Capítulo 13

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Sonia se dirigió a la habitación donde estaban sus... ¿Padres? Esa palabra era bastante extraña para ella.
-Ya estoy lista.- Dijo con una gran sonrisa.
-¿Y ese osito?- Kate se acercó al peluche mientras que el bebé lo intentaba abrazar.
-Es lo más importante que tengo. Por cierto, ¿como se llama este pequeñín?- Dijo la castaña tomando la mano del que ahora era su hermano menor.
-Se llama James, seguro que te llevarás muy bien con él.
-Bueno, ya esta todo listo para irnos, tú ya estas lista ¿verdad, Sonia?- La chica asintió con la cabeza para luego seguir a su nueva familia hacia el coche.
 Mientras caminaba lo veía todo, por todos sitios había un recuerdo, se veía a si misma apoyada en la pared llena de moratones. Esa sensación no le resultó agradable en absoluto, esos días tristes, antes de conocerla a ella... La extrañaba tanto... Unas lágrimas se escaparon de sus bellos ojos verdes.
-Qué te parece si... ¿Estás bien?- Kate se paró de inmediato al ver a Sonia así.
-Sí, es solo que...- La chica se giró a ver a ese edificio, era tan horrible.
-¿Echarás de menos el orfanato?¿Es eso?
-Jamás echaré de menos un lugar donde lo he pasado tan mal, jamás.- Una sensación de ira la invadió.
-Ya veo...- La mirada de Kate era comprensiva.
Tras llegar al coche, todos se subieron y se fueron de allí, Sonia solo escuchaba música mirando por la ventana. Había acabado todo... ¿Verdad?
Mientras Sonia miraba por la ventana, James jugueteaba con el peluche.
-Le caes bien.-Sonia sonrió tristemente, se seguía sintiendo culpable pero le había prometido a Erica que todo iría bien, seguía siendo tan difícil... Y esa sensación, ¿por qué no se iba? No tenía por qué estar ahí, había terminado, era el final. Para cuando Sonia se dio cuenta,  habían llegado a su destino.
-Esta es nuestra casa.- Dijo Kate mientras desataba a James de la sillita de bebé.- ¿Qué te parece?
 -Es muy bonita.- Sonia estaba sonriendo mientras abrazaba el osito de peluche fuertemente. ¿Por qué? Porque la presión no desaparecía.

Todos entraron en la casa, era grande.
Kate y Lucas subieron para enseñarle a Sonia su habitación y luego la dejaron para que se instalase.
-Erica, algo no va bien conmigo.- Sonia se sentó en la cama mientras que Erica le hablaba "¿Qué ocurre?"
- No lo sé, no se quita, ¿por qué no se quita? Ya ha terminado todo, ¡se supone que debería estar bien! ¡Escucho cosas horribles sobre mí pero me las digo yo misma! Haz que pare, por favor haz que pare.- Sonia se encontraba hecha un ovillo mientras que la imagen de Erica la abrazaba "ya está, tranquila, todo va a estar bien, sonrie para mi" Esa sonrisa... Echaba de menos poder tocarla de verdad, sentir sus brazos... Pero seguía estando allí, justo cuando más la necesitaba. Porque después de todo, seguian siendo lo único que tenían y eso duraría hasta después de la muerte.
-Erica tengo miedo, quiero volver a sonreír de verdad, como hacía contigo.- "Puedes hacerlo, porque estoy contigo" En ese momento se abrió la puerta, era Lucas.
-¿Has terminado? Vamos a ir a un restaurante para celebrar que has llegado, prepárate.
-Está bien.- Sonia sonrió, la sonrisa más falsa que había hecho en su vida.
Luego de prepararse, bajó al comedor y se fue con su familia, pasó una velada agradable pero había algo que no le terminaba de gustar.
La hora de irse a dormir, la hora en la que todos sus pensamientos salían a la luz haciendo que la Sonia feliz desapareciera y apareciese la Sonia que más odiaba, la que no podía parar de llorar y escuchaba cosas horribles sobre ella misma, era como si muchas personas la criticasen dentro de su cabeza, y ella no podía hacer nada, solo pedir ayuda, en silencio, en medio de la oscuridad de la noche.

Detrás del orfanato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora