Wicked Destiny

AƊAM

Ƈαρίтυℓσ 15

Abro los ojos lentamente, y juro que me siento en el paraíso al ver a Sky junto a mí. Mi jodido corazón se acelera al recordar cómo me abrazó, y secó mis lágrimas anoche.

No soy un hombre al que le guste llorar frente a las personas. No me parece que me quite lo hombre, sólo que me gusta reservar mis emociones.

Y no me gusta que me vean vulnerable. La única mujer que me ha visto llorar es mi madre... Y ahora Sky.

Estiro mi mano para acariciar su rostro, pero la aparto con rapidez.

No puedo hacerlo. No puedo.

Me pongo de pie sin hacer mucho ruido, y de la misma manera salgo de la habitación. En el camino termino de acomodar mis zapatos, pero al llegar abajo encuentro a Mavi.

—Dame una razón por la cual no debería decirle que te estás yendo. —demandó cruzada de brazos.

—No tengo una. Puedes hacerlo si quieres. —admito encogiéndome de hombros.

Ella enarca una ceja, sé que le debe molestar que me vaya y dejé a Sky dormida, creyendo que sigo allí. Sin embargo, no conoce mis razones para hacerlo.

Realmente, no quiero que la despierte. Me jodería saber que de nuevo la he hecho sentirse mal.

—Sólo está vez chico maravilla. —habla la rubia por fin. Puedo notar que los mechones que antes eran de color rosa, ahora son azules.

Me dirijo con decisión a la puerta, sin esperar más.

—Adam. —me llama cuado estoy a instantes de salir. Volteo a verla y hay cierto arrepentimiento en su semblante—. Ella no es como las demás, ¿Sabes? No la lastimes.

—No lo haré. —miento.

Porque sé que voy a joderla cuando sepa todo. Sé que va a odiarme, y esa era una de las razones por las que quería seguir durmiendo a su lado.

Pero no puedo. No puedo engañarla mientras miro eso perfectos ojos cafés.

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Jake: Hermano mejor date prisa, esto está que arde.

Después de ver el mensaje de Jake guardo el celular. Justo cuando mi objetivo comienza a salir de una tienda, así que lo sigo con la mirada.

El sujeto se sube a su auto y yo arranco mi motocicleta. Bajo el visor de mi casco y me pongo en marcha, siguiéndolo sin ser visto.

Algún día podré dejar esto atrás, pero hay algo que me mueve. La venganza. Vagamente recuerdo a mi madre diciéndome una y otra vez que la venganza no es un buen camino, que sólo envenena el alma... Y entonces yo le gritaba que mi alma estaría inundada de veneno, porque no pensaba detenerme.

Mi pequeña Vendetta dejó de ser algo meramente inocente, en el segundo en el que tuve a ese hijo de puta frente a mí. Respirando el mismo aire que yo, y hablándome en un ruso impecable.

Aprendí a hablar ruso sólo, y exclusivamente para esta venganza. Porque lo haría caer, lo vencería en su propio juego.

Mi objetivo dobla en una curva bastante pronunciada, casi llegando al lugar exacto donde lo quiero.

En cuanto está por subir la colina me apresuro a acelerar para adelantarlo, cuando lo hago, y estoy frente a su auto saco la Glock 9mm de la funda que está en mi tobillo y realizo un solo disparo, que atraviesa el parabrisas y da en su hombro.