Primer final

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Días después, con la cara dolorida de tanto sonreír, del corazón roto de tanto sufrir y la cordura ida para siempre, lo hizo, cogió un cuchillo y lo acercó a su muñeca, con la otra mano temblando del llanto. Kate entró en la sala, asombrada se acercó a Sonia, dentro de la chica sonó la frase "las promesas son para siempre" y lo hizo, traspasó el pecho de Kate con el cuchillo, sonriendo y llorando, contemplando como su "madre" agonizaba en el suelo mientras que este se llenaba más y más de sangre.
Lucas también entró, y sin pensarlo dos veces Sonia se abalanzó contra él apuñalando fuertemente su tórax mientras que el hombre la miraba con una expresión de horror. Estaba llena de sangre, al igual que el suelo y sus padres adoptivos, se tiró al suelo riendo, ¿era una sensación aquello que sentía? ¿O tal vez era solo su locura que acababa con ella?
No importaba, ya no importaba nada.
Allí estaba Sonia, sin esperanza, sin cordura, sin nada. Era un humano más, como todos.
Su expresión de placer cambió al escuchar el llanto de su hermano menor, todo se volvió ansiedad al ver su manos manchadas de aquel líquido de bello color carmesí y las expresiones de decepción en las caras también manchadas de sus padres adoptivos.
-¿Q-qué he hecho?- Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas.- Erica... ¿Qué he hecho?- La imagen de su amiga apareció ante ella, era como ver a un ángel entre tantos demonios. "Sonia, tranquila, esta bien, no pasa nada" La ojiazul tenía una sonrisa comprensiva en su rostro.
- Yo... ¡Soy horrible! ¿¡Comprendes lo que he hecho!? ¡Te dije que estaría mejor muerta, no molestaría a nadie! ¡Nada de esto hubiese pasado! No merezco vivir. ¡No merezco nada!- "Sonia, está bien. Tú no tienes la culpa de nada, eres una buena persona con un gran corazón. Hagas lo que hagas, te conviertas en lo que te conviertas, para mi siempre serás Sonia, mi Sonia"
- No me trates así, por favor solo harás que me sienta peor, yo te he traído problemas. No merezco nada tuyo, ni si quiera tu compasión.- La chica se encontraba llorando. "Escúchame, voy a estar contigo, pase lo que pase ¿me entiendes?" Unos golpes se escuchaban del exterior de la puerta.
- Estarás conmigo, ¿siempre?- Una sonrisa se dibujó en la cara de Sonia. "Hasta que tú también veas la luz"

La policía entró en la casa, apuntando con las pistolas a la cabeza de la ojiverde, ella no opuso resistencia. Por primera vez en su vida, en su corta y triste vida, podía decir que no tenía miedo de nada.

Detrás del orfanato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora