Ƈαρίтυℓσ 12

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Washington, hace 4 años

A veces me siento inútil. Hace ya tres años que sé que papá se metió con la gente equivocada. John ahora tiene un equipo de fútbol americano que es muy famoso, y todos los chicos son geniales.

Pero, papá cometió un error. Un error con el cual viene cargando hace tres años. Apostó en el lugar que no debía, y ahora debe trabajar para un ser inhumano, desalmado, y con la sangre más fría que alguna vez he visto.

Lino Petrovsky.

El muy malnacido ha tenido a papá bajo sus garras. Y John no puede hacer más que seguir órdenes de ese imbécil. Quiero ayudarlo, pero no sé cómo. Travis dice que él se encargará... Pero llevo un año escuchando lo mismo. Llevo un año sin saber sobre los avances de mi hermano para sacar a papá de todo esto.

Hemos hecho todo lo que creímos ayudaría. Pero nada ha sido suficiente.

-¿Estas prestando atención, petite étoile? -oigo la voz de Pentecost. Entonces fijo mi mirada en él, quien me observa con una ceja enarcada-. Necesito que prestes atención.

-Sí lo hago, Pen. En serio. -me defiendo. Pero Pen me ve con escepticismo.

Pentecost es un francés que trabajaba para la DEA. Y sus superiores le asignaron infiltrarse en las filas de Lino. Mataron a todos sus compañeros cuando los descubrieron, y sólo Pen logró escapar. Pentecost trabajaba para Lino cuando este engaño a mi padre y lo obligó a trabajar para él. Y después de un tiempo, se acercó a mí y a Travis para ayudarnos.

Hace unos meses le pedí que me enseñará a pelear. Al principio se negó, alegando que Travis podría enojarse si se entera; pero yo logré persuadirlo. Así que ahora estoy aquí, en el jardín de la casa de papá, con Pentecost ayudándome.

-Levanta más el brazo, ¿Cómo te protegerás la cara si no lo haces? -me regaña una vez más.

-Tú eres una jodida torre, mides como un metro noventa. Así que dime, ¿Cómo, en el jodido mundo, voy a poder contra ti?

-Lo harás. Yo lo sé.

Era gratificante para mí escuchar el nivel de confianza que tenía Pentecost. Él confiaba en que yo lo lograría.

Pasamos toda la tarde entrenando, hasta que fue hora de descansar.

-Llego tu pastelito adorado, precioso Pentecost. -escucho una voz masculina adentrándose en casa. Sé exactamente quien es.

-Por favor, no. -murmura Pen exasperado.

Entonces aparece la figura de Niko en mi campo de visión: trae unos jeans ceñidos verde militar; una camisa negra de cuello en V; su hermoso cabello rojizo alborotado -tal como me gusta- en muchas direcciones; y una radiante sonrisa.

-Benditos sean los ojos que te ven, hermosa Sky. -sus penetrantes ojos grises me miran, y entonces se acerca para dejar un dulce beso en mi mejilla.

-Aleja tus manos de mi hermana, Kozlov. O no me hago responsable. -advierte Travis entrando en la estancia.

Sonará raro, pero no se puede negar que mi hermano es atractivo. Y por ello he tenido que alejar a muchas gatas resbalosas de él. Con su increíble cabello negro; sus ojos marrones tan oscuros; y su piel un tanto tostada. Sí, mi hermano es todo un bombón -aunque suene raro que yo lo diga-. Todo el mundo siempre dice que nos parecemos, y nosotros lo negamos rotundamente.

-Deja los celos, Hamilton. Sabes que sólo tengo ojos para ti. -Niko le guiña un ojo a Travis, quien pone en blanco los suyos.

-Como sea. Apártate. -repite Travis antes de saludar a Pen y sentarse junta a este.

Wicked DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora