunque mi intuición me decía que había algo más allá de él, algo que no me estaba contando. Y, por si lo olvidaron, mi intuición jamás falla.

Después de un arduo entrenamiento con James, decidí ir directo a casa. Debido a que vine corriendo, y que no quería que Alise se enterara de que estoy haciendo esto; decidí regresar trotando. Pero a mitad de camino me canse, y tomé un taxi.

Nada más llegar a casa, subo a mi habitación y me doy una muy necesaria ducha. Al salir del baño me visto con unos simples shorts azules y mi camisa favorita de Aerosmith. Esta camisa tiene demasiados recuerdos, y por eso -y por la persona a la cual le pertenece- moriría si la perdiera.

Tengo algo de hambre. Así que bajo las escaleras, y voy directo a la cocina. Me preparo un sándwich, y me sirvo un poco de jugo.

-Pues a mí me valió verga también. -oigo la voz enojada de Rose. Sé exactamente cómo diferenciar a la Rose feliz de la Rose enojona: ella jamás dice tacos, a menos que esté molesta.

-Lo sé, Rose. Pero sabes que lo hace por joderte. -aparece la voz calmada de Mavi.

-Y lo consigue, joder. Lo consigue. -responde Rose frustrada.

-Ay, por favor. En el fondo sabes que él te encanta. -se oye de repente la voz de Alise. Seguido de un jadeo horrorizado, y una fuerte carcajada. Y la disputa continua hasta que las chicas llegan a la cocina.
-Estas de psiquiátrico, Alise. Nunca podría gustarme alguien tan... Tan...

-Nunca digas nunca. -digo, aguantando las ganas de reírme. Y Rose me fulmina con la mirada.

-Como sea. Iré a darme una ducha. -Rose sale de la cocina, y se encamina a su habitación.

-En el fondo le gusta. -dicen al unísono Alise y Mavi.

-¿Quién? -pregunto por fin.

-Jared. -contestan ellas. Una sonrisa baila en los rostros de mis amigas, y yo no puedo evitar preguntar.

-Jared... ? -digo para que ellas confirmen lo que ya sospecho.

-Sip. -asiente Mavi-. El mismo que intenta joderla todo el tiempo.

Niego con la cabeza riendo. A veces, por muy cliché que se escuche, los que pelean se aman. Sonrío sin darme cuenta, mi abuela solía decir eso. Entre risas y juegos pasamos la noche, divirtiéndonos a costa de Rose, quien se unió a nosotras mucho después.

Por muy increíble que parezca, estas chicas se han ganado mi corazón rápidamente. Siempre fui de las personas que no se les dificulta hacer amistades. No digo que le caiga bien a todo el mundo, pero aún si no es así, si realmente alguien me detesta, puede tragárselo, porque no me importa.

He aprendido a quererme, a que primero estoy yo, y luego el mundo. Puede resultar un pensamiento un tanto egoísta, pero es la verdad. Si no te quieres a ti mismo, ¿cómo esperas querer a los demás?

****

Al día siguiente estoy irradiando felicidad. Más temprano recibí un mensaje de papá diciendo que me iba a ayudar a comprar un auto. Al principio me negué, pues sabia de dónde podía venir ese dinero, pero papá me calmó con palabras dulces; las cuales creí sin dudar. Poco a poco estoy empezando a ver a mi héroe de nuevo; y eso me hace feliz. Mi papá es uno de las dos personas mas importantes mi vida. La otra es mi hermano.

No me malinterpreten, amo a mi mamá. Pero hay ciertas cosas de una persona que a veces te llenan de tantas decepciones que el amor va mermando; no desaparece, pero se va debilitando.

Wicked DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora