Otra mañana, como todas las demás, rota y con sólo un recuerdo de lo mejor que le pudo pasar. Sonia fue a clase y se sentó en su pupitre, se quedó mirando al desastre que hacían sus compañeros de clase, los típicos locos haciendo cosas extrañas y los grupitos de personas que charlaban sin notar la presencia de la ojiverde, muchas veces pensaba que se reían de ella. Que irónico, aún estando rodeada de gente se seguía sintiendo tan sola y vacía, aquella sensación era la misma, la misma que sentía antes de conocer a Erica.
La profesora entró en la clase y todos se sentaron, aquella mujer empezó a explicar algunos problemas de matemáticas y luego mandó unos cuantos más, Sonia solo pensaba en su situación mientras contenía las lágrimas y la frase "mantente viva para mi" resonaba en su mente. Tras unos minutos se calmó y comenzó a hacer los ejercicios, en ese instante entró otro profesor.
-¿Sonia?- La castaña se sorprendió de que dijeran su nombre y ante todas las miradas de los alumnos se levantó.- Ven conmigo.- Dijo un hombre de unos 37 años con una sonrisa encantadora. Sonia obedeció y salió de clase, llegaron a una sala a la cual ella nunca había entrado. Cuando cruzaron la puerta vieron a una pareja joven, con un bebé en brazos de la mujer. En el escritorio se encontraba la directora del orfanato.
-Ellos son Lucas y Kate.- Dijo la directora con una amable sonrisa mientras que Sonia solo miraba extrañada.
-¡Encantados de conocerte, Sonia!- Exclamó con emoción la que parecía llamarse Kate, el bebé que llevaba en brazos rio mirándola.- Veo que le caes bien.
-Sí, eso parece.- La ojiverde sonrió, se le había olvidado lo que se sentía.
-Estas personas quieren... Adoptarte.
El rostro de Sonia se iluminó, iba a tener una familia, por fin.
-¿D-de verdad?
-Claro pequeña, ve a por tus cosas que nos vamos ahora mismo.- El hombre le revolvió el pelo exponiendo una gran sonrisa, Sonia corrió hacia su habitación.
-¡Erica!-Dijo mientras hacía su maleta.- ¡Me van a adoptar! ¿Te das cuenta de lo que eso significa? Por fin saldremos de este horrible lugar, esa sensación de soledad va a desaparecer. Ese horrible recuerdo que tenemos de familia va a cambiar, encontraremos un hogar mejor, nos van a querer y a respetar como nos merecemos después de tanto sufrimiento.- Sonia cogió el osito de peluche y lo abrazó con fuerza dirigiéndose hacia la puerta.- Te lo prometo.
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Detrás del orfanato
روحانياتDos chicas, maltratadas, humilladas. Hasta que aparece un rayo de esperanza en un mar de desesperación, cambiando sus vidas para siempre.
